SEIS

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Sentía frío

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SENTÍA FRÍO

¿POR QUE SENTÍA FRÍO?

¿POR QUE DE ALGUNA MANERA TODO LOGRABA VOLVERSE TAN MALO?

¿Porque la vida me golpeaba de esta manera? Él estaba frente a mi, gritandome, insultando a mi familia, insultadome a mi, estaba molesto ¿Porque lo estaba? Quería responderle, quería gritarle, quería golpearlo, quería que pagara por lo que me estaba haciendo, pero en este punto creía que tal vez eso sería imposible. Todo sería imposible. Me habia quitado la cadena del tobillo, me habia tomado con firmeza de los hombros y me obligaba a que lo mirara a los ojos. Tenía frío, sentía como el viento se colaba por mis huesos, como cada parte de mi cuerpo temblaba, como un escalofrío recorría mi espalda, como cada fibra de mi cuerpo se erizaba ante su tacto, de pronto cada músculo de mi cuerpo se contrae. Sus manos se posan alrededor de mi cuello, haciendo presión, mi labio inferior comienza a temblar involuntariamente, las extremidades de mi cuerpo se adormecen. El miedo me invade

Y en lo único en lo que podía pensar en este momento era en que tenía frío, mi vista se enfocó a las ventanas, se encontraban cerradas, la puerta estaba igual, pero sentía una corriente que entraba a la habitación, logrando que tuviera frío, el viento afuera parecía estar empezando, los árboles se movian con cautela, pero no con fuerza, y si el viento no era lo suficientemente fuerte

¿Porque tenia frío?

Se dice que los ojos son la ventana del alma, pero al verlos, no veía nada, solo sentimientos de enojo, ira, irritación, parecía tan frustrado, tan molesto. Él aun seguía recriminandome, su voz resonaba por toda la habitación, la vena de su cuello resaltaba con intensidad, su mirada estaba tan cargada de odio. Parecía fuera de sí, decía que jamás debía decirle que hacer, que el único que tenía perimitido hablar era él y solo él. El agarre comenzó a presionar con mayor fuerza sobre mi cuello. El aire helado comenzó a colarse cada vez con mayor intensidad por mis huesos. Seguía teniendo frío, podía sentir como mi cuerpo comenzaba a temblar. Mi respiración comenzó hacerse mas pesada debido al agarre de su mano sobre mi cuello, acerque mis manos a las suyas e intente que se detuviera, después de unos segundos lo hizo. Me arrojo con fuerza al suelo de la habitación

Dolió el sentir la madera chocar con firmeza contra mi cuerpo, fue doloroso sentirme tan débil, tan vulnerable, pero mientras el sentimiento de enojo, rabia, rencor comenzaban a invadirme, mi mente era ocupada por un pensamiento, era algo caótico que después de todo lo que estaba sucediendo aun mi mente siguiera insistiendo con esa misma idea, mi cuerpo temblaba, mi labio inferior temblaba e inclisve mi cuerpo comenzaba a contraerse, mis pensamientos retumbaban ante la sola idea de lo que estaba a punto de suceder, pero mientras todo eso sucedía, mi mente se enfocaba en una sola palabra

Frío

Tenía frío

El viento se colaba por mis huesos

El frío que sentía era infernal

—Todo es tú culpa Isabella—Habló con irritación

Estaba cansada de que me culpara de todo, cansada de que me hechara en cara cualquier acción que tomaba, cansada de que insultara a mi familia, cansada de seguir en la misma habitación con él, porque la verdad de las cosas era que yo no queria esto, yo no escogí estar aquí. Porque la unica verdad era que el culpable de cada uno de los problemas, el culpable de lo que estaba sucediendo, el único culpable en esta habitación era él

Él y solo él

No es mi culpa—Musite

Mi voz apenas era audible, pero él logro escucharme, me miro desde arriba con una sonrisa ladeada, comenzó acercarse a pasos lentos hacia mi, se inclinó hasta mi altura

—¿Que fue lo que dijiste príncipessa?—El tono de su voz cambio, ahora hablaba con un tono de diversión

Sabia que habia cometido un error, no debí haber hablado, eso solo lograba enfurecerlo a tal punto que en lo único que él pensaba era en "ganar" pero esto no era un juego limpio, nada de esto era algo que se considerará un juego. Todo era un caos, él tenia el control y él lo sabía

—¡Repite lo que dijiste!—Ordenó

Cada dia que pasaba sentía como una parte de mi alma se fracturaba, como una parte de mi corazón se rompía, como una parte de mi cuerpo se convertía en un reloj, figurativamente. Esto se debia a tres simples cosas, el tiempo, por asi decirlo mi vida estaba pasando, cada momento, cada segundo, cada minuto, cada hora, mi vida pasaba, la vida de todos avanzaba, y al final de todo lo único que quedaría de mi sería un recuerdo, tan doloroso como depresivo, pero al final de cuentas, un recuerdo

El cristal y las manecillas

El cristal representaba mi manera de sobrellavar los golpes, hablando físicamente, cada vez que el golpeara el cristal, abriría una grieta, con cada palabra abriría otra grieta y con el abuso constante, mi cristal protector terminaría por romperse, no importaría si alguien intentara arreglarlo, porque no seria lo mismo, y la única opción seria olvidarlo y reemplazarlo. Al romperse el cristal las manecillas quedarían al descubierto, cada sentimiento, cada emoción, cada alegría e inclisve cada sentimiento de tristeza, odio, renocor, cada miedo quedara revelado, el tendrá el control absoluto de mi, tendrá el control de cada cosa que me llevara al límite

Y entonces quedara solamente un reloj

Sin manecillas

Sin cristal

Sin tiempo

Un reloj que no funcionará, no importa cuanto intentes arreglarlo, porque nada hará que quede exactamente como la primera vez que tenias ese reloj, ya no exisitira, solo sera un aparato análogo que al final de cuentas sera sustituido. Mi vida se estaba convirtiendo en un reloj, en una rosa, en el mar, pero siempre habrá algo que destruya todas las cosas hermosas, que solo viva para acabar con cada gramo de felicidad, para dejar huella de una manera tan cruel, y que dejara un final con tanta agonía que dolera

Y dolera tanto

Antuan me tomó con firmeza de ambos brazos, me levanto con fuerza, logrando que me perdiera de cada pensamiento, que me alejara de cada sentimiento. Intente soltarme de su agarre, comencé a forcejear en un intento desesperado de evitar que me quitará el sueter que tenía puesto

—¡BASTA!—Grité con tanta fuerza

Se detuvo, después tomó mi rostro entre sus manos e hizo que lo mirara directo a los ojos

—Esto no se acaba hasta que yo lo diga Isabella

AMORE OSSESSIVO "ISABELLA"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora