Las Dimensiones De Mi Universo

Dimensión 2

Dimensión 2: La rigidez no debe dominar.

Hacia frío, me estaba casi que congelando en la cama. Lo que en parte me alegró, porque el frío anunciaba que estaba de nuevo en mi cabaña, extrañaba el frío. Abri los ojos muy despacio, no quería llevarme una decepción. Lo que si, es que mi cama me parecía mucho más incómoda que de costumbre, como si estuviera durmiendo en el suelo.

Quizá porque si lo estaba haciendo, pero no me enteré de esto hasta que enfoque bien la mirada, estaba junto a los pies de mi padre. No fue el mejor despertar del mundo, pero el hecho de que faltara mi cama me decía que no estaba en mi cabaña, otra dimensión probablemente. Lo único que me alegro fue que al menos esta vez, si era un hijo de Júpiter y con poderes.

Me levanté del suelo ¿Todos los demás Jasones eran más altos que yo? Busque mis lentes pero no los encontraba por ningún lado. Todo estaba perfectamente ordenado, pero no veía mi mesilla de noche, solo había una bolsa para dormir en el frío suelo ¿Acaso a este Jason le gustaba dormir en el piso? Pronto los alcance a ver en un lado de la bolsa para dormir.

—Al menos estos están aquí —Frunci el ceño mientras me metía al baño. Pasó lo mismo que afuera, todo estaba perfectamente ordenado, tenía mi cepillo de dientes, shampoo y jabón, a más de todo lo esencial. Pero no estaban las cosas que estaba acostumbrado a ver en mi baño, aquí todo estaba de un blanco inmaculado.

No era secreto para mis amigos que en mi baño tenía algunas pegatinas. Si, Jason Grace tiene pegatinas en las puertas del armario de su baño, me las regalaron Nico, Leo y Percy en broma. Pero siendo sinceros, era la primera vez que alguien me regalaba algo así, los demás regalos que había recibido en mi vida eran serios y ninguno por mi cumpleaños. Nunca había celebrado uno hasta que... No tiene importancia, lo que ahora quiero descubrir es en que nueva dimensión estoy.

Me apresure a alistarme, note que solo tenía camisetas del campamento Júpiter a pesar de estar en el mestizo, lo que se me hizo bastante extraño. Sobre una mesa tenía planes parecidos a los de mi dimensión, lo que me alegro lo suficiente para saber que no estaba tan perdido en este mundo. Salí de la cabaña y miré a los lados, no sabía con que me iba a topar en este lugar.

—Buenos días Grace —Me saludo uno de los campistas, tenía un tono de lo más áspero. Como si el saludo fuera por obligación. Me sentí incómodo, así que le sonreí.

—Buenos días —Devolvi el saludo de forma amable. No entendí porque parecía asustado de verme sonreír, además que salió corriendo. Pero después lo comprendería, por lo pronto seguí mi camino hacia el comedor.

—Grace —Escucho una voz a uno de sus lados, era Leo pero no entendía porque me llamaba por mi apellido —Ya he reparado la lanza de ayer, puedes recogerla en el taller de los de Hefestos —

—¿Por qué me llamas por mi apellido Leo? —Ladee la cabeza mientras el parpadeaba, sacudió la cabeza y comenzó a retroceder hasta irse totalmente ¿Sería por mi rostro? La verdad es que me vi en el espejo y por alguna razón me vi unas marcas en la frente, como si cargara el ceño fruncido constantemente, lo cual no suelo hacer desde hace mucho.

No le preste demasiada atención y segui mi camino, cuando pasaba a lado de los campistas estos huían de mi, o me hacían un saludo militar. Cuando estaba por llegar al comedor pude ver a Nico, así que corrí hacia él, quizá el podría decirme algo de este Jason bastante extraño para mi.

—¡Nico! —Tuve que gritarle cuando vi que se iba a pesar de que me había visto. Nico se detuvo y me vio entre horrorizado de verme sonreír e intrigado creo que por la misma razón.

—¿Qué quieres Grace? —No voy a decir que eso me dolió, pero si lo hizo y creo que se notó en mi rostro. Nico era como mi hermano pequeño, algo que nunca había tenido y que me hablara de esa forma para mi era extraño, dolia. Su voz sonó fría. —No tengo tu tiempo, tampoco esperes que me rebaje como todos a saludarte como se debe. Según tú —Auch Nico seguía poniendo el dedo en la herida.