|• Seis •| Milena.

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Iba a ser una noche especial, sería la primera cita que tuviera con Alex, estaba demasiado animada, emocionada, quería gritar, no podía con tanto.

Lo escuché llegar y entrar a la casa, estaba arreglando lo último de mi maquillaje frente al espejo en mi habitación. Había descubierto sus puntos débiles y uno de ellos era la mujer, sensual, atrevida, dispuesta a todo, pero también la chica inocente que dice no hacer nada o no sé da cuenta.

Pasé mis manos por mi vestido para que se viera mejor sonriendo ampliamente satisfecha de mi trabajo.
Aquél hermoso vestido negro ceñido al cuerpo con espalda descubierta, zapatillas de un color vino en juego a mis accesorios y labial.

–¿Estás lista? –fué Alexander quien me sacó de mí momento de admiración personal. Y no solo porque habló, si no también que entró a la habitación.

Su mirada era tan excitante, llena de deseo no decía nada, solo se acercaba a paso lento, mi piel se erizó de tan solo pensar en lo que se imaginaba.

¿Así estoy bien? –pregunté para darme una vuelta en mi lugar.

Alex se acercó y me tomó de la cintura pegándome a su cuerpo de forma brusca lo que ocasionó soltara un jadeo, con su mano izquierda recorrió desde mi trasero subiendo por mí cintura, uno de mis senos hasta tomarme de la nuca, lo único que yo podía hacer era mirarle a los ojos y morder mi labio inferior.

Joder Lena, estás tan hermosa, luces tan sexy, tan perfecta –susurró sobre mis labios, no era su voz normal, era de un tono ronco y eso me ponía demasiado.

Y tuya –dije añadiendo una sonrisa por lo que él la respondió, su rostro fué a la curvatura de mi cuello comenzando a dejar pequeños besos en éste.

Mis jadeos no tardaron en aparecer, se escuchaban por toda la habitación, su mano que estaba en mi cintura bajó a mi trasero acariciando éste, bajó un poco más para meterla hasta tomar mi muslo y levantar mi pierna haciendo que enrede ésta en su cintura.

Me sentó sobre el mueble quedando con él entre mis piernas, tomó mi mano derecha y la llevó a su miembro, con gusto dí un apretón sintiendo lo erecto que estaba y lo mejor de todo es que yo lo había causado.

Me tienes tan duro –levantó mi vestido hasta mi cintura y con su mano libre comenzó a acariciar mi feminidad jugando con mi clítoris aún sobre mis bragas de encaje.

Mis manos fueron a sus rizos tirando de estos, sus manos se movían de manera deliciosa, me sentía en el paraíso, gemía su nombre repetidas veces.

Follame, por favor supliqué y fué como si le dieran entrado al cielo.

Su sonrisa fué amplia, arrancó mis bragas y se deshizo de su pantalón dejándome ver su miembro, de tan solo sabes que iba a entrar en mi solté otro gemido, lo traje de sus rizos nuevamente con mi mano izquierda para besarlo de manera desesperada, ansiosa.

Con mi mano derecha comencé a masturbarlo y él se acercó más para restregar su glande en mi vagina.

Milena estás tan mojada, que delicia – dijo sobre mis labios y entró a mí como tanto lo había deseado.

Sin juegos, su erección me penetró haciéndome gemir con fuerza, mi mano ahora se aferraba a su hombro, no dejaba de embestirme, los besos seguían, mezclando nuestras lenguas, masajeaba mis senos de tan perfecta manera.

El sonido del mueble chocar contra la pared era cada vez más fuerte.

Retumbaba más, y más, y más... Ahora eran sonidos extraños, huecos, rápidos, y ya no tenía a Alex en mis brazos, estaba el dueño de mis pesadillas con un martillo en la mano, golpeando a un lado de mi cuerpo encerrandome en aquél ataúd.

No podía soportar de nuevo esa sensación de mi corazón acelerado y el ahogo que sentía, abrí mis ojos de golpe cuando entró Alex a la habitación.

–Milena se hace tarde –dijo y se acercó a abrir las cortinas dejando pasar la luz.

Y de tanto que lo deseaba a ese hombre solo era otro sueño más. Lo peor del caso es que ni siquiera nos habíamos besado y yo ya soñaba como me follaba.

Me removí un poco inquieta y se acercó dejando un beso en mi mejilla.

–Buenos días –contesté antes de que se alejara y saliera nuevamente de la habitación, no llevaba puesta su camisa solo las bermudas, por lo cual me dejó ver aquella hermosa espalda llena de lunares.

Dónde eh querido clavar mis uñas.

Es una gran tortura estar deseando a alguien con la esperanza de que te mire y se dé cuenta que no hay nadie que lo amaría de igual manera que tú.
Y no es justo pedirle solo ser amigos porque sería condenarte a ver con cariño a alguien a quien amas.

Amar, ¿Qué palabra no?
El amor es un sentimiento caótico, caprichoso, que nos alegra e inspira, que nos motiva y despeina, pero también el que nos pone tristes.

Sin pensarlo más me levanté de la cama y ¡Sorpresa! Un tirón en mi vientre indicando que los cólicos estaban por venir.

Maldije a mis adentros y fuí al baño para poderme dar una ducha, hoy saldremos todos así que debo estar bonita como siempre.

Mañana era día de universidad y comenzar a preocuparme por trabajos y tareas.

Al salir me puse un atuendo sencillo deportivo para no tener tantas molestias y mi cabello lo dejé solo sin nudos en el.

Tomé dinero y mi móvil para bajar a la sala donde Alex ya estaba listo con su móvil, me acerqué sentandome en sus piernas dejando un beso su mejilla.

–¿Nos vamos? –pregunté pasando mis manos por aquellos rizos que tanto me gustaban, algo que lo hacía resaltar.

Me dedicó una sonrisa tierna con la que internamente morí de emoción.

–Vámonos. –asintió besando mi mejilla y se levantó tomando en brazos para caminar a la salida de la casa en dirección al auto.

El que me llevara en sus brazos provocó una linda sensación en mí, entonces en ese momento pensé;

A veces nos convencemos de que es mejor la realidad, pero también es interesante soñar.

Y Lodge para mí es todo un sueño, y no uno imposible, pero sí uno que tal vez pueda romperme.

Cómo todo un caballero me dejó al pie de la puerta del auto y abrió esta dejándome subir, cerró y subió de su lado, encendió el auto y comenzó a conducir.

Tomó mi mano izquierda y entrelazó nuestros dedos, así siguió en todo el camino, no hablamos, solo escuchábamos música y era tan lindo.

Alexander Lodge, te permito ser quien acabe con mis ilusiones, y si eres capaz el que me haga feliz.

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Mis preciosos lectores, quiero agradecer a ustedes cada lectura
cada voto, su apoyo.
Es para mí una gratitud el que hayamos llegamos a más de las 14K lecturas, y todo gracias a ustedes.

Les dejaré mi Instagram aquí por si quieren hacer preguntas y tal vez saber que rumbo tomará la historia.

Los amo mucho.
Ig: @Sionrrixx

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