Illegal Privileges [Jenlisa]

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Pov Jennie

— ¿Por fin llegas, te estuve esperan...?

¡Mierda! Definitivamente no era a quien yo estaba esperando. Era una niña. Vi cómo abrió sus ojos y estaba a punto de gritar, me había reconocido. La tomé rápido y la metí dentro del apartamento. Había logrado ver a unos adolescentes afuera y no podía permitirme que me vieran.

Sostenía a la joven tapándole la boca con la mano, estaba respirando muy agitada, ¿¡Y SI SE ESTABA HIPER-VENTILANDO?!

— Te voy a soltar pero por favor no grites — Dije y ella controló un poco su respiración asintiendo— De acuerdo... — La solté y me puse delante de ella.

"Que niña tan linda"

— ¿Hola? — Dije al ver que no reaccionaba y sólo me veía como si no pudiera respirar — ¿Cómo te llamas? — Pregunté, pero ella no contestó — ¿Quieres gritar? — Pregunté divertida y ella asintió con entusiasmo — Está bien — Le dediqué una cálida sonrisa, era muy adorable ver a mis seguidores así sólo por verme, me hacía sentir que los hacía feliz.

— ¡¡DIOOOOOOS!! ¡¡NO PUEDO CREERLO!! ¿¡DE VERDAD ERES TÚ!? — Decía acercándome a mí, justo cuando iba a tocarme se dio la vuelta y se tapó la cara — Esto no es real, esto no es real, esto no es real — Repetía la joven. No aguanté más y estallé en carcajadas.

— Oye... Sí lo soy — Codeé su brazo con cariño, pero ella se tensó — Lo siento... ¿Te lastim...?

— ¡¡JENNIE KIM ME TOCÓ!! — Volví a reír.

— ¿Podrías por favor no gritar? Nadie sabe que estoy aquí y... Tú sabes, no quiero que sepan — Rogué haciendo un puchero.

— Tú puedes coserme la boca si quieres... — Sonrió embobada viéndome, después parpadeó y se sonrojó, al parecer no se había percatado de lo que dijo — Lo-lo siento... — Dios, esta niña era demasiado adorable y me daban mucha gracia sus reacciones.

— No te preocupes, ¿quieres sentarte? — Pregunté señalándole una silla. Ella asintió con emoción, tomó su lugar y luego se dedicó a mirarme — ¿Y vienes a...

— ¡LO SIENTO! — Dijo parándose bruscamente de su asiento — Yo me he equivocado de residencia... Se supone que aquí debe vivir el profesor de matemá...

— Mino — Ella se detuvo y se giró.

— ¿Mino?

— ¿Él es tu profesor de matemáticas, no?

— Bueno... Es que... — La niña empezó a jugar con sus dedos y se veía nerviosa.

— ¿Qué pasa?

— Yo no anoté su nombre... Y no sé cómo se llama... Sólo sé que es muy guapo — Reí bajo. La observé atentamente por unos segundos y decidí en que quería jugar un poco con ella.

— ¿Te gusta?

— ¿Quién?

— Mino.

— ¿Qué? ¡No!

— ¿Cómo te llamas?

— La-Lalisa... ¿Y tú?

— Pero pensé que-

— ¡Lo siento! ¡Yo se tu nombre completo lo juro!

— Claro, tranquil-

— ¡ARGHHH! —Tomó su cabeza y jaló un poco su cabello — ¡Me pones demasiado nerviosa! — No pude más y la abracé, quería calmarla, estoy segura de que jamás esperó una sorpresa así.