Capitulo 11: Bien vamos haya.

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Nos encontrábamos en el taxi, después de que mi madre me diera el dinero me preparé rápidamente y con Ethan fui a buscar un taxi.

Estaba sumergida en mis pensamientos, imaginando como quería el tatuaje y el significado que tendría para mi; no me hacia los tatuajes así por que si, me tenía que haberlo meditado durante bastante tiempo y tener una idea clara y exacta de lo que quería para después no arrepentirme.

-¿Qué te vas a tatuar?-preguntó sacándome de mis pensamientos haciendo que dejara de observar el concurrido tráfico de las calles para centrarme en el y en sus ojos, que cada vez que miraba me atrapaban inhundandome completamente haciendo que concentre mi total atención en él, en serio eran preciosos.

-Ya lo verás-dije dandole misterio con una sonrisa juguetona.

-Por lo menos dime donde-entrecerré los ojos analizándolo -Es lo mínimo que merezco, si no llega a ser por mi y hubiera decidido no acompañarte seguramente estarías en tu casa deprimida ahogando tus penas en los más probable en el alcohol o incluso con pastillas y demás drogas, viéndote en ese estado no querrías seguir así recurriendo al siucidio. -acobó.

-Todo eso por no poder tatuarme-dije lo mas seria que pude intentado aguantar las enormes carcajadas que amenazaban con salir de mi garganta.

-Exacto-me volvió a mirar completamente serio-lo sé, un drama-hizo un movimiento que hubiera hecho Markus y no pude aguantar mas empecé a reír.

El me miraba serio, como si lo hubiese ofendido pero en unos segundos se unió a mis risas haciendo que el taxista nos mirara por el espejo retrovisor junto con su enorme bigote y nos diera una mirada como si estuviera tratando con un par de locos.

Cuando pudimos controlar la risa di un suspiro para reponerme.

-Lo quiero en el cuello-respondí finalmente, retiré el pelo hacia un lado dejando expuesto mi cuello, pase la palma de la mano por la nuca señalando donde lo quería.

-Ahí, pueden ser peligrosos, a la hora de poner una anestesias y demás en una operación o algo parecido.

Ya había escuchado eso antes cada ver que dije donde quería el tatuaje por eso deje de decirlo, me resultaba cansado tener que andar dando explicaciones.

-Sí, pero las anestesias por aguja también se pueden poner en la parte baja de la espalda-repuse yo.

-También es verdad-se encogió de hombros-haz lo que quieras.

-No sé si lo habrás notado pero suelo hacerlo-dije con una sonrisa, en un tono de voz más bajo que el mío habitual.

-Créeme lo he notado-susurro a la vez que se acercaba a mi quedando cerca de mi cara mientras nos mirábamos fijamente, tras unos segundos la situación se volvió algo incomoda y carraspeé para después volver a colocarme de nuevo en mi asiento correctamente, él tardo un poco mas pero al final se sentó bien con una pequeña sonrisa burlona tiroteando de sus labios.

Con todo esto no me había dado cuenta de que el coche se encontraba parado rodeado de coches debido al gran atasco que se había formado.

-Dígame cuanto es, nos bajamos aquí-le dije al taxista, no pensaba quedarme aquí para gastar dinero cuando a donde íbamos no esta a más de unas calles de aquí.

Después de haberme dicho la cantidad correspondiente y pagarle bajamos los dos por mi lado ya que la puerta de Ethan se encontraba demasiado cerca de otro coche teniendo asi demasiadas probabilidades de chocar la puerta junto a este.

-Bien, ¿a dónde vamos?-preguntó una vez fuera.

-Solo camina-le contesté, andamos calle arriba después de cruzar unas cuantas calles se podía observar un cartel de neon a lo lejos que casi no se diferenciaba debido a la claridad del día, tenía la fachada pintada de rojo granate con un gran escaparate donde había expuestas fotos y dibujos de los tatuajes que se habían realizado o se podían realizar allí.

Del Bronx a ManhattanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora