Wolf Of Rivia

VIII

Cuando llegaron a la cueva Geralt se encargo de cuidar de la niña, mientras que Jaskier se encargaba de prepararle algo para comer, había parado de caer nieve, pero aún así la temperatura había bajado considerablemente, no podían quedarse ahí, sería mejor avanzar mientras el aire no fuera tan fuerte y buscar un pueblo cercano, ahora con la pequeña princesa entre sus manos -o en el caso de Geralt, patas- no podían darse el lujo de morir congelados en una cueva.
Apenas la comida estuvo lista se la dio a la pequeña, quien demostró no tener problemas con comer con las manos, cosa que admiraba bastante, aunque seguro que para esas alturas ya poco le importaba a la niña. Ahí siguieron, el esperando a que la niña terminará su comida y Geralt sentado cerca de la entrada de la cueva, haciendo vigilancia, como si aquellos lobos fueran a volver a buscar su cena.

—¿A dónde se dirigen? —preguntó Ciri viendo al lobo y después al bardo.

—Buscamos a la persona que puede ayudar a Geralt a salir de este pequeño problema —Jaskier señaló al lobo quien tan solo movió sus orejas dando señal de que los estaba escuchando— Aunque ciertamente no hay suerte...

—Bueno, ¿Qué esperamos?, hay que buscarla —dijo la niña mientras se levantaba del sueño en cuanto terminó de comer.

—Wow wow wow, ¿no deberías descansar un poco más?, casi te comen niña —

—Ya estoy mejor, no hace falta tanto tiempo para reponerme, además, no creo que Geralt se encuentre muy cómodo estando así —Ciri fue hacia Sardinilla quien no opuso mucha resistencia a que la pequeña la desatara.

Geralt miró a la niña, ciertamente estaba sorprendido, no era que pensara que la crianza de Calanthe no diera frutos, pero la verdad había esperado un resultado muy similar al de la princesa Pavetta, que siendo honesto tenía un carácter más delicado comparado al de su madre; pero al parecer tenía un cachorro de león justo en frente. Y ciertamente le agradaba.

—¿No vas a decir nada Geralt?, se supone que tu eres el adulto responsable aquí —dijo Jaskier mientras recogía sus cosas para ponerlas en el equipaje que llevaba Sardinilla.

Geralt simplemente los miró a ambos y movió la cabeza de un lado de modo que indicaba que debían seguir, ahora que la pequeña ventisca había parado no tendrían problemas para llegar al siguiente pueblo, si su nariz no le fallaba seguramente llegarían antes del anochecer y si los rumores sobre "el bardo y el lobo" se habían extendido lo suficiente entonces no tendrían problemas, Ciri podría dormir en un lugar agradable; y con algo de suerte Yennefer andaría cerca, era extraño, era como si quisiera que supieran que estaba ahí, pero no quisiera que la encontrarán, quizá vigilaba su pequeño experimento.

—Quizá debas ir tu sola en Sardinilla Ciri, estarás más cómoda —dijo Jaskier de repente.

Y en ese momento supo que había cometido un grave error. Sus mejillas se colocaron de color rojo y no pudo evitar desviar la mirada mientras rascaba su nuca de forma nerviosa y bastante apenado, sabía perfectamente que ambos habían captado aquella indirecta, y la verdad era que no lo había hecho con intención, la verdad quería que la nena fuera cómoda, pero su subconsciente también quería viajar en el lomo de Geralt justo como había hecho la niña.

—Claro , su quieres, si no, no es necesario, puedes viajar con Geralt —se notaba a kilómetros su nerviosismo.

La niña no era tonta, miró al bardo y seguidamente a Geralt, aquello le olía bastante mal; su abuela le había explicado esas cosas a temprana edad y le había dicho que el amor era una tontería, que te ponía nervioso, que te hacía parecer un idiota en momentos triviales, justo como pasaba con Jaskier en ese momento. Se preguntaba si Geralt entendía ese tipo de cosas, después de todo le habían enseñado que los brujos no entendían esas cosas, que eran seres sin sentimiento alguno, por ello eran tan buenos cazando y haciendo lo que hacían, por que nada podía interferir en su camino, o al menos eso le había dicho su abuela.