Para Kim Taehyung todo el mundo es una porquería. Sufriendo el abandono de uno de sus padres y más traumas pasados, sigue sonriendo por la única persona la cual lo hace feliz, su pequeño novio, Min YoonGi.
Todo se vuelve diferente con la llegada de...
─ Entonces... Tenía razón.─ Los apretados puños del rubio dejaron su piel morena de un tono pálido y su puño terminó estrellándose contra la pared del lado izquierdo de la cama.─ ¡Maldito seas, Min YoonGi!─ Llevo sus manos hasta su cabello, tirando de las raíces con furia.
─ Ya esta, Tae... No te mortifiques tanto.─ Un brazo pasó por los hombros del mayor, atrayendolo hasta su pecho y abrazándolo, lo único que podía hacer era darle su apoyo incondicional.
─ No lo entiendes...─ Una leve tos comenzó a invadirlo, queriendo retenerla pero siendo inútil. Podía sentir el horrible sabor metálico recorrer su garganta y quedar atrapado dentro de su boca, se negaba a mostrar su debilidad, aun no era el momento.
─ ¿Qué no entiendo? He pasado por lo mismo, te entiendo y sé que podrás superarlo, llevara su tiempo, pero lo harás.─ Tomó con suavidad de su mentón, queriendo hacer que lo mirase, mas la fuerza que impuso el contrario no se lo permitió.
─ Yo no soy... ¿Sabes? Intente negar todo el tiempo esto, pero ya sabía que iba a ocurrir, incluso deje de amarlo para este entonces, pero...─ Una lágrima bajo por su mejilla izquierda, sin embargo, él no sentía nada, no era el que estaba llorando.─ No importa, no es relevante ni nada. Mejor hablemos de tí, cómo fue tu día?
─ Tae...─ El pelinegro volvió a abrazar con mucha más fuerza que antes al mismo, acariciando con lentitud su cabello y espalda.─ Yo te cuidaré y me encargaré de que ya no duela más.─ Su mano se posó sobre el pecho del rubio, justo encima de donde se encontraba su corazón latiendo rápidamente.
─ Ya me lo han dicho antes y ya no sé si creerlo...─ Las palabras fueron algo que entristecieron más al joven, pero en vez de apartarlo o reclamarle que no era como Min, decidió abrazarlo más, haciendo que el rostro ajeno se ocultara en su cuello.
─ Entonces haré que creas en mí...─ Porque yo no dejaré que te alejes.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
─ No quiero usar estas cosas...─ Dijo con un puchero el mayor mientras se mantenía en pie gracias a dos muletas, una de cada lado de su cuerpo.
─ Son solo cuatro días, luego podrás comenzar a caminar sin ellas.─ Con una de sus manos, tocó juguetonamente su nariz, caminando con lentitud hasta el auto del padre de Jungkook.
─ Sí, pero son cuatro horrendos días con estas cosas...─ Sacó su lengua en forma de burla, pero cuando volvió a meterla dentro de su boca, unos labios tocaron los suyos fugazmente, dejándolo muy confundido.─ Qué-
─ Lo quiero y lo tengo.─ Guiñó un ojo al rubio, que solo pudo sonrojarse al recordar lo que le había dicho hace unos días y, como era de esperarse, el menor se volvió más cariñoso con él, al punto de robarle besos cuando se distraía.
─ Eso ya lo veremos, bad boy.─ Mientras pasaba uno de sus dedos por la mejilla del menor para provocarlo, subió a los asientos traseros del auto, siendo seguido por Jungkook.