Cap 14

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Yuuri katsuki se encontraba recostado sobre su cama, contaba ya casi con cinco meses de embarazo y una panza saliente muy notable, su bebé era muy inquieto, más que su primer hijo y eso le llegaba a causar mucho problemas, en su día a día e incluso en las noches, aunque seguía muy feliz de poder dar vida dentro de su cuerpo, aún.

El omega mayor contaba ya con 39 años, una experiencia de lado, una vida. El matrimonio no había tardado mucho en intentar comenzar a tener hijos desde su boda, pero como era antes de eso?, cómo se conocieron ellos?.

Yuuri katsuki a sus 19 años había formado una carrera en el patinaje artístico que se había desmoronado frente a sus ojos por un salto muy mal echo en televisión internacional, un salto que le había costado una ida al hospital y un de recuperación fuera de las pistas, aunque no solo, tras aquel incidente también había despertado la curiosidad de cierto alfa mayor el cual no había tardado en correr a buscar a el omega hasta dar con el. Pronto los meses se convirtieron en un año, yuuri logró pasar su tratamiento con éxito gracias a los doctores y a Viktor, que nunca dejaron de estar a su lado.

A los 20 años de el omega, meses después de su salida, se celebró con una pequeña gran fiesta llena de sake dentro de la casa katsuki, los amigos más cercanos de yuuri, incluido aquel alfa por el cual había comenzado a sentir algo, estaban presentes. Decir que yuuri no tardó en caer en las garras de el alcohol estaba de más, el joven omega se encontraba borracho de más y dando un pequeño show de stripper ahí mismo sin saber que cierto albino ya lo observaba deseoso, cuando el show terminó y la mayoría de personas se encontraban más centrados en el padre de yuuri que en el omega este se acercó a viktor peligrosamente y se hundió en su gran pecho absorbiendo sus fermonas sin su consentimiento pero tampoco sin ser detenido.

-yuuri, qué pasa?, debería llevarte a la cama?- mencionó viktor mientras giraba sonrojado la vista hacia otro lado; el omega lo miro enojado y tomó su rostro obligándolo a que lo viera

-No se quien crees que soy alto y guapo alfa pero mi corazón ya le pertenece a una persona muy buena la cual está presente y solo quiero que el me lleve a la cama- comentó enojado aquel borracho mientras sacaba hipos de palabra en palabra

-quien podría ser esa persona?- la voz de viktor se engrueso y demandó autoridad, algo que el omega no notó mucho ya que aún no se despegaba de el

-acaso no es obvio?, todos aquí lo sabemos, creí que tú lo sabía guapo y alto alfa, es viktor nikiforov...pero shh el no puede enterarse de mis sentimientos, sería tan vergonzoso que el se enterara, yo se que mis sentimientos no son correspondidos pero aún así me hace feliz que el siga a mi lado...- comentaba el omega para luego comenzar a parlotear cosas sin sentido acerca de cómo serías su relación con viktor o el como moriria de vergüenza tomar su mano por la calle y que la prensa los viera, todo eso sin saber que el alfa sonreía de medio lado y oía gustoso cada palabra

-dime pequeño y regordete omega, acaso esto es cierto?- pregunto viktor a lo cual el omega asintió repetidas veces volviendo a su templo de la fantasía con viktor- entonces déjame llevarte a mi cuarto, prometo soy mucho mejor que ese viktor de el cual hablas- comentó el alfa tomando el rostro de el omega y acercándolo peligrosamente a el haciendo que este se sorprendiera

Viktor activó sus fermonas, aquellos hizo que yuuri no pudiera resistir, su sonrojo creció y sus ojos se medio cerraron, su vista se nublo más de lo que ya era y su respiración se agitó, no tardaría en entrar en celo si el alfa seguía así.

Después de aquella noche y despertar desnudo, con algunas manchas en el cuerpo y al lado de viktor, estos se convirtieron en la pareja de el año, claro nada mas un año pues después, cuando yuuri cumplió los 21 años, por fin se convirtieron en los esposos de el año, en los que se esperaba más y en los que se confiaba traerían hermosos bebés a el mundo.

Yuuri katsuki de 39 años no podía evitar sonrojarse y sonreír ante el recuerdo de cómo había conocido a su esposo, una historia loca la cual amaba y al parecer su pequeño hijo igual ya que había dejado de molestarlo. Claro, habían pasado por muchos obstáculos, habían aprendido a ser padres, había visto crecer a su hijo, habían tenido bajas, habían llorado al no poder dar con otro bebé, la vida les había dado tantas vueltas hasta llegar a ese momento, hasta llegar a un yuuri el cual esperaba sobre su cama ansioso a que su esposo o su hijo llegaran y lo abrazaron fuerte esparciendo sus fermonas para el, tal vez eran las hormonas o el echo de tener tanto sueño que lo hacían pensar y sentir ese tipo de cosas; a duras penas se colocó sobre la cama y cedió al sueño, solo por unos momentos no haría daño.

Positivo al par Donde viven las historias. Descúbrelo ahora