Lo Mejor Siempre Viene Después (Actualizada)

Capítulo 6: Los girasoles (Primera parte del final alternativo 2)

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Queda bajo responsabilidad de cada uno el leer o no.

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El alfa fue recostando al omega en el frío suelo y se colocó entre las piernas de este.

Mahiru intentaba irse pero con su celo al máximo le era imposible, además Sakuya liberaba sus feromonas para atontar aún más al omega, lo cual funcionaba con éxito.

—B-basta Sakuya. N-no quiero...—

El peliverde no escuchó ninguna palabra del niño. Estaba tan concentrado en lograr hacerlo suyo que cualquier cosa le pasaba por alto.

Fue quitando prenda por prenda. Primero se deshizo de ese chaleco junto con la corbata para después desabrochar uno a uno los botones de la camisa del omega quien aún suplicaba.

—Deberías dejar que entre en ti. Eso quieres..¿no? Después de todo eres omega. Si están en celo son como unas simples zorras. Tú no eres diferente—

Pero Mahiru no quería eso.

Le dolía tanto escuchar eso de la persona en quien más había confiado y que ahora era su abusador.

—¿Lo ves? No te cuesta nada dejarte llevar—

Para cuándo el omega castaño se dió cuenta sus zapatos y pantalones ya habían sido retirados.

Sakuya también se desabrochó su pantalón dejando ver su increíble erección.

Mahiru tenía miedo. Quería que alguien lo ayudara.

El peliverde se entretuvo con los botones rosados del niño quien en más de una ocasión soltó gemidos y jadeos. Estaba empezando a darse por vencido.

Pero entonces algo lo hizo reaccionar.

Su celular empezó a sonar, cosa que hizo que el alfa se detuviera y buscara con la mirada el objeto que hacía ese ruido.

El castaño aprovechó eso, como pudo empujó a Sakuya y gateó hasta su celular.

Kuro era el nombre que veía en la pantalla.

Rápidamente contestó y vió como el alfa se volvía a acercar.

—¡¡Kuro!! ¡P-por favor ayúdame!—

Suplicó llorado mientras gritaba lo más fuerte que podía.

—¿Mahiru? ¡¿Qué sucede?!—

Se escuchó la voz del alfa peliceleste pero Sakuya tomó el celular y lo lanzó por la ventana.

—Así que hiciste un nuevo amigo...—

De nuevo se acercó al castaño y lo tomó por sus cortos cabellos de forma brusca.

—Creí haberte dicho que no hablaras con otro alfa. Debo castigarte—

Sakuya estrelló contra el piso a Mahiru con fuerza.

Mahiru se quejó muy adolorido.

<< Kuro...por favor... ayúdame... >>

Sus súplicas no fueron escuchadas.

Su ropa interior fue bajada y sus piernas separadas.

Sintió algo tan cerca de su entrada que supo que era el fin. De una sola estocada, Sakuya entró en el pobre niño quien gimió con tanto dolor. El estar en celo le ayudó ya que su entrada estaba húmeda, pero eso no quitaba el hecho de que el dolor era tan fuerte que le hacía querer estar muerto.