Pequeñas muestras de afecto (Shanks x reader)

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Aquella solo era la primera tarde, pero el tiempo pasaba muy lento cuando no estaba con sus ruidosos compañeros. ( ___ ) se encontraba en una isla de primavera, una isla que los Piratas del Pelirrojo solían celebrar para celebrar sus fiestas y banquetes.  Sin embargo, en esta ocasión ella se encontraba sola...



Ese mismo día al amanecer los Piratas del Pelirrojo desembarcaron en una de sus islas favoritas. Todos los miembros de la tripulación permanecieron en el barco por orden de su capitán, excepto él mismo, ( ___ ) y su oficial de confianza, Benn Beckman.

Ellos tres fueron los únicos en bajar del barco, y tras hacerlo, atravesaron la playa en la que habían embarcado, adentrándose en el bosque lleno de vegetación que la rodeaba.

—¿Por qué hemos venido hasta aquí si no es para montar una fiesta, Shanks? —preguntó la chica mientras caminaban.

—Ahora lo verás, ( ___ ). Ten paciencia.

—¿Benn? —preguntó, pero él negó con la cabeza.

Viendo que ninguno de los dos iba a responder a sus preguntas, ella se limitó a observarlos. Sus expresiones eran serias, casi de disculpa, y eso era extraño, demasiado extraño. Su instinto la decía que iba a suceder algo, y no algo bueno precisamente; así que se detuvo. Ellos dos también pararon y miraron hacia atrás.

—¿( ___ )? —preguntó Shanks.

—Vosotros dos... ¿en qué estáis pensando exactamente trayéndome aquí? 

—No tiene sentido que te lo ocultemos por más tiempo —comentó el pelirrojo, y se acercó a ella—. ( ___ ), quiero que te quedes en esta isla mientras estemos en la guerra de Marineford.

—Me niego —contestó, cruzando sus brazos.

Shanks soltó un suspiro. Tras varios segundos, el aura que lo rodeaba se volvió ligeramente amenazante. 

—No te lo estoy pidiendo, ( ___ ). 

No, no era ninguna petición. Eso quedaba más que claro por su aura amenazadora. Ante el cambio en el ambiente, la chica había pasado de cruzar sus brazos a abrazar su propio cuerpo. También había apartado la mirada, intentando evitar la intensidad de su capitán y sacar fuerzas para decir algo más.

—¿Por qué?

Shanks iba a responder, pero cuando ella miró a Benn, se tragó las palabras que iba a decir.

—Si vas a la guerra de Marineford y ves a Ace en peligro, ¿crees que serás capaz de contenerte?

( ___ ) apretó los puños al oír sus palabras, llena de rabia, y mordió su labio inferior con fuerza. Permaneció así varios minutos, hasta que, con los ojos fijos en el suelo, respondió en un murmullo: 

—De acuerdo. Me quedaré aquí.

Aquella era la respuesta que querían y que ella odiaba, pero tenían razón. La guerra que iba a tener lugar era para evitar la ejecución de Ace, uno de sus amigos de la infancia, y nada aseguraba que él saldría vivo; pero si había algo que ella tenía por seguro era que intentaría evitar su muerte a toda costa, incluso si la costaba su propia vida. 

Ella lo sabía, y ellos también. No sabía con qué objetivo iban a irrumpir en la guerra, pero confiaba en Benn. Al fin y al cabo, probablemente él ya tenía una idea de lo que iba a ocurrir allí.

 Mientras todos esos pensamientos cruzaban por su mente, Benn ya se había marchado, dejándolos a ella y a su capitán solos. Shanks se acercó a ella y posó sus dedos sobre sus labios. Los acarició con suavidad, intentando quitar la sangre que brotaba del labio inferior. 

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