Para Kim Taehyung todo el mundo es una porquería. Sufriendo el abandono de uno de sus padres y más traumas pasados, sigue sonriendo por la única persona la cual lo hace feliz, su pequeño novio, Min YoonGi.
Todo se vuelve diferente con la llegada de...
Otro lunes en el Instituto al que estuvo asistiendo ese año, y el último. No fueron de esperarse las miras tan sorprendentes y atentas a ellos, puede ser porque venían agarrados de las manos charlando animadamente, o tranquilamente también podría ser por la mitad de un chupón que se veía en el cuello de Taehyung, ya que la otra mitad era cubierta por el cuello de la camisa. Wow, si se sorprendieron por al mitad de un chupón entonces no quisieran verle los brazos, clavículas y hombros, menos mal la camiseta era de mangas largas.
No culpaba a Jungkook por ponerse cariñoso la noche anterior, y no, no tuvieron sexo, pero si una buena ronda de mimos, besos, abrazos y digamos a que Jeon se le pasó la mano con los besos, era posesivo, como era de esperarse en un Alfa puro. Sin embargo, Kim no se quedaba atrás ya que también había un chupón en el inicio de la mandíbula de Jungkook, pero este se puso un poco maquillaje para que no sea tan notoria porque parecía más el golpe de un puñetazo.
Y su mañana transcurrió así, chicas acercándose a él para preguntar y recibiendo de Taehyung un simple "déjennos en paz". Aunque no pudo decirle lo mismo a Jimin, quien se había acercado tanto en la entrada como en el primer receso para hablarle.
─ Oye, ya tengo planeado una gran sorpresa para ese día, pero no será una fiesta, será más... Una salida entre nosotros... Tú me entiendes, no?─ El pelinegro suspiro, asistiendo y yéndose hacia la mesa donde estaba su omega, diciendo antes un "me debes una".
Haría disfrutar todo lo que pudiera a su Alfa, aunque todavía no sabía cómo decirle que debía irse.
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El esperado viernes llegó, y para Jungkook no pudo iniciar mejor que con un hermoso rubio llevándole una bandeja con el desayuno para luego recibir muchos mimos en su cabello.
─ Feliz cumpleaños bebé Jungkook, mira, ahora tienes cuatro.─ El menor lo miró con una mirada que mataría a cualquiera, pero a Taehyung solo lo mató de risa.
─ Tengo dieciséis años, merezco más respeto!─ Un beso callo sus palabras, haciéndolo luego sonreír como tonto al ver el hermoso rostro enfrente suyo.─ ¿Ya te he dicho que amo despertar contigo al lado cada día?
─ Que bipolar me saliste niño, pero bueno, levántate que dentro de una hora y media hay que irnos.─ Se puso se pie y caminó hasta el armario del menor, sacando unos jeans negros y una camiseta azul oscura con mangas cortas para ponérsela al cumpleañero.
─ ¿Ir a dónde? Pensé que estaríamos todo el día aquí...
─ Es tu cumple, hay que salir a festejar y haré que sea el mejor para tí.─ Apenas terminó de tomar el café con leche, lo sacó de la cama, desvistiendolo rápidamente para ponerle la ropa, el menor parecía un muñeco dormido al cual podía manejar.
Al bajar, extrañamente no había nadie, ni siquiera su hermana y en cierto modo le entristeció, pensó que al menos lo saludarían, pero ni un mensaje tenía de ellos. Taehyung entrelazo sus dedos y juntos fueron caminando hasta un lugar que sería la primera sorpresa del menor.