Las cartas

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¿Perder un poco la cordura es mejor que vivir normalmente?

Mi vida es realmente aburrida. No salgo mucho y supongo que es por eso o es lo que mi amiga me hace creer cada vez que le comento esto.

Veo a la gente ir a sus trabajos y volver de ellos cuando tomo el metro hacia mi querido empleo hasta las 6 de la tarde.

Verano, otoño, invierno e incluso en primavera es siempre lo mismo.

¿Cuándo encontraré algo interesante para hacer? ¿O cuándo encontraré a alguien que me saque de mi zona de soledad?

- Entonces... se están mudando en unas casas más allá.

- ¿Si?

- Tn, quieres una vida más interesante pero ni te preocupas de tu alrededor. ¿Algún día harás algo más que sólo ir a museos aburridos y escuchar música en tu habitación?

- Lo siento, Jennie por no ser una amiga fiestera y alocada como tú - dije rodando mis ojos por los mismo comentarios de siempre.

- Es un chico.

- ¿Qué?

- ¡Tu nuevo vecino mujer! - era divertido verla molesta por mi ignorancia sobre las personas que me rodean.

- ¿También sabes su nombre a caso?

- ¿Crees que soy de la fbi? Obvio que no lo sé, ¿pero no te gustaría averiguarlo? - su mirada se volvió pícara y pude adivinar lo que planeaba.

- No, gracias.

- Oh vamos Tn, se ve lindo - Jennie hablaba concentrada en el chico de la tercera casa de en frente.

- Ya quítate de ése vidrio que te va a ver - me refería a la ventana.

- Bueno, debo irme. Si me dice su nombre te aviso - iba casi corriendo hacia la puerta para poder alcanzar al chico.

- Tranquila chiquilla llena de hormonas alocadas, te acompañaré hasta la parada de buses. No desesperes - y dicho y hecho, Jennie se fue y volví a casa, el camión de mudanza aún no se iba y el chico estaba afuera aún. Su mirada se encontró con la mía, pero la desvíe rápidamente.

Llegué a casa y entré a mi habitación. Ya eran más de las 10 así que me acosté para ver mis redes sociales y luego dormir.

Cuando ya estaba como en mi quinto sueño, el timbre sonó. Miré la hora y eran las 3 de la mañana.

- ¿Es en serio? Que venga mañana - me acomodé nuevamente en la cama y cerré mis ojos, pero el ding dong del timbre sonó otra vez, y no una o dos veces más. No. Fueron al menos cuatro veces las que ésa cosa sonó. Obligándome a levantarme - Demonios, ¿quién será a ésta hora? - Ni siquiera me molesté en mirar por la ventana, ya que sabía que aun si veía a la persona por ella no se iría.
Llegué hasta la puerta y no había nadie.

- Debe ser una maldita broma - miré afuera de la casa para ver si había alguien, pero ni un alma - Grr ¿¡quién hace bromas a esta hora!? De seguro un hijo de... - iba a continuar con mis groserías pero una carta en el suelo llamó mi atención - ¿Qué? ¿El señor del correo a ésta hora? - tomé el pedazo de papel y lo dejé en la mesa, fui a mi habitación y volví a dormir.

A la mañana siguiente vi la carta en la mesa, así que la tomé y abrí. Ni me tomé el tiempo de ver si la carta era para mí o no, sólo abrí el sobre y noté que la carta estaba escrita a mano.

- Bueno, al menos no es la carta del agua o la luz - leí atentamente y los pelos se me pusieron de punta al instante.

"Lamento haberte molestado por la entrega de ésta simple carta, pero se me hizo inevitable no escribirte algo lindo luego de verte.
Me pareces muy hermosa y misteriosa, princesa. ¿Y sabes qué? A mi también me consideran misterioso, ¿te gustaría descubrir si es verdad?
Por ahora sólo te diré que estás en la mira, así que cuídate porque en cualquier momento iré por ti, linda.
- JK."

