Las Dimensiones De Mi Universo

Dimensión 5

Dimensión 5: El niño que nunca fui, vuelve.

Bien, ahí iba de nuevo. Apenas me había dormido con Percy, ahora estaba en un nuevo lugar. Abrí los ojos un poco, solo logré ver un techo de color negro, quizá era porque estaba todo oscuro. O más bien eso quise creer en ese momento.

Lo que si no pude evitar notar, es que habían dos pares de manos a mi alrededor y que dos cabelleras daban contra mi pecho. Se veían pequeñas, aunque levante mi mano, esta también se veía pequeña, estaba acostumbrado a mis largos dedos, pero no estaban. Mi mano era...

—¡Un niño! —Me senté de golpe, arroje a los lados a quienes reposaban contra mi cuerpo. El pánico comenzó a invadirme, miraba mis manos con terror, mi pecho subía y bajaba, el aire no estaba llegando a mis pulmones. Hice lo único que se me ocurrió hacer.

Grite.

—Jason ¿Qué te sucede Jason? ¿Estás bien? —Unas manos pequeñas y bronceadas se posaron en mis mejillas, unos brillantes ojos verdemar me dieron una mirada —Cálmate, respira, vamos, despacio —

—¿Qué sucede? —Un tipo rubio entró en la habitación. Ahí me di cuenta que estaba rodeado, por personas pequeñitas. Igual que quien aun sostenía mi rostro ¿Era un buen momento para desmayarse? Si, mi cerebro creyó que era lo mejor.

—Vamos Jason, debes despertar —Volví a abrir los ojos, un par de ojos azules me devolvieron la mirada, había un chico rubio frente a mi. El mismo que vi antes de desmayarme, el que entró a la habitación —Despierta, no quiero colgar sobre agua bendita cortesía de tu hermana —

—¿Qué paso? —Me sentía aturdido por completo. Pronto había un par de ojos verdemar mirándome de nuevo, luego advertí que no era el único par que me veía. Habían otros tres pares de exactamente el mismo color, todos detrás del rubio de ojos azules.

—¿Ya se murió? —Pregunto el más pequeño de todos, los demás soltaron risitas, excepto uno de ellos.

—No, deja de decir eso Tes. Jason no se va a morir —Gruño el niño, el que había visto primero, después de darle una mala mirada al más pequeño me vio a mi —¿Verdad? —

—No, creo que no —Logre contestar y el sonrió, note algo que no había notado antes.

El niño tenía unos dientes muy largos, ahí donde uno tenía unos dientes llamados caninos. Los de él, eran muy largos, colmillos, tenía colmillos.

—Percy, los colmillos, creo que lo asustan —Reprendió el rubio, el niño le miró y enseguida los colmillos desaparecieron.

Me volví a desmayar.

Creo que se me estaba haciendo costumbre en esa dimensión.

—Si, ya esta, ya abre los ojos —Decía otro de los niños de ojos verdemar, sostenía contra mi nariz un pañuelo de olor fuerte —Así se hacen las cosas rubio pervertido —Gruño mientras sacaba el trapo de mi rostro, parecía molesto por algo.

—Tritón es un gruñón, no le hagas mucho caso a su rostro —Hablo otro de los niños, pero él se me hizo conocido —No eres nuestro Jason ¿verdad? —

—No, no lo soy —Supe contestar mientras me sentaba, la habitación seguía oscura, no había casi nada de luz.

—Bien, no te preocupes, le avisaremos a Thalia. Ella dijo que estaría pronto de regreso —Se metió otro de los niños, tenía el cabello castaño algo desordenado. Todos estaban en pijama y sobre la cama en la que había despertado.

—Mientras no me claven una estaca, seré feliz y ahora a dormir —Ordenó el rubio.

—No quiero —Renegó el más pequeño —Quiero a Perseo, trae a Perseo —Exigió.