El sol salió con su máximo esplendor, Mack tomó una ducha, se vistió, desayunó y salió a darle de comer a los animales.
Vegetta: ¿Qué haces cabezona?
Mack: Alimentando a los caballos, ¿Pasa algo malo?
Vegetta: No, no, para nada.
Mack: Vale, iré al pueblo, tengo que ir a reclamar algo con el "alcalde", vuelvo en la tarde.
Salió de la gran isla y caminó libremente hacia el pueblo, se encontró con Auron y lo saludó.
Mack: Hola Auron.
Auron: ¿Qué tal Mack?
Mack: Bien y tú?
Auron: Un poco preocupado por Luzu, ¿Ya viste su casa?
Mack: No, ¿Qué pasó? ¿Minas?
Auron: No, verás, sígueme.
Alexby: ¿Y ese pitido? -se quejó tapándose los oídos.
Auron: ¿Tú fuiste, verdad?
Alexby: ¿Pero qué dices?
Mack: Es insoportable.
Auron: Toma, unos tapones para los oídos. -se los puso a la chica.
Llegaron a la casa de Luzu, pasó de ser una casa alegre a una oscura, había una muralla y un cartel de dos palas de diamante con sangre, además de los ríos de lava a cada lado de las escaleras.
Alex: Ostia ¡Que guapo!
Mack: Da miedo, mejor... Vamos a quitar los pitidos, por favor.
Auron: Si.
Bajaron las escaleras de aquella casa y se concentraron en buscar aquellos sucios pitidos, mientras tanto, en otra área del pueblo, se encontraba Fargan construyendo el dulce hogar de su hermosa damisela.
Fargan: Tengo que saber la opinión de alguien, ¿pero de quién?
El chico búho siguió construyendo y los demás ya se estaban empeñando en dejar alarmas contra incendios en cada casa, en algunas eran gentiles y dejaban 1, pero en otras eran unos cabrones y dejaban más.
Auron: ¿Qué van a hacer ahora?
Alex: No lo sé.
Mack: Iré a dar un paseo, hasta luego. -se despidió.
Alex: ¿Es maravillosa, no? -habló refiriéndose a la chica.
Auron: Es una buena alma, vino a traer paz.
La chica seguía caminando cerca del pueblo hasta que se encontró con Fargan que estaba terminando el techo de su nueva casa.
Fargan: Hombre, no esperaba verte por aquí. -habló nervioso y sonrojado.
Mack: ¿Por qué no me hablaste? Quería ayudarte.
Fargan: Te dije que era el mejor arquitecto, no? No quería que te lastimaras, además... Willy me ayudó. -mintió.
Mack: Gracias -lo abrazó-, ¿puedo pasar?
Fargan: Claro, es tu casa.
Abrió la puerta, era diferente a su antigua casa, ésta era mucho más grande, aún no tenía muebles, así que sospechó que eso lo haría ella.
Mack: Me gusta, ¿Qué te falta hacer? O ¿Qué harás ahora?
Fargan: Pues nada, ya terminé, iba a irme a casa.
Mack: ¿Me ayudarías a decorar mañana?
Fargan: ¡C-claro! -contestó emocionado- iré a buscarte, adiós.
Mack: Adiós.
Él salió de la casa, mientras ella se quedó viendo la gran casa que, próximamente, tendría.
Después de un pequeño rato, se fue a casa.Vegetta: ¿Te la pasaste bien? ¿Conociste a más habitantes?
Mack: No, estuve con Auron, Alexby y Fargan.
Vegetta: ¿Qué hacías con Fargan, chiquilla?
Mack: Oh, me construyó una casa cerca de la suya, es muy amable, ¿No crees?
Vegetta: Si... Es un pan de Dios. -respondió sarcástico.
Mack: Bueno, me iré a dormir.
Vegetta: Oye, preparé la cena, ¿no quieres?
Mack: Vale, ¿Qué es?
Caminaron a la cocina, Vege le sirvió un par de deliciosas chuletas de cerdo con vegetales y un vaso de refresco, ella las comió, después se fue a su habitación.
Mientras tanto, Fargan se encontraba pensando en la dueña de la casa que él había construido con mucho amor, tocaron a su puerta, se levantó de la cama y abrió la puerta con el código correcto.Fargan: ¿Vegetta?
Vegetta: ¿Intentas quitarmela?
Fargan: ¿De qué hablas, tío?
Vegetta: Macarena, ¿Te gusta, no?
Fargan: Pfff, ¿de qué hablas? -éste se ruborizó.
Vegetta: Vale... Me voy. -se alejó sin decir más.
Fargan: ¿Qué leches?...
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《Karmaland》
Hayran KurguUna nueva habitante de Karmaland llegará muy pronto y los héroes están un poco nerviosos, pues no saben qué pasará con su llegada, ¿será que traerá el romance a Karmaland?