Capitulo 10:¿A qué ha venido eso?

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Abrí mis ojos lentamente pero automáticamente los volví a cerrar debido a los rayos de sol que se colaban por mi ventana, hice otro intento de abrir los ojos para luego pestañear unas cuantas veces hasta que la luz dejara de molestarme. Gruñí levemente y me estiré por completo con la cabeza enterrada en la almohada, suspiré pesadamente y con toda mi fuerza de voluntad que fui capaz de reunir únicamente pude ser capaz tan solo de sentarme con todavía el edredón cubriendo mis piernas cruzadas a lo indio. Rasqué la parte delantera de mi cabeza mientras daba un gran bostezo, los fines de semana era el único día que podía levantarme a mi antojo, ya que Jade y Will están lo suficientemente cansados después de haber salido la noche anterior como para no molestar. Pasé la vista por toda la habitación recordando todo lo que había pasado anoche, sí, me acuerdo de lo que pasó pese a la terrible borrachera que cogí.


Ahora sí, con toda mi fuerza de voluntad conseguí le levantarme de la cama, eché un vistazo hacia abajo mirando lo ropa que había utilizado esa noche como pijama, una camiseta que llegaba como hasta el ombligo, muy amplia y unos pantalones peligrosamente cortos, la verdad es que anoche no estaba como para elegir la ropa adecuada, me puse lo primero que pillé. Me miré en el espejo de cuerpo, estaba un poco pálida y con algunas ojeras y en mi pelo parecía que habían anidado pájaros, cogí la goma del pelo que había usado por la noche que ahora se encontraba en mi muñeca e hice un moño deshecho, pero tan deshecho que creo que no se puede ni considerar moño, más bien parecía una maraña de pelo con una goma de pelo de por medio. Mi estómago rugió en petición de alimento y yo gustosamente se lo iba a dar, fui hasta la puerta y bajé las escaleras, se escuchaban voces en la cocina. Una vez llegué allí estaban mi madre delante de los fogones revolviendo unos huevos y Ethan sentado en la barra dándome la espalda.

-Buenos días-me acerqué a mi madre y le di un beso en la mejilla, ella me devolvió una dulce sonrisa en respuesta.

-¿Y para mí no hay beso?-me giré para ver a Ethan haciendo un leve puchero y poniendo ojos de cachorrito, le iba a mandar a la mierda pero pensé en todo lo que había hecho por mí la noche anterior, así que me acerque a él y presione mis labios junto a su cálida mejilla, se quedó estático unos segundos hasta que me separé de él, se quedó mirando con el ceño levemente fruncido a la vez que mi madre nos miraba divertida.

-¿Qué?-pregunté inocentemente mientras sacaba unos platos del armario y los dejaba en la encimera cerca de donde mi madre estaba preparando el desayuno.

-¿A qué ha venido eso?-preguntó.

-¿El beso?-asintió-Me lo has pedido-le respondí simple y me senté frente a él en la barra.

-Ya pero no pensé que me lo fueras a dar-siguió cuestionando.

-Era también una manera de darte las gracias, por lo de anoche-expliqué encogiéndome de hombros.

Mi madre puso un plato con comida para cada uno y se sentó en la silla que tenía al lado.

-¿Te acuerdas?-preguntó sorprendido mientras cortaba un trozo de huevo y se lo llevaba a la boca.

Asentí mientras masticaba.

-¿Qué pasó anoche?-mi madre nos miró inquisitivamente a los dos, Ethan me lanzó una mirada inseguro de si debía contarle lo que había sucedido, seguramente si hubiera sido mi padre no se lo hubiera contado pero con mi madre era diferente, con ella podía hablar de todo, hasta de lo que había hecho en una fiesta.

Tomé yo la iniciativa y conteste a su pregunta -Ayer bebí demasiado y me emborrache, Ethan me ayudó y me trajo a casa.

-Sí, luego me quedé dormido en el sofá y cuando llegó Jade me ofreció quedarme en la habitación de Will, puesto que él no estaba-terminó de explicar Ethan la parte que yo no sabía ya que estaba durmiendo en mi habitación.

Del Bronx a ManhattanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora