Capítulo 10: El fiasco del romance

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Sans miraba con satisfacción su trabajo. Lo leyó un par de veces antes de corregir un par de errores y comenzar a plasmar la idea en dibujo. Necesitaba nuevos aires de inspiración y su taza de salsa de tabasco junto a él le dio la idea perfecta. Estar solo un poco ido no iba a hacer nada malo, además con lo poco que era, no habría problemas de ser descubierto. ¿Quién se diría que el sedante del picante le hacía el mismo efecto que el alcohol? Lo único malo del asunto era que al tener esa libertad, debía tener cuidado de no hacer pensar a los demás que no se trataba más que una desagradable costumbre.

Bosquejó un par de viñetas con un lápiz de grafito y las repasó en tinta ayudado de una regla de madera. Cuando estaba punto de comenzar a hacer los dibujos de detuvo al ver que las puntas de sus dedos estaban negras y podría manchar el tan buen trabajo que había hecho hasta ahora. Pasó la vista al resto de útiles y encontró que varios estaban con sus huellas impresas en tinta.

Demonios, soy un desastre.

Miró su taza de salsa ya vacía. Quizás una taza más no haría daño.

Revisándose si la tinta no estaba demasiado seca, se raspaba los dedos con el pulgar. Chasqueando la lengua, dobló la esquina hacia a la cocina. No estaba seguro si había ensuciado algo más, ¿Tal vez su ropa? Las mangas estaban casi hasta el codo, así que supuso que no. Casi como un reflejo, iba a apoyar las manos en el pecho, pero se detuvo al ver que era una mala idea.

Casi, casi.

Al alzar la vista se encontró con Frisk mirando de reojo el plato. Detuvo su marcha en seco y se escondió con rapidez tras de la pared antes de que pudiera llegar a verlo. No esperaba verla a esa hora en la cocina. La mayoría ya había vuelto a su trabajo para esa hora. Por el aroma que había en el lugar pudo deducir que lo había calentado en la estufa hace nada ¿Ya lo habría probado?

Sans volteó a verla aún con la mirada fija en la comida.

Si era así, ya sabía que es lo que ocurriría. De seguro estaba meditando entre tirarla o tirarla. La comida de su hermano apenas era soportable para él que casi no saboreaba algo cuando bebía. ¿Cómo sería para una lengua normal? Ella sería la primera (y probablemente el último ser humano) en haber consumido tal pesadilla vuelta realidad. Estaba sola en la cocina, ¿Qué la detenía a tirar la pasta a la basura y devolverle el recipiente de plástico vacío, con la mentira de que se lo hubiese tragado? Absolutamente nada, nadie estaba allí para juzgarla. Salvo él, pero eso ella no lo sabía. Al menos esa era la escena que se esperaba para poder tener razones, y odiarla con total tranquilidad como él quería.

Pero lo chica tomó el tenedor de vuelta y comenzó a devorar prácticamente la comida, Sans podía verle las lágrimas a punto de brotarle por los ojos. Unos determinados ojos.

Y yo era el bruto que no sabe cómo usar un lápiz.

Patidifuso, miraba aquella escena casi brutal, casi teniendo que retroceder cuando ella lo hacía para tragar con dificultad y golpearse el pecho para volver a respirar. A ella no le gustaba, Sans lo tenía claro en este punto. Se estaba esforzando por no dejar nada. Hasta que lo logró.

Eso sí es una hazaña.

Sans se golpeó mentalmente por pensar en eso. Pero no podía culparse, la chica hasta había evitado voltear al fregadero para vomitar. En vez de eso, ella cogió un vaso y lo apresuró rápidamente. Sans casi se hecha a reír al oírla eructar y disculparse para sí misma. En su vida había oído a una dama eructar tan fuerte. Finalmente tomó todos los utensilios que había usado y los enjuagó rápidamente la ver la hora en el reloj. Sans hiso lo mismo, ya era tarde para comer y ella podría haber roto un récord por esa bestialidad.

Daily Joke (Fanfic Frans)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora