Epílogo

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Seis años después..

Narra Mela.

Mela: PENDEJO, MAMI TE ESTÁ LLAMANDO. - dije entrando al cuarto de mi hermano, mala idea, Lucía quien seguía siendo su novia se encontraba sobre él, besándolo mientras él le acariciaba el trasero. - iagh, dejen de compartir baba y mejor vengan que mami los está llamando. - ruedo mis ojos y ellos dejan de besarse, Gael me mira.

G: ¿Qué necesita? - saca a Lucía de encima suyo y se levanta, caminando a mí, odio que me pase por como dos cabezas. Levanto mi mirada para mirarlo obviamente y él agacha la suya.

Mela: quiere que nos lleves a la escuela. Oh, y la tía Yove también quiere que lleves a nuestro primo.

G: bien, vamos. - me sonríe y yo asiento, voy a mi habitación tomando mi mochila y bajo corriendo las escaleras con mi habilidad de rapidez para llegar a donde están mami, la tía Yove, Gael, Eva [Evangeline], Nicolás y Carlos.

Y: entonces, ten cuidado y ya sabes bebé. - Carlos asintió, él era nuestro primito de seis, casi siete años.

Narra Ludmi.

L: bien, vayan con cuidado, Gael.. maneja tranquilo, porfavor. - tenía casi dieciocho años y yo no podía llevar siempre a mis hijos a la escuela, entonces por eso le hice unos papeles para que pudiera manejar, después de todo; él es un adolescente, pero es muy responsable.

G: mamá, tranquila, iremos con cuidado. - me sonrió y yo asentí, me dió un beso en la mejilla y yo lo tomé de la remera para bajarlo hasta mi altura y darle un beso en la frente. - vamos pequeños. - dijo y el pequeño Carlos salió corriendo atrás de él. Al igual que la tarada, digo, buena nuera de Lucía.

L: hazle caso a tu hermano, Mela. - ella asintió y me dió un beso para seguir a Carlos.

Xx: adiós mami. - mis bebés. Le sonreí a Eva, ella me habló.

L: adiós bebé, hazle caso a tu hermano tú también. - le guiñé un ojito y ella sonrió mientras inflaba sus cachetes, es tan adorable. Tomé sus cachetes con mis manos y los apreté mientras dejaba un beso en su frente.

Xx: yo también quiero mami. - miré a un costado y allí estaba Nico, él hacía un puchero mientras apretaba sus manitos en su guardapolvo color azul que hacían que usara en el colegio. Seis añitos son suficientes para entrar al colegio. Repetí la acción que hice con Evangeline y sonreí despidiéndome de mis bebés.

Porque sí, al parecer, hace seis años el dolor de estómago que tenía se había convertido en algo mucho más.. grande ajs. Y luego de haber tenido doble antojo durante seis meses, salieron éstos dos niños hermosos.

Ellos son el regalo que Christopher te dejó. Dijo mi mamá y yo sólo asentí, sufrí de la Depresión post-parto, estuve llorando durante algunos meses, pero, sin embargo aquí están, haciéndome la vida imposible y también alegrándomela por supuesto, juntos a mis otros dos hijos.

Y: no fue un regalo, fueron dos. Tómalo como bonus. - soltó una risita y yo sonreí divertida mientras miraba por la puerta que se encontraba abierta obviamente, como ellos subían al auto y sacudían su manito en una señal de despedida. Son tan parecidos a él que duele. - todos, son un regalo.

L: lo sé. - me dí vuelta luego de cerrar la puerta y la abracé. - todavía lo extraño, sabes?

Y: sí, lo sé, pero él no querría que siguieras mal.

L: lo sé, por eso intento no estarlo.

Y: te está observando en éste momento, lo sabías?

L: creo que siempre lo dicen.. - suelto una risita.

|•Descubriendo Verdades•| - Terminada -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora