Para Kim Taehyung todo el mundo es una porquería. Sufriendo el abandono de uno de sus padres y más traumas pasados, sigue sonriendo por la única persona la cual lo hace feliz, su pequeño novio, Min YoonGi.
Todo se vuelve diferente con la llegada de...
— Te lo dije Roseanne... No debí haber dejado que Lisa estuviera contigo.— La Omega estaba acostada en su cama, sin saber bien qué pensar de todo lo que estaba ocurriendo, sólo podía ver su celular o la televisión, pero no caminar mucho porque todavía estaban sus defensas débiles y su lobo parecía estar queriendo aguantar a duras penas.
— Ya te he dicho que no es tu culpa... No te mortifiques con mis problemas. La marca ya está desapareciendo, en dos semanas o tres estaré igual que antes.— Una sonrisa dolorosa salió de ella, tratando de calmar a su hermano y que no cometiera ninguna estupidez.
— Hablaré con ella, debe de saber esto y por lo menos hablar con tu lobo...— Park negó, queriendo decirle lo innecesario que era, mas no pudiendo por el dolor en su garganta.— Sabes que lo haré y no entrará en discusión, punto final.
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— Maldito seas Park Jimin...— En el camino a casa de Jungkook, el mayor no pudo evitar decir mil y un insultos al rubio.
Era increíblemente patética la situación en la que se encontraba; a las nueve y media de la noche, en celo, con su estómago rugiendo por comida y caminando para la casa de su amigo que fue uno de los temas por el que peleó con YoonGi, hermoso.
Lo único que le preocupaba en ese momento era su celo, esperaba no ser notado por nadie en esa casa. También rondaba por su cabeza la reciente conversación con el "Omega."
"— Mira, sé que no nos llevamos muy bien y no hay una razón para que hagas algo por mí, pero... Sólo voy a pedirte que no le digas nada a YoonGi."
"— Esta bien, no diré nada... Pero tú también hazme un favor.— El menor escuchaba atentamente lo que le diría, esperando que no fuera a querer pedirle dinero o algo de esa índole.— Si Kookie pregunta algo sobre mí, dile que estaba con algunos amigos y no menciones nada sobre estos.— Dice refiriéndose a la caja de cigarrillos que tenía en el bolsillo."
Kim asintió, cerrando el trato de la noche que hacía pender de un hilo la relación que tenía con su Omega pálido, esperaba que de verdad hiciera silencio.
Esa noche, por primera vez en mucho tiempo, pudo confiar, o al menos intentaba, en alguien que no fuera YoonGi, en alguien que no conocía de nada pero que esperaba fuera alguien de palabra. Debía admitir que eso de delatarlo con el Alfa por llamada no le agrado, mas debía agradecerle de que si no le hubiera dicho, verdaderamente hubiera dormido debajo de un árbol en la calle.
Una cuadra antes de llegar a la casa de los Jeon, sacó de su mochila un supresor que tuvo que tragarse sin ningún líquido, logrando que desapareciera su olor. Odiaba esas pastillas, sabían mal, incluso los comprimidos de ibuprofeno sabían mejor.
Al llegar a la casa, vio devuelta al gnomo embrujado que ya empezaba a incomodarlo, pasando rápidamente por su lado hasta llegar a la puerta, ahora venía la parte más incómoda: tocar y que le abrieran.