Cazadores: Dianne

Capítulo 12

Ya esta anocheciendo, según hemos podido escuchar en el bar, el vampiro actúa por la zona del pueblo más cercana al bosque, cosa que ya habíamos deducido nosotros solos, así que no ha sido de gran ayuda.

Estamos dando un paseo por el pueblo para ver la zona donde posiblemente tengamos que entablar combate con la criatura.

- Si pudiera encontrar un sitio alto sería mucho más fácil, además resultaría más útil.- Will habla, cosa rara.

- ¿A que te refieres con eso de más útil?- Pregunto yo, Lidia y Will casi no han cruzado palabra.

- Es verdad, vosotros solo sabéis que uso armas de fuego. En realidad me entrenaron como francotirador, lo de las demás armas de fuego es una extensión de ese entrenamiento.

- Ahora lo entiendo todo.- Me río mientras echo una mirada alrededor buscando un puto alto.

- ¿Qué te parece el campanario de una iglesia?- Pregunto mientras señalo justo a la espalda de Will. Este se gira.

- Es perfecto. Pero será difícil llegar.

- Tranquilo, yo os ayudo a subir al tejado y me quedo abajo. Lidia va contigo como guardaespaldas por si consigue subir.

Will se gira y empieza a andar hacia la iglesia. Lidia me mira con cara de asesina, Will no le cae muy bien.

- Lo siento.- Hablo en voz baja para que Will no se entere.- Pero el trabajo es el trabajo.

- Esta te la guardo que lo sepas.- Termina de hablar y se gira para ir hacia la iglesia.

Ya es completamente de noche, hay que darse prisa. Lidia y Will están ya en el campanario. Hablamos por unos comunicadores que tenemos para las misiones, pero son relativamente nuevos y rara vez lo usamos, no estamos acostumbrados aún.

- Ya estoy preparado.- Escucho la voz de Will por el comunicador.

Suenan las campanas de la iglesia, son altavoces, la campana ni siquiera se mueve. Me esta destrozando los oídos, pero significa que son las doce. Cuando ese sonido infernal se detiene puedo oír la voz de Will.

- Veo algo, está saliendo del bosque.- Preparo mi ballesta.- ¡Shit!, hay dos.

- No jodas, ¿en serio?- Como lleguen aquí estamos jodidos.

- No hay tiempo para bromas, son muy rápidos. Vienen por las dos calles.-La Iglesia esta justo en el cruce de dos calles casi paralelas.

Se escucha un disparo.

- Al, corre. Por la calle de la izquierda, tienes que quemarlo, le he dado.- Hago caso al instante y salgo corriendo.

Me llevo la mano al bolsillo, siempre llevo una caja de cerillas encima por lo que pueda pasar. Durante mi carrera en busca del vampiro escucho otros tres disparos más.

Llego a donde está el vampiro. Esta débil tirado en el suelo. Pero obviamente no está muerto. Saco una cerilla de la caja y la enciendo. La criatura me mira como pidiendo compasión. No hablo, solo dejo caer la cerilla encendida encima del vampiro. Es increíble ver la rapidez a la que se consume un vampiro, a los pocos segundos ya no queda nada.

Se escuchan más disparos.

- Al, te necesitamos aquí, el vampiro acaba de llegar y Lidia ha bajado en su busca.- Will habla por el comunicador.

- Voy.- Salgo corriendo al instante.

Cuando llego Lidia está cara a cara con el vampiro. Will está saltando del campanario al tejado de la iglesia, apunta con un rifle hacia el vampiro, pero al igual que yo, no se atreve a disparar por miedo a dar a Lidia, que está intercambiando golpes con el vampiro, pero no parece haber mucha diferencia entre ambos.

La criatura golpea a Lidia en el vientre y esta sale disparada unos metros hacia atrás, aquí está nuestra oportunidad para disparar, pero el vampiro es demasiado rápido y antes de que podamos reaccionar ya esta pegado de nuevo a Lidia. Estoy cansado de esperar, voy a por ellos, Lidia parece necesitar ayuda. La criatura parece no haberse percatado de mi presencia así que aprovecho para golpearlo con la ballesta en la nuca, se gira y me golpea, he salido volando y he caído aún más lejos que cuando esperaba para disparar, ahora que lo pienso, debería haberle disparado cuando estaba cerca. El vampiro intenta golpear a Lidia pero lo hace casi sin mirar porque aún me estaba observando a mí, gran error, Lidia se agacha y abre una gran brecha en la barriga del vampiro y acto seguido le clava su otra daga en el corazón, así lo lleva hasta la pared y lo mantiene allí.

- ¡Al!, ¡Ahora!- Salgo corriendo aún dolorido por el golpe recibido. Saco otra cerilla y otro que se convierte en polvo.

Will baja del tejado, nos felicitamos unos a otros y llamamos al otro grupo para decirles que ya está el trabajo terminado.

Ya hemos llegado a casa, según parece, el otro grupo también ha cazado a otro vampiro en el bosque.

Estoy tirado en la cama de Lidia y ella está sentada en la silla.

- Oye, ¿una de tus dagas es de madera?.- Me acaba de venir a la cabeza, es imposible matar a un vampiro si no es así.

- No.- Se ríe y continúa explicando.- Saca las dos dagas de sus fundas y me las enseña, las hojas son de plata, pero mira.- Señala las fundas.- Esta es un poco más gruesa que la otra.- Enfunda la daga de la funda gruesa, activa un pequeño mecanismo y la daga sale recubierta de madera como si fuera una estaca.- Es herencia, en mi familia casi siempre han sido cazadores.

- Tus dagas deben ser únicas. Son increíbles. Quien las hizo tuvo que ser un gran cazador.

- Bueno tu tampoco te quedas atrás, tu ballesta no es muy común que digamos.

- Mi ballesta es única, no ha habido, hay, ni habrá otra igual. Solo mi familia sabe como se hace.