I

3.1K 278 32
                                    

—¿Continuas siguiéndome? —

Geralt vio a Yennefer con su acostumbrada mirada fría y distante, no era que la estuviera siguiendo, pero tampoco era como que estuviera evitándola, francamente no prestaba atención a ese tipo de cosas últimamente, desde la pelea en aquella montaña; quizá si se arrepentía de haber pedido ese último deseo.

—Nada más alejado, tan solo voy de paso —contestó mientras preparaba a Sardinilla para su siguiente travesía, tenía que ir y reclamar su sorpresa.

—Claro, por poco olvido tu estúpido deseo. ¿y el bardo?, pensé que tú y él eran amigos —la vio cruzarse de brazos.

Jaskier, esa era una buena pregunta, después de aquella pelea en la que Jaskier había tenido la mala fortuna de estar involucrado cuando estaba enojado, no había vuelto a saber del bardo desde ese entonces.

—supongo que ya no somos amigos —

—¿en serio? —Yennefer parecía genuinamente sorprendida— vaya —hizo una pausa antes de soltar una pequeña risa, como si no se pudiera creer lo que había oído— entonces eres lo suficiente idiota como para herir a cualquiera que tenga el mínimo interés en ti.

—No se a que te refieres —no quería continuar con esa conversación, sus instintos le decían que tan solo debía alejarse, así que se dispuso a subir en Sardinilla, o eso fue hasta que Yennefer lo tomó fuerte del brazo.

Se miraron a los ojos, ambos con fiereza, como si no quisieran perder una pelea. Gruño y se soltó del agarre de la mujer dispuesto a pelear si era necesario, sin embargo ella tan solo se alejo un par de pasos mirándolo con cierto enojo y decepción. No entendía que diablos quería Jennefer de él y mucho menos entendía que tenía que ver Jaskier en todo ese asunto.

—Ya haz hecho bastante daño Geralt de Rivia, quizá fui buena contigo por el deseo que pediste hacia mí, pero el bardo no se merece eso —

Geralt miro a la chica con genuina confusión, ¿Jaskier no se merecía qué?. Y fue justo en ese momento en el que lo sintió, una gran oleada de magia que provenía de Yennefer; un torbellino que sabía sería imparable. Escucho a sardinilla relinchar asustada debido a eso y al aire que empezaba a rodearlos, iba a desenfundar su espada de la funda que portaba Sardinilla, pero esta salió huyendo asustada debido a la gran carga de magia al rededor de los dos, igual que todos los animales a la redonda.

—¡Yennefer! —gruño molesto intentando contrarrestar la magia de la chica, pero poco servía, lo había tomado desprevenido— ¡detenlo ya! —intentaba hacerse oír entre el sonido de los árboles rechinando a causa del aire.

—¡Dañas a todos y cada uno de los que te rodean!, ¡No es por tu condición de brujo o tu frialdad!, ¡Eres tan sumamente egoísta, no te gusta estar solo pero tampoco quieres a nadie cerca! —grito ella, haciéndose escuchar entre los árboles que caían y el viento.

Geralt podía sentir el cambio, algo dentro de él le pedía agacharse, no sólo el dolor que sentía por todo su cuerpo que quemaba como si estuviera en una hoguera, era magia muy potente, tanto que hacía que le faltara el aire.

—¡Ya has dañado suficiente a quien te ama de verdad con tu frialdad y tu estupidez Geralt de Rivia, tan solo podrás volver a la normalidad cuando admitas tus sentimientos hacia aquel que te ama!, ¡acepta el llamado de tu corazón, solo así se romperá la maldición, y si vuelves a lastimar a aquel o aquellos que te aman no volverás a ser un hombre jamás!, ¡ni matándome podrás romper la maldición!, ¡tienes hasta la próxima luna llena! —

El dolor era tan potente, que cada vez se sentía más pequeño, lo estaba transformando, gruño y trató de acercarse a ella a cuatro patas, sin embargo tan solo pudo encogerse en su lugar sintiendo como sus colmillos se alargaban al igual que en sus manos crecían pelos de color blanco. Miró hacia Yennefer y noto que su vista se empezaba a nublar, tan solo pudo ver su capa alejarse y lo último que pensó en ese momento, de manera extraña, fue en las palabras que le había dicho a Jaskier aquel día en la montaña.

Wolf Of Rivia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora