5: Nueva Casa

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El sol salió con su máximo esplendor, Mack tomó una ducha, se vistió, desayunó y salió a darle de comer a los animales.

Vegetta: ¿Qué haces cabezona?

Mack: Alimentando a los caballos, ¿Pasa algo malo?

Vegetta: No, no, para nada.

Mack: Vale, iré al pueblo, tengo que ir a reclamar algo con el "alcalde", vuelvo en la tarde.

Salió de la gran isla y caminó libremente hacia el pueblo, se encontró con Auron y lo saludó.

Mack: Hola Auron.

Auron: ¿Qué tal Mack?

Mack: Bien y tú?

Auron: Un poco preocupado por Luzu, ¿Ya viste su casa?

Mack: No, ¿Qué pasó? ¿Minas?

Auron: No, verás, sígueme.

Alexby: ¿Y ese pitido? -se quejó tapándose los oídos.

Auron: ¿Tú fuiste, verdad?

Alexby: ¿Pero qué dices?

Mack: Es insoportable.

Auron: Toma, unos tapones para los oídos. -se los puso a la chica.

Llegaron a la casa de Luzu, pasó de ser una casa alegre a una oscura, había una muralla y un cartel de dos palas de diamante con sangre, además de los ríos de lava a cada lado de las escaleras.

Alex: Ostia ¡Que guapo!

Mack: Da miedo, mejor... Vamos a quitar los pitidos, por favor.

Auron: Si.

Bajaron las escaleras de aquella casa y se concentraron en buscar aquellos sucios pitidos, mientras tanto, en otra área del pueblo, se encontraba Fargan construyendo el dulce hogar de su hermosa damisela.

Fargan: Tengo que saber la opinión de alguien, ¿pero de quién?

El chico búho siguió construyendo y los demás ya se estaban empeñando en dejar alarmas contra incendios en cada casa, en algunas eran gentiles y dejaban 1, pero en otras eran unos cabrones y dejaban más.

Auron: ¿Qué van a hacer ahora?

Alex: No lo sé.

Mack: Iré a dar un paseo, hasta luego. -se despidió.

Alex: ¿Es maravillosa, no? -habló refiriéndose a la chica.

Auron: Es una buena alma, vino a traer paz.

La chica seguía caminando cerca del pueblo hasta que se encontró con Fargan que estaba terminando el techo de su nueva casa.

Fargan: Hombre, no esperaba verte por aquí. -habló nervioso y sonrojado.

Mack: ¿Por qué no me hablaste? Quería ayudarte.

Fargan: Te dije que era el mejor arquitecto, no? No quería que te lastimaras, además... Willy me ayudó. -mintió.

Mack: Gracias -lo abrazó-, ¿puedo pasar?

Fargan: Claro, es tu casa.

Abrió la puerta, era diferente a su antigua casa, ésta era mucho más grande, aún no tenía muebles, así que sospechó que eso lo haría ella.

Mack: Me gusta, ¿Qué te falta hacer? O ¿Qué harás ahora?

Fargan: Pues nada, ya terminé, iba a irme a casa.

Mack: ¿Me ayudarías a decorar mañana?

Fargan: ¡C-claro! -contestó emocionado- iré a buscarte, adiós.

Mack: Adiós.

Él salió de la casa, mientras ella se quedó viendo la gran casa que, próximamente, tendría.
Después de un pequeño rato, se fue a casa.

Vegetta: ¿Te la pasaste bien? ¿Conociste a más habitantes?

Mack: No, estuve con Auron, Alexby y Fargan.

Vegetta: ¿Qué hacías con Fargan, chiquilla?

Mack: Oh, me construyó una casa cerca de la suya, es muy amable, ¿No crees?

Vegetta: Si... Es un pan de Dios. -respondió sarcástico.

Mack: Bueno, me iré a dormir.

Vegetta: Oye, preparé la cena, ¿no quieres?

Mack: Vale, ¿Qué es?

Caminaron a la cocina, Vege le sirvió un par de deliciosas chuletas de cerdo con vegetales y un vaso de refresco, ella las comió, después se fue a su habitación.
Mientras tanto, Fargan se encontraba pensando en la dueña de la casa que él había construido con mucho amor, tocaron a su puerta, se levantó de la cama y abrió la puerta con el código correcto.

Fargan: ¿Vegetta?

Vegetta: ¿Intentas quitarmela?

Fargan: ¿De qué hablas, tío?

Vegetta: Macarena, ¿Te gusta, no?

Fargan: Pfff, ¿de qué hablas? -éste se ruborizó.

Vegetta: Vale... Me voy. -se alejó sin decir más.

Fargan: ¿Qué leches?...

《Karmaland》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora