XI

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Sentía que algo importante le faltaba, que quería alcanzar algo con tantas fuerzas que le dolía no poder alcanzarlo, en eso recordó a Jaskier gritando su nombre en el río antes de caer y decirle "te amo", quería escucharlo de nuevo quería saber que no había sido una ilusión al momento de estar al borde de la muerte. ¿Estaba muerto?, ¿eso significaba que no habría manera de ver a Jaskier de nuevo? De nuevo su corazón dolía, si algo así podía dolerle eso significaba que entonces estaba vivo, ¿no?

—Geralt, despierta —

¿Yennefer?, ¿por qué diablos escuchaba la voz de Yennefer? Ella no debería estar con él, si ella estaba ahí eso significaba entonces que no estaba con Jaskier, quizá había sido arrastrado por la corriente, el agua estaba demasiado fría y seguramente también había terminado inconsciente  por culpa del golpe al caer de la cascada. Abrió los ojos y se encontró con la oscuridad de la noche iluminada apenas por el fuego de una fogata la cual para el frío que sentía le venía de perlas. Miró al rededor y en eso sintió unas pequeñas manos sobre su cabeza, era Ciri, la miró a los ojos y noto lo preocupada que estaba, no quería que  estuviera así, entonces lamio su mejilla con cariño.

—Ustedes dos son imposibles —dijo la niña mientras continuaba con las caricias en la cabeza de Geralt.

—Es una niña muy valiente, no dudo en lanzarse contra mi cuando vio que los traía inconscientes, seguro que con algo de práctica será una guerrera excepcional —Yennefer miro a Geralt antes de suspirar— cure tus heridas, la pierna ya no debería ser mucho problema, quizá te duela un poco pero será soportable, tuviste suerte de que no te atravesara la pierna por completo o si no no volverías a caminar.

Geralt miró a Yennefer con cierta gratitud, suspiro y observó por todos lados, ahora Jaskier era lo único que le importaba. Cuando sus ojos lo enfocaron al otro lado de la fogata, cubierto por completo en mantas y aún inconsciente, su cuerpo no pudo evitar reaccionar e intentar levantarse; aunque le dolía todo seguramente por la caída, pudo acercarse a Jaskier y tumbarse a su lado, cubriéndolo con su cuerpo, seguramente estaba helado.

—Casi muere a causa del frío, me costó mucho estabilizarlo, pero por suerte tuve ayuda de Ciri, resulta ser muy buena para aprender y escuchar si realmente esta interesada —Yennefer se acerco un poco— no tardará en despertar seguramente.

El lobo miró al bardo que descansaba casi cubierto por su pelaje, acercó su nariz al rostro del menor y olfateo de forma suave, su aroma; Narciso y limón fresco, aquello consiguió relajarlo de sobremanera, aunque el aroma de Yennefer estuviera igual de cerca ahora sólo le importaba poder sentir el aroma de Jaskier y con ello saber que él estaba bien. Bajo su cabeza y la acomodo en el pecho del menor, podía escuchar su corazón latir de forma tranquila.
Pasaron unos cuantos minutos y pudo sentir como el menor se movía apenas un poco así que levantó su cabeza para dejarlo moverse con libertad. Por su parte Jaskier abrió los ojos tratando de enfocar su entorno, cuando lo logro sonrió suavemente al ver a Geralt frente a él, acercó su mano y acaricio su cabeza de forma suave y cariñosa.

Estas bien... —dijo notoriamente feliz aunque aun algo aturdido— pero... ¿Como?

Con algo de ayuda —Yennefer sonrió suave y se acerco a ambos de forma tranquila— tuvieron suerte de que los encontrará al caer de la cascada...

Jaskier miró a Yennefer, así que no la había imaginado, de verdad era ella y al fin estaban frente a frente, trago algo de saliva antes de desviar un poco la mirada, sentía una rabia profunda en el fondo del estómago, sabía que ella lo había ayudado cuando Azai y sus compañeros lo perseguían como una simple presa a la que cazar, si no hubiese sido por ella quizá en ese momento estaría muerto, sin embargo el rencor por haber logrado apartar a Geralt de su lado seguía ahí, y dudaba que se fuera en un buen tiempo. Yennefer también sentía aquel rencor hacia su persona, y entendía perfectamente a Jaskier, por un tiempo pensó que sus sentimientos hacia Geralt eran genuinos,  por eso disfrutaba de aquella relación de rivalidad entre el bardo y ella, al final ganaría el más fuerte, ¿y el premio?, el amor de Geralt por supuesto; pero esa maldita montaña lo cambió todo, enterarse del deseo no había hecho más que causarle repulsión hacia el gran lobo blanco, quería arrancarle la cabeza por jugar con su corazón de esa manera.
Tiempo después se entero que tanto el brujo como el bardo habían separado sus caminos, se sintió ciertamente complacida, saber que Geralt se encontraba solo y sin compañía alguna no hacía más que provocarle una profunda satisfacción, sin embargo con el paso de los meses fue entendiendo que el cariño hacia Geralt no era más que un sentimiento parecido al que le tendría a un familiar o un buen amigo; había confundido ese sentimiento con amor, después de todas las traiciones que había sufrido durante su vida debido a su aspecto, lo encontraba lógico. Y por alguna razón durante el transcurso de esos meses también pensó mucho en Jaskier, en cómo el bardo se encontraría sin la compañía de aquel brujo traicionero; al final terminó buscándolo y fue que noto la inmensa tristeza en sus ojos, esa tristeza que había sentido ella al verse traicionada por aquel que amaba, y sabía que esa tristeza había sido ocasionada por ella; por qué Geralt erróneamente presa del deseo que había pedido él mismo, la había elegido a ella, en lugar de aquel que desde mucho antes había estado para él incondicionalmente, por que Yennefer no era tonta, sabía lo mucho que Jaskier amaba a Geralt, lo notaba en su mirada y su actitud al estar con él brujo, por eso, cuando el destino cruzó su camino con el de Geralt de nuevo se aseguró de que todo estuviera bien preparado, para poder llevar a cabo su plan y que Geralt se diera cuenta de lo que realmente sentía, que se diera cuenta a quien su corazón realmente pertenecía.

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