Si lo que leí recién era broma. Vaya que se lucieron, porque lograron asustarme.
Miré alrededor de mi casa sintiendo que me observaban - Sólo es una carta, Tn. Sólo es una carta... - para intentar distraerme me fui a bañar y vestir para luego desayunar. Mientras comía empecé a escuchar ruidos. Exactamente en la sala. Yo estaba en el comedor.
Miré sin levantarme de la silla hacia la sala, no se veía nada desde donde estaba. Así que lo ignoré y seguí comiendo, pero el ruido se hizo presente nuevamente.

Me paré y lo primero que se me ocurrió tomar fue una escoba. Muy brillante elección, ¿no? Estando en la cocina donde hay muchos cuchillos y armas! Pero quién me entiende.

Caminé sigilosamente hasta llegar al lugar de los ruidos extraños. Miré hacia un lado y nada, pero cuando miré hacia el otro...

- ¡Ah! - alguien gritó y al verlo sólo le pegué con la escoba para luego gritar y correr hacia mi celular para llamar a alguien.

- ¡Demonios! Desbloquéate pedazo de máquina futurista..... - mis manos temblaban y no podía marcar correctamente en el celular.

- Tn, Tn tranquila sólo soy yo - al escuchar al recién golpeado decir mi nombre me calmé un poco y dirigí mi mirada hacia él. Era Taehyung. Kim Taehyung, uno de los amigos más locos y extraños que puedo tener.

- ¡Eres un idiota! ¿¡Cómo se te ocurre entrar por la ventana cuando tengo como tres puertas en la casa!? - estaba alterada y con mi corazón aún latiendo a mil.

- No deberías sorprenderte. No es la primera vez que lo hago - y tenía razón, pero me asusté tanto con la carta que su inesperada visita me tomó por sorpresa.

- Si... lo siento por el golpe - miré su rostro y en la frente tenía el notorio golpe de color rojo.

- Al menos sé que sabes defenderte con una simple escoba - ambos reímos mientras buscaba unos hielos para poner en su herida - ¿y por qué te asustaste tanto?

- Bueno, sólo por una broma que me hicieron que me dejó con miedo - reí avergonzada y rascaba mi nuca al mismo tiempo.

- ¿Una broma te asustó? Eso es raro.

- No molestes. ¿Comiste algo? - intenté cambiar de tema.

- Si, sólo venía a visitarte. Pero debes saber que luego de éste golpe empezaré a tocar la puerta cuando venga.

- Así debió haber sido desde el principio Taehyung - reímos y se levantó de la silla, luego dejó los hielos en el congelador - Adiós, nos vemos en el trabajo - se fue de casa y toqué mi pecho sintiendo mi corazón aún alborotado por el susto.

Minutos después el timbre sonó.
¿Qué habrá olvidado éste niño?

Al igual que en la noche, no había nadie. Sólo una carta. Me quedé pensando en si debía tomarla o no, pero mi curiosidad era inmensa, así que si. La tomé.

"Kim Taehyung... ¿Ése es el nombre de mi competencia? Suena a hombre muerto.
Te dije que estabas en la mira pero olvidé mencionarte que no puedes engañarme con otros chicos, Tn.
Por cierto, lindo nombre. Te queda.
- JK."

JK.... Sabía mi nombre y el de Tae, no podía estar más asustada de eso. Además de que también sabe dónde vivo.
Miré por la ventana y empecé a sospechar de los vecinos. Sólo alguien cerca pudo escuchar nuestros gritos y acercarse tan rápido a dejar una carta y luego irse de igual manera.
Quizá era hora de hacerle caso a Jennie y prestar más atención a quienes me rodean.

𝑷𝒔𝒚𝒄𝒉𝒐 - (𝖙𝖊𝖗𝖒𝖎𝖓𝖆𝖉𝖆)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora