No sabía cuanto tiempo llevaba dentro de ese asqueroso lugar, tampoco sabía si era de día o de noche, comía de vez en cuando, ¿No podia morir de una vez?
Los primeros días en ese lugar fueron los más difíciles, pataleo, grito y trato de explotar todo a su pasó con tal de salir, nada resultó y lo adiestraron como a un animal de la manera más cruel que creyó haber existido.
Los recuerdos de esas torturas nunca podrán borrarse de su memoria, al tratar de escapar siempre recibió un castigo, uno de los más comunes fueron los azotes con distintos tipos de látigos o fustas que dejaban cicatrices en su espalda, otro castigo fue soportar ser el cenicero del dueño y sus lacras, sus brazos y parte de su espalda son prueba de ello.
Se le negaba rotundamente el alimento, tanto comida como agua, cuando vieron que estaba a nada de morir deshidratado lo obligaron a beber orina ya fuera la propia o la de alguien más, se obligó a si mismo a mantenerse fuerte, prefería morir antes de rebajarse a tal nivel, aunque después de los golpes para obligarlo a beber no le quedaba de otra más que abrir la boca.
Aún a pesar de aquellos y otros castigos más intento con todas sus fuerzas no dejarse caer, no dejarse someter, tristemente no logro hacerlo por mucho.
El dueño del pequeño lugar en donde no solo estaba el encerrado se habia hartado de su actitud tan necia que solo le causaba problemas, habia mandado a su perro rastrero a domarlo a cualquier costo, el precio que pago fue una violacion.
No recuerda cuántos eran los que entraron a su cuarto a drogarlo y a tomarlo por la fuerza y no desea hacerlo, esa fue la primera vez que paso, pero no la última.
No puede decir que recuerda sus manos recorriendo su cuerpo porque todos los días sigue sintiendo lo mismo, siente pitos en su culo o en su boca, no se atreve a contarlos para no odiarse por ser tan débil, por haberse dado por vencido.
Una vez casi logra escapar, recuerda haberlo conseguido la última vez pero tan pronto sintio la luz del sol volvió a regresar dentro del lugar para ser castigado, ese escarmiento es el peor de todos: fue empalado, la barra de metal que introdujeron por su entrada con demasiada fuerza lo lastimo tanto que aquellos que lo tenían encerrado tuvieron que secuestrar a un doctor para que no muriera, cuando estuvo fuera de peligro asesinaron al pobre medico.
El dueño le dijo que eso habia sido su culpa, con ese suceso y con mas tiempo, aprendió a quedarse callado y quieto si no quiere más agujas en su cuerpo, más moretones por sus brazos y piernas, azotes en su espalda o más pastillas en su vaso de agua.
Ahora mismo se encuentra en un estado deplorable, por su cabeza no para la idea de la muerte, como desearía dejar de respirar.
Esta acostado en su "lugar de trabajo" boca arriba, con la mirada perdida y los labios hinchados, a su derecha se encuentra un tipo que está acostumbrado a ver y sabe que regresara, siente el semen caliente entre sus muslos bajando lentamente; también puede sentir los fluidos en su cara, está completamente desnudo como ya era costumbre pues a pesar de que había unas cuantas prendas que eran para provocar a los clientes no los dejaban utilizarlos a menos que ellos lo pudieran y pagarán.
Aquel regordete sujeto con el que estuvo no hace mucho sale por la puerta, en seguida entra alguien, es una chica, de cabellos tan negros como la noche y completamente lacio, con sus ojos azules como los zafiros carentes de emocion al igual que los rubies del chico que permanecia en la cama
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Recuperemos su sonrisa
FanficKatsuki Bakugou siempre ha sido rudo y hasta cierto punto bastante cruel, pero siempre tenía una sonrisa en su rostro, ya fuera de felicidad o de arrogancia la tenia, pero ahora no hay más que un par de ojos rubies llenos de terror. Será el trabajo...