Daily Joke (Fanfic Frans)

Capítulo 2: Solo quedaron escombros

"Lo siento... No fue suficiente" Decía mientras aún sostenía su cuerpo entre sus manos encenizadas. No podía verla con claridad, pero estaba seguro de que ya no estaba con los ojos abiertos, su mano se había resbalado de su rostro huesudo pero él la sostuvo hasta que el calor de su piel desapareciera. "Si tan solo, si tan solo no hubiera ocurrido nada de esto... Aún estarías"

El sonido alarmante de las cadenas que sostenían las vigas a su espalda le informaron que esta colapsaría dentro de poco. Pero él las ignoró, todas y cada una de las señales de peligro a su alrededor. Ya no tenía nada por que luchar, ni siquiera su propia batalla estaba al alcance de su propio juicio, se lo habían arrebatado todo.

"Heh... Nos vemos del otro lado" Dijo tomando el sombrero junto a él, se lo calzó en el cráneo dejando que el ala tapase la vista al frente. Lanzando un ataque hacia atrás en dirección al último eslabón antes de devolver la mano bajo la nuca de la muchacha y acercarla a él.

El estruendo de la estructura chirrió a su alrededor haciendo eco en sus cavidades auditivas. Cerró los ojos con impaciencia, saboreando la desesperación del vacío que solo acabaría cuando todo ese dolor terminase de una vez.

La estructura se vino abajo.

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"¡Mil demonios!" El palo de la escoba lo había golpeado en el cráneo despabilándolo. Sans se sobó la cabeza antes de mandar a volar de una patada el artilugio de limpieza.

¿Por cuánto tiempo había dormido? Já. Más que el suficiente, ya tenía la batería cargada. Al menos hasta llegar a casa y dormir bajo las sábanas de su cama. Sans debía dar crédito al sillón que tenían en la sala de recesos y al viejo Elder por tener tan buen gusto en cojines y tapicería. Sin duda la mejor cabezada que había tenido en meses. Pero todo sería mejor sin ese molesto y recurrente sueño.

"Justo cuando estoy más relajado" Bostezó "Aparece esa tontería a cortar la buena vibra"

Solo será un momento...

Sans sacudió la cabeza. Pese a que la voz era clara, no podía convencerse de que no fuese invención suya, jamás había escuchado esa voz en su vida. Al menos no que lo recordase. Su mente inquieta, repasaba los hechos del sueño una y otra vez. Cada vez que veía a duras penas como esa silueta perdía la vida en sus brazos, sentía un hielo recorrerle la espalda y un gran peso acomodándose fielmente a sus hombros. La película siempre era la misma, y el sentimiento de culpa se repetía sin falta.

Gracias...

Basta. Ya había tenido suficiente.

Sus luces miraron alrededor. Tardó un momento en percatarse en que todo estaba oscuro y un poco más en notar que estaba solo en medio de la sala para fumadores.

"¿Se olvidaron de mí? Heh. Debo ser menos notorio que mis chistes" Rió por lo bajo negando con la cabeza.

De un impulso, se levantó del sillón. Alzando una mano a la altura de sus ojos, una lumínica llama apareció brindándole algo de claridad a su entorno, cuidando de no tocar nada, marchó hacia su oficina. Al llegar a su escritorio, pudo distinguir las hojas en las que estaba trabajando para el día siguiente. Había olvidado entregarlas para su impresión. Mierda. Su hermano lo iba a ahorcar.

Sans se rió para sí. Vamos que es mucho más sustancial cuando puedes aplicar los chistes en alguien que escribirlos. Hacer chistes era toda una ciencia que ocurría en un momento y tiempo exacto, era un error tratar de forzarlo en un papel. Sans suspiró por lo bajo. Ya nada se podía hacer con todo el buen material desperdiciado. Arrugando el papel en una bola, lo arrojó a la papelera bajo el mueble.