Capítulo 8

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Ya hemos comido y estamos cada uno en nuestra habitación preparándonos para salir. La tensión se puede cortar con tijeras cuando nos volvemos a reunir en el salón, Barto sale el primero y todos le seguimos.

-Será mejor que nos dividamos en dos grupos.- Will habla y todos asentimos sin decir una palabra.

Los grupos se han formado en segundos, Lidia, Víctor y yo iremos juntos, los demás irán por otro lado.

Llevamos media hora buscando por la zona en la que nos han dicho que actúa el asesino, nos toca entrar en una casa, según parece la víctima vivía sola. A Lidia no le cuesta nada abrir la puerta que estaba cerrada con llave.

-¿No sabía que supieras hacer eso?- Rompo el silencio que ha estado patente durante casi todo el día.

-No soy muy fuerte, así que tengo bastantes recurso que resultan muy útiles.- Esta más tensa de lo que suele estar cuando está con nosotros, no se porque pero esperaba que ella no estuviera tan preocupada. Víctor, como siempre, sigue hablando lo mínimo.

Entramos en la casa antes de que alguien nos vea y cerramos la puerta. En el lugar donde ocurrió el asesinato aún hay manchas de sangre mal limpiadas.

-Para dejar esto así tuvo que ser bastante agresivo.- Víctor por fin ha hablado. Creo que podemos descartar a un vampiro, no hubiera derramado tanta sangre. Esta en cuclillas observando la gran mancha de sangre.

Todos sabemos que el autocontrol de Víctor es espectacular, pero estar ahí al lado de esa gran mancha y con el olor a sangre que hasta yo puedo percibir es increíble, ni se ha inmutado lo más mínimo.

-Tienes razón pero creo que ya sabemos lo que es.- Mientras hablo señalo la pared y algunas zonas del suelo de otra parte de la habitación. Lidia y Víctor se giran para mirarlo.

-Un hombre-lobo.- Lidia dice en voz alta lo que todos pensábamos. En la pared y el suelo hay unos arañazos de una notable profundidad.- Por la profundidad de estas en la piedra, parece bastante fuerte.

-No va a ser fácil.- Los dos asienten a mis palabras, otra vez ha vuelto a aparecer el incómodo silencio.

Volvemos para reunirnos con los demás. Barto y compañía parecen tan inquietos como nosotros.

-¿Qué habéis encontrado?- María pregunta como si ya supiera la respuesta.

-Es un hombre-lobo.- Yo hago de portavoz de mi grupo.

-Y bastante fuerte.- Víctor completa mi frase.

-Nosotros hemos llegado hasta la misma conclusión.- Will es quien habla ahora.

-Esta noche volverá a matar, lleva más de una víctima diaria, no creo que pare ahora.- Barto habla en un tono sombrío que no se parece en nada a como él suele ser.- Así que vamos a casa a descansar, después de cenar saldremos de nuevo, nos espera una noche muy larga.

La cena y los momentos antes de salir fueron en silencio absoluto, solo se dijeron las palabras necesarias, de hecho, puede que incluso menos.

Cojo las flechas de plata y bajo al salón.

-¿Lleváis todos vuestras armas de plata?- Will pregunta y todos asentimos.

-Pues vámonos de caza, quiero hacerme un abrigo con la piel de ese hombro-lobo.- Todos nos hubiésemos reído de la frase de Barto, si no la hubiese dicho con un tono tan sádico y oscuro. Parece que Barto cambia mucho cuando tiene que cazar.

De nuevo nos hemos separado en los dos mismos grupos para buscar al hombre-lobo. Nosotros buscamos por la zona cercana a la casa que visitamos esta tarde. El ambiente sigue muy tenso, nadie habla y no hay más que caras serias, me incluyo en ellas.

Acabamos de inspeccionar una zona de tiendas que obviamente ya están cerradas, es bastante tarde.

