- ¿Cuanto tiempo tenemos?.- Pregunta Will.
- 48 horas.- Responde Barto que es quien tiene ahora la carta.
- El pueblo esta cerca, pero aún así el bosque es demasiado grande, nos va a costar mucho completar esto.- María parece preocupada, pero tiene razón.
- Preparaos bien, parece que no vamos a dormir mucho estos días.- Barto termina de hablar y automáticamente todos nos dispersamos y vamos a nuestras respectivas habitaciones a prepararnos.
Ya estamos todos abajo y estamos decidiendo como vamos a movernos.
- Yo creo que al bosque deberían ir los más, como decirlo... capacitados en la lucha cuerpo a cuerpo. Es decir María, Víctor y yo.- Barto da la primera opción.- Además, Al y Will se mueven mejor en distancias largas, cosa que no hay en el bosque y Lidia es mejor que cualquiera de nosotros para pelear en un pueblo sin armar mucho escándalo.
- A mi me parece bien.- No me hace mucha gracia ir con Will, pero al menos voy con Lidia.
Los demás asienten dando a entender su conformidad.
Salimos y nos dividimos, el otro grupo se adentra en el bosque y nosotros hemos decidido ir dando un paseo al pueblo de al lado, está relativamente cerca.
Will anda delante de Lidia y de mi, no ha abierto la boca en todo el camino. Lidia y yo, sin embargo, seguimos teniendo una de nuestras conversaciones habituales, aunque esta vez hablamos de algo un poco más abstracto y filosófico, el origen del universo.
- Yo no creo en Dios, ni en ningún tipo de divinidad superior que tenga poder sobre nosotros ni en nada de eso, pero este tema me hace recapacitar sobre ello.- Estoy hablando muy interesado en la conversación.- A ver, estamos de acuerdo en que el origen del universo fue el Big Bang, pero el Big Bang se produjo debido a la acumulación de unos elementos, y yo me pregunto, ¿quién o qué puso esos elementos ahí?.
- La verdad es que es algo extraño, yo tengo la teoría de que como el universo se expande, llegara un momento en que dejará de hacerlo y empezará a contraerse, hasta que todo este de nuevo junto y vuelva a haber otro Big Bang y todo vuelva a surgir de nuevo, así continuamente.- Lidia también parece estar metida en la conversación.
- Es bastante lógico, pero mi pregunta no queda resuelta con eso, porque tuvo que haber una primera vez y alguien o algo tuvo que crear la primera materia, me rallo bastante con el tema.
- Sí, es normal, es algo que creo que nunca llegaremos a conocer.- Lidia mira al cielo buscando respuestas.
- En eso estoy de acuerdo.
Ya estamos llegando al pueblo, entre nosotros hay silencio, no es incomodo, es ese silencio en el que sabes que la persona de al lado está dándole vueltas a la cabeza pensando en lo mismo que tú, pero que al igual que tú, no encuentra respuesta alguna.
Hemos llegado al pueblo, para que la gente no vea nuestras armas, las llevamos escondidas, Will y yo llevamos las armas en una mochila, pero Lidia las lleva donde siempre, en la zona lumbar de la espalda, pero se ha puesto una chaqueta sin mangas, de tela fina pero opaca que disimula bastante bien la presencia de sus dagas.
Entramos en el pueblo, vamos a pasear por el pueblo con los oídos alerta a ver si escuchamos a gente hablando de los asesinatos. Los veteranos preguntan a la gente sin problemas, pero a nosotros, simplemente por nuestra edad, nadie nos contaría nada sobre ello.
Vamos andando, Will va delante, levanta la mano como señal para que nos paremos. Estamos justo antes de doblar una esquina, parece que dos hombres hablan al otro lado sobre algo que nos interesa.
- Eso de los asesinatos a mi me parece muy raro.
- Yo he escuchado por ahí, que la mayoría han sido cerca del bar de Manolo, yo por si acaso no he vuelto a ir más por allí.
- Pues yo no tenia ni idea, ya no voy a volver a pisar más el bar hasta que todo esto se acabe, verás tu que contenta se va a poner mi mujer.- Los dos hombres se ríen.
Empiezo a caminar y giro la esquina. Los hombres son mayores, los típicos abuelos de campo.
- Perdonen, ¿no sabrán ustedes donde esta el bar de Manolo?, estamos viendo los pueblos de los alrededores y nos han dicho que allí se come muy bien.
- Si claro, mira niño, tienes que seguir la calle esta recta hasta la plaza, una vez allí, tienes que tirar por la calle en la que hay una farmacia de esquina, en esa calle esta el bar.
- Muchas gracias.- Les dedico una amplia sonrisa.
- Que aproveche.- Los hombres se quedan allí en la esquina hablando de sus cosas.
Ya hemos llegado al bar, vamos a tomarnos algo, hay mucha gente, a lo mejor escuchamos algo.
- Voy a pedir, ¿qué queréis beber?.- Will se ha levantado de la silla.
- Coca-cola.- Lidia responde primero.
- Yo una Light.- Will se va a la barra tras oír nuestros pedidos.
- ¿Light?, ¿qué pasa?, ¿no quieres perder la forma?.- Lidia me pregunta en tono burlón.
- Que va, a mi eso me da igual, simplemente es que gusta más que la normal.
Will llega y nos sirve los refrescos. Le damos las gracias los dos a la vez.
- Bueno, juguemos a las cartas para disimular, estad atento a las conversaciones ajenas.- Will saca una baraja de cartas españolas de la mochila y las pone encima de la mesa.
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Cazadores: Dianne
Fantasy-Vale. Pues que te vaya bien. ¿Te vas a llevar a Dianne? -Por supuesto, no iría sin ella a ningún sitio- Le dedico a mi madre una gran sonrisa y me voy a la sala de entrenamiento cargado con mi mochila mientras me como unas cuantas galletas que he c...