Eros Loughty.
— Si ven el coche de Foster, déjenlo pasar. Vendrán de visita junto a Sean y Mary, una de las chicas que trabajaba para Evan.— informé a los hombres.
— Entendido señor.— respondieron.— Pero, ¿No es peligroso tener a esa chica aquí?
— No.
Mis ojos se desviaron hacia la ventana que daba al comedor, Rose estaba limpiando los cuadros de las paredes con un entusiasmo que no veía hace mucho tiempo. Además, la música sonaba desde su celular y parecía disfrutar de la limpieza. Era agradable verla haciendo algo más aparte de entrenar y comer. Comenzábamos a acostumbrarnos a la presencia del otro, y por mi parte, no me molestaba verla cada mañana.
Mis hombres siguieron mis órdenes sin chistar, ninguno la molestaba desde aquel día en el que se quejó con las paredes. Era evidente que no se había percatado de mi presencia ya que estaba cantando a los gritos como si no hubieran treinta hombres rodeando la casa. La observé colgar los cuadros nuevamente y luego seguir limpiando la mesa, cambió las flores del florero por unas nuevas que traje esta mañana y se quedó hipnotizada observándolas.
Curiosamente, a Rose le gustaban mucho las rosas.
De pequeña solía decir que eran sus favoritas ya que su nombre provenía de ellas.
Antes de que pudiera darme cuenta, yo también me había quedado hipnotizado viéndola. Me enderece y aparté de la pared en la cual estaba apoyado, cambié mi sonrisa por una línea recta y relajé el rostro antes de ingresar a la casa. Rose se calló, la música cesó y las flores quedaron en una esquina de la mesa. La vi irse al piso de arriba con tanta prisa que deseé haberme quedado afuera.
El sonido del coche captó mi atención, al ver por la ventana identifiqué a Foster. Rose bajó corriendo las escaleras y se detuvo a mi lado, quizás fue por la sorpresa que retrocedí un paso y casi tropecé. Ella me observó sobre su hombro antes de mirar el piso, buscando alguna razón para mi traspié.
— ¿Por qué Mary viene con Sean y Foster?
Estaba demasiado cerca, seguramente ella no analizaba esas acciones con tanto detenimiento como yo.
— No lo sé.
Rose salió corriendo por la puerta trasera de la cocina y respiré hondo, mis manos habían comenzado a temblar. Al salir me encontré con Rose abrazando a Mary mientras que Foster y Sean veían la escena con alegría. No me sorprendió ver que Foster no le sacaba los ojos de encima a Mary, parecía que se habían vuelto cercanos desde la última vez que los vi.
— Me alegra verte vivo.— comentó Sean abrazándome.— ¿Cómo han sido estas dos semanas?
— Comienzo a acostumbrarme.
— Pues te tardaste, amigo.— agregó Foster saludándome.
— No sé cómo tomarlo cuando viene de ti.— respondí con una sonrisa.— Parece que tú no pierdes el tiempo.
Él miró a Mary.
— Tenemos cosas que conversar.
Bastó una mirada de mi parte para que él se sonrojara, era difícil poner nervioso a Foster pero cuando se trataba de mujeres, cualquier cosa lo inquietaba. Sean pasó su brazo por mis hombros y los tres vimos como Mary examinaba el rostro de Rose.
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Pequeño Demonio: Bestia | EDITANDO
RomanceEn cuanto más fuerte sea la traición, más fuerte se volverá la víctima. Dos personas que alguna vez se amaron, ahora se enfrentarían en una pelea a muerte. Él la había lastimado de una forma inolvidable, ella lo engañó como la mejor atacante dentro...