Capítulo 19: Nuestro héroe misterioso.

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Viernes 01/03/2019

Meli y yo salimos de la tienda con dirección a la central de autobuses de esa ciudad. Mientras caminábamos charlamos acerca de cómo darle esta noticia a nuestras parejas, a Meli se le ocurrió que podíamos decirles toda la verdad, por mi parte me pareció bien y no había problema con eso ya que seguramente Alberto me creería todo.
Llegamos a la central de autobuses, compramos los boletos de regreso y durante el traslado Meli se quedó dormida, por mi parte yo me quedé reflexionando acerca de que mi relación con Alberto sería diferente y ya nunca más volvería a dar marcha atrás.
Aunque pensándolo bien era muy satisfactorio el pensar que al fin pude cumplir mi más grande sueño, pude experimentar que es ser una chica aunque fuese por unos días y también consegui a una hermosa "novia" que resulta ser mi mejor amigo.
Una vez que regresamos a nuestra ciudad natal, desperté a Meli y esperamos de manera impaciente, y con los nervios recorriendos todo el cuerpo, a que el autobus se estacionara y nos dejara bajar. 
Pero antes de bajar recibí un mensaje de Alberto, al parecer Anya estaba usando su teléfono, decía lo siguiente:

—querido raro soy Anya, espero que ya hayas encontrado la manera de regresarme a mi cuerpo.
Ah y también comprate los ingredientes para que tu y tu novio me preparen el menú que te dejo adjuntó—

Junto con el mensaje dejo un menú de 3 tiempos el cual consistía en una sopa de 3 quesos, según ella extra fina, un corte de carne con puré de papas como plato fuerte y una crema brulee como postre.
Al leerlo estaba furioso, no me podía ni imaginar todas las humillaciones que le hizo al pobre de Alberto. Sin querer Meli vio mi reacción al mensaje e inmediatamente me preguntó si ocurría algo.
Le conteste de manera tranquila intentando ocultar mi enojo pero al no creerme debido a las facciones de enojo que demostraba con mi cara, tomó mi teléfono sin permiso y leyó el mensaje de Anya.
Al terminar de leerlo me regreso el teléfono, me miró seriamente a los ojos y me dijo: "¡Ni se te vaya a ocurrir hacerle caso a esa bruja!".
Me quede sin palabras ya que no esperaba ese tipo de reacción de ella, pensé que se burlaria o se sentiria decepcionada de mi por hacer esto.
Ella me tomó del brazo, mientras yo aún no terminaba de procesarlo, y caminamos a la parada del camión que se encontraba afuera de la central.
Al estar allí meli me dio una cachetada y de la misma manera me dijo: "¡Ve y enfrenta a esa bruja como el hombre que eres!". Ella se espero conmigo hasta que llegara mi camión y antes de que me fuera me dijo que si yo la decepcionaba ella golpearia en mis panditas hasta que me convirtiera en mujer de nuevo.
Estaba muy decidido, pude sentir por todo el trayecto el inmenso valor que meli me transfirió con su cachetada, baje en la parada que estaba cerca de la casa de Anya y camine hasta su casa sin sentir ni una sola gota de miedo.
Fuera de la casa toque el timbre y Alberto me abrió la puerta, se encontraba vestido con un traje de sirvienta aún más revelador y humillante que el anterior.
Al verme Alberto se puso todo rojo de vergüenza y se cubrió con la bandeja de metal que traía en sus manos.
El verlo así vestido hizo que me exitara un poco, durante unos segundos ambos estuvimos nerviosos y con un silencio incomodo entre nosotros.
Hasta que Anya llega por detrás de Alberto y se ríe de manera burlona y ofensiva, al ver la situación por la que estamos pasando.
Alberto solo se puso más nervioso y se fue de allí, pero antes de que se fuera pude notar con unas pequeñas lágrimas salían de sus ojos.
Ese acto fue la gota que derramó el vaso. Agache la cabeza y jale a Anya del cuello de su camiseta, la mire a los ojos muy enojado. El odio que sentía dentro de mí era inmenso, era casi como estar en llamas, y sin darme cuenta ya tenía un puño levantado para darle un golpe a Anya.
Ella solo sonrió de un manera macabra y dijo "No eres lo suficiente hombre como para golpearme".
Esas palabras solo aumentaron aún más mi ira y la golpeé directo en la nariz, provocando que pasara de la entrada a la mitad del pasillo.
Se levantaba débilmente mientras gotas de sangre de su nariz caían al suelo. Una vez de pie volvió a hacer esa horrible sonrisa, se encontraba ya muy débil, a duras penas podía mantenerse de pie y se tambaleaba de un lado al otro.
Intentando mantener la compostura camine lentamente hasta donde ella estaba. Anya trató de golpearme pero debido a sus heridas no pudo hacerlo y terminó callendo al suelo de nuevo.
Ella intentaba desesperadamente levantarse, pero por más que trataba no podía hacerlo. Me acerque a ella, me agache un poco y viéndola con asco y desprecio le dije:

