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Diana cogió su móvil y respondió la llamada de Carmen que parecía muy asustada.
—¿Qué ha pasado? Cálmate por favor, cuéntame que te ha pasado.
—Anoche me atacaron.
—¿Qué? ¿Te hicieron daño? ¿Qué ocurrió? ¿Estás bien? —preguntaba Diana preocupada.
Daniel, que se estaba vistiendo la escuchó, salió rápidamente del dormitorio a pesar de que aún no se había puesto la camiseta y miró a Diana con una expresión interrogante.
—Ahora te cuento —le dijo a Daniel—. Carmen, cálmate por favor. ¿Dónde estás?
—En el bar de Jordi.
—No te muevas, voy para allá.
—¿Qué ha pasado? —preguntó Daniel viéndola tan nerviosa y alterada.
—Anoche atacaron a Carmen. Voy a ir al bar de Jordi, ella está allí.
—Espera, voy a ponerme la camiseta y nos vamos juntos —le dijo caminando hacia el dormitorio para acabar de vestirse y coger las llaves del coche.
Mientras estaban en el coche, el móvil de Diana comenzó a sonar nuevamente, esta vez era Munsu, pero ella no tenía ánimos para hablar por teléfono y le envió un mensaje: «En este momento no puedo responder a tu llamada, ha sucedido algo. Después te llamaré. Lo siento».
Daniel la miraba y por la expresión de su rostro pensó que debía ser Munsu. En el fondo ella quería responder, pero por algún motivo que desconocía no lo había hecho.
—¿Todo bien? —preguntó.
—Sí —respondió ella metiendo el móvil en el bolso.
Pero mientras ella guardaba su teléfono, el de Dani comenzaba a sonar. Pero tampoco pudo responder, ya que estaba conduciendo y lo llevaba metido en el bolsillo de su pantalón.
Aquello hizo sospechar a Jooni, que era quien llamaba. Ninguno de los dos respondía a sus llamadas. ¿Estaría pasando algo entre ellos? ¿Acaso Daniel le había mentido al decirle que no estaba enamorado de ella? ¿O había cambiado de parecer? Miles de ideas pasaron por su mente y ninguna de ellas era agradable, pero qué podía hacer, sino esperar a que alguno de los dos le respondiese y le contara lo que estaba sucediendo. Aquella situación le frustraba, se sentía impotente. No era nada agradable estar tan lejos y pensar que alguien podría hacerle daño a la persona que ocupaba cada milímetro de su mente y de su corazón.
Nada más llegar al bar, Diana se acercó a Carmen para comprobar que estaba bien y que no había sido herida.
—¿Qué pasó? —le preguntó abrazándola.
Carmen rompió a llorar entre sus brazos y apenas conseguía articular palabra.
—Tranquila, tomemos un té y calmémonos primero —propuso Daniel.
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Seducción - Rebel E.
Roman d'amourLa tensión sexual se palpa prácticamente desde el principio. Una novela romántica y pasional, con toques irónicos, donde une dos países a través de dos corazones que acaban enamorándose. España y Corea unidos en un pícaro romance