¡Pajero! ✧ KookV

XLIV. "Estoy contigo"

—La tarde ya está cayendo, ¿seguro que quieres hacer esto?

—Lo estaré si vas conmigo.

Taehyung sabía que era una mala idea, pero aún así, en todo el transcurso del hotel a la playa, él nunca soltó la mano que lo sostenía y lo guiaba entre las personas. No dejó de observar el perfil de ese individuo que sonreía como un niño pequeño que estaba cometiendo una de sus mejores travesuras; que disfrutaba el aire que golpeaba su rostro como si no tuviera responsabilidades, pendientes, miedos. La persona que tenía enfrente solo estaba viviendo. Y toda su felicidad se contagió.

Meditó por unos momentos la locura que harían, pero dejó sus preocupaciones en segundo plano y, sujetando fuertemente la mano de esa persona en especial, igualó su velocidad para luego superarlo e incitarlo a correr como si sus vidas dependieran de llegar a la orilla de la playa en los próximos minutos.

Las personas poco a poco fueron disminuyendo en su camino a medida que se acercaban a su destino pero todos coincidieron al pensar en lo locos que se veían esos dos jóvenes que corrían despavoridos. Taehyung solo pensaba en lo vivo que se sentía.

En algún momento del transcurso dejó de estar al frente y se detuvo a los pocos segundos cuando la persona que lo conducía soltó su mano y se paró frente a él, a espaldas del bello atardecer que estaba al fondo y que se perdía entre las inmensas olas que tomaban un color anaranjado.

—Sé que ambos tuvimos nuestros errores pero, en serio, me encantaría pasar esta noche a tu lado, la mañana siguiente, y el día siguiente, y todo aquel tiempo que abarque la palabra eternidad en esta insignificante vida que tiene valor si estás ahí —Jungkook habló seriamente, sin embargo, él solo se enfocó en la canción que su melodiosa voz entonaba. En la rima que había entre sus versos a la hora de recitar cada una de sus estrofas—. Reír, llorar, vivir al unísono. Esas simples emociones lo son todo para mi —no sabía si estaba proclamándole amor, si estaba narrándole las palabras que había preparado con autoridad, o si solo estaba pidiéndole estar juntos hasta la eternidad, pero todas las opciones posibles lo hacían quedar sin hablar, sin saber qué responder a tan bellas y, sobre todo, honestas palabras.

—¿Y, qué debería responder? —trató de verse inexpresivo, de encontrar una razón de aquellas palabras que le decía el contrario, pero su cabeza no podía formular algo y sus ojos se llenaron de lágrimas automáticamente.

—Taehyung, quiero pintar un hermoso cielo púrpura detrás de tu figura que me regala una tenue sonrisa y, aunque nuestros pasos no avancen al mismo ritmo, todavía, quiero recorrer este camino a tu lado —e inevitablemente, un par de lágrimas se deslizaron en sus mejillas, todo a la vista de ese joven ser que se mostraba en calma, pero que en sus ojos detonaba una serie de emociones y sentimientos que no sabría descifrar en este preciso momento—. Quiero estar contigo, Taehyung —y sin más, dijo lo que dictó su corazón.

—Jungkookie, estoy contigo. Siempre lo he estado.