–Sabes si encontré la estatua que nos cambio de cuerpo, se encuentra segura y fuera de tu alcance en una tienda china en Celaya–

Me levante y mire a mi alrededor buscando a Alberto. Por suerte el se encontraba viendo todo detrás de una planta.
Tímidamente se acercó a mí y yo muy emocionado lo abrace, mientras lo abrazaba giramos un poco y le dije a su odio "Estaba muy preocupado por ti, me alegro mucho que esa bruja no te haya hecho nada". Lo revisé para confirmar que estuviera totalmente bien.
Mientras tanto Anya se arrastraba por detrás de nosotros escapando de allí . Al ver que Anya ya no estaba tome a Alberto de la mano y salimos corriendo de allí sin mirar atrás.

¡Rápido Alberto hay que irnos de aquí! –dije mientras lo jalaba y bajabamos corriendo las escaleras de la entrada–

Al voltear atrás pude ver como Anya, con la cara cubierta de sangre, caminaba lentamente a la entrada con lo que parecía ser una revolver totalmente negra.
Recargo el arma y apuntó a nosotros, no habíamos ni llegado a la banqueta cuando de repente se escucho el estruendo de un disparo, debido a un reflejo me lancé sobre Alberto para protegerlo.
Caimos al suelo y rodamos un poco, me levante lentamente para ver que sucedía, al mirar a donde estaba Anya no podía creer lo que sucedía. Me quedé sin palabras y totalmente inmóvil al ver a un extraño con un traje negro tipo ninja.
Volteo a vernos y yo unicamente podía ver sus ojos de color rosa fosforescente, era algo impresionante.
Giro devuelta la cabeza y miró a Anya, ella estaba totalmente aterrada, no se podía ni mover y le temblaban las piernas.
El hombre misterioso tenía el brazo izquierdo estirado y sostenía algo con sus dedos índice y pulgar.
Solo lo que traía y comenzó a caminar lentamente en dirección a Anya. La cosa que tiro al suelo era la bala que iba hacia nosotros, rebotó en el suelo y se oía claramente el sonido de un metal revotando en el suelo.
No me lo podía creer, el solo detuvo una bala con sus dedos, la impresión era tanta que tanto Alberto como yo nos quedamos boquiabiertos.
Mientras más se acercaba a ella más nerviosa se ponía, con una actitud muy desesperada volvió a disparar contra el.
Cada disparo que ella hacía eran detenidos con sus dedos. Ya sin balas y sin saber que hacer Anya le lanzó la pistola a la cara e intentó huir.
El tipo estaba a tan solo unos centímetros de ella y al ver que trataba de huir, el le lanzó un objeto que parecía ser un saco rosa de tela. Al impactar con ella una extraña nuve de humo rosa la cubrió dejándola totalmente inconsciente y callendo al suelo.
Nosotros solo podíamos disfrutar del espectáculo ya que no podíamos mover nuestras piernas de tanto miedo.
Tomó a Anya y se la coloco sobre su hombro izquierdo, camino lentamente hacia nosotros, pero por alguna razón sentía como si ya lo hubiera visto antes.
De pie frente a nosotros con ambas manos jalo su mascara, dejando que viéramos su rostro.
Al ver de quien se trataba me asombre tanto que lo último que dije fue:

–¡¿Tu? ! ¡No lo puedo creer.

Espero que les haya gustado mucho este nuevo capitulo.
Le aviso que todo lo bueno tiene un final, y el final de esta maravillosa historia se está acercando.
Gracias y agradeceré sus comentarios.

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