-Ni rastro del hombre-lobo.- Mi voz tiene un tono de desesperación, llevamos horas buscando y no hemos visto nada.- ¿Dónde se habrá metido ese lobo?

-No te desesperes aún Al, no va a aullar llamándote para que vayas a matarlo.- Lidia, a pesar de que su tono sea muy cortante, sé que no lo hace con mala intención, aunque no podría decir lo mismo si se lo hubiera dicho a uno del otro grupo.

-Pues debería, así sería mucho más fácil y práctico.- Creo que es una de las primeras veces que me río en toda la noche.

De repente un fortísimo aullido irrumpe en el cielo.

-No jodas.- Lidia me mira como si yo hubiera tenido algo que ver con aquello. Le respondo con una gran sonrisa, que esta muy forzada, ya que no es momento de reír.

Los tres salimos corriendo casi al mismo tiempo, Víctor es mucho más rápido que nosotros, por lo que va en cabeza, aparte tiene mejor oído y nos guiará en la búsqueda.

-No está muy lejos.- Víctor habla justo antes de doblar una esquina y llegar a un gran descampado, casi al límite del pueblo y el bosque.

Un enorme hombre-lobo, de pelaje grisáceo está allí, en el centro del descampado, posado sobre sus patas trasera como si estuviera esperándonos. Se fija en Víctor instantáneamente, los dos sacan sus colmillos a relucir y se gruñen mutuamente. Creo que es la primera vez que veo los colmillos de Víctor.

De repente, Víctor y el hombre-lobo salen a correr el uno hacia el otro. Lidia se echa las manos a las dagas y las desenvaina cuando sale corriendo detrás de Víctor. El hombre-lobo y el vampiro chocan en una brutal colisión. Preparo mi ballesta, cargo. Lidia sale de detrás de Víctor para lanzar una rapidísima serie de cuchilladas que el hombre-lobo logra esquivar, no sin esfuerzo. Víctor se lanza al cuello del lobo, pero este reacciona rápido y con su gran zarpa agarra el cuello de Víctor. La pelea se está desarrollando a un ritmo frenético, aunque estoy apuntando, no me atrevo a disparar, hay una gran probabilidad de que le dé a uno de los míos. Lidia se dispone a cortar el brazo con el que agarra a Víctor, pero el lobo lanza a nuestro vampiro hacia Lidia, los dos chocan y acaban tirados en el suelo. El hombre-lobo acaba de clavar sus ojos en mí, empieza correr hacia aquí. Me pongo en posición para poder esquivar. Cuando llega hasta mí lanza un zarpazo, lo esquivo fácilmente. Le doy una patada en el estómago y golpeo su cabeza con la ballesta, él no esperaba que esquivara su ataque, por lo que se ha despistado un poco. Salta hacia mí, me protejo con mi ballesta, pero antes de que llegue Víctor salta y le hace un placaje al más puro estilo del rugby. De nuevo inician una batalla de uno contra uno, me coloco a una distancia prudente tras Víctor y apunto de nuevo, debo esperar el momento justo. Los dos intercambian golpes, pero todos son esquivados o bloqueados. Víctor lanza un puñetazo hacia el pecho del lobo.

Ahora. La flecha sale disparada de la ballesta, se dirige hacia donde no hay nada.

El hombre-lobo esquiva el ataque de Víctor moviéndose hacia su izquierda, ya hay algo donde antes no había nada, la flecha, hecha completamente de plata, se clava en el cuello del hombre-lobo. Este cae al suelo revolviéndose de dolor e intentando quitarse la flecha del cuello, pero a los pocos segundos ya no se mueve, comienza a transformarse de nuevo en humano, ya está muerto.

Era un hombre de unos treinta años, con el pelo grisáceo. Tiene un tatuaje en el antebrazo, una flecha que en vez de las típicas plumas que llevan en la parte contraria a la punta, tenía un sol, la verdad es que es bastante bonito.

Cazadores: DianneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora