CAPÍTULO X

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-¡Marta!- llamó Natalia trotando tras su ayudante. Aún estaba en pleno disfraz de Kiara, alas de ángel y todo.

Marta se dio la vuelta. -¿Sí, Srta. Lacunza?-

-¿Aún tienes todo ese correo?- preguntó Natalia retirando una pluma de su hombro.

-Ah, bueno, ha recibido más desde la última vez,- explicó Marta. -Pero imaginé no querría saberlo.-

Natalia lo consideró y asintió. -Coge tres cartas del azar de la pila y déjalas sobre mi vestidor. Hazlo cada semana.-

Marta arqueó ambas cejas. -Uh, sí, Srta.-

Natalia se dio la vuelta y se dirigió a su remolque para cambiarse. -Gracias a Dios es viernes,- le murmuró a su reflejo. Quitándose las alas y el resto de su disfraz angélico, se metió en unos vaqueros y camiseta azul marina. Estaba en mitad de atarse su ajorca cuando dieron un golpe a la puerta.

-Entra,- dijo Natalia.

Marta pasó. -Tres cartas,- dijo, colocándolas en abanico en la mano para que Natalia pudiese contarlas. -La Srta. Galera quiere verla,- añadió la ayudante, poniendo los sobres en la mesa.

Natalia suspiró. -Gracias, Marta,- dijo, poniéndose en pie. Agarró el maletín del portátil, su portalibros y las cartas y salió del remolque, yendo hacia la oficina de la director. Encontrando la puerta abierta, entró.

Noemi Galera, director de Guardian: A Second Chance, se sentaba al escritorio. -Toma asiento, Natalia.-

Natalia cumplió, poniendo el correo de los fans sobre el portátil en el suelo a su lado. -¿Qué pasa?- No podía figurarse por qué Noemi querrían verla. No había liado las frases. Había llegado a tiempo. Y había bordado todas sus escenas.

-Vendrá gente al set la próxima semana,- empezó Noemi. -Quieren hacerte una breve entrevista.-

Natalia se encogió de hombros. -Bueno, ¿cuál es el problema?-

-Ningún problema,- contestó Noemi. -Sólo te doy el toque. Precioso trabajo el de hoy, por cierto.-

-Gracias,- contestó Natalia, poniéndose de pie. -¿Algo más?-

-Pasa un buen fin de semana,- le dijo Noemi. –

Tú también.- La actriz recogió sus cosas y salió hacia su Rav4. Una vez dentro, le dio al arranque y se acomodó con un suspiro. Era viernes noche y se sentía ansiosa. Mikel estaba filmando su nueva película independiente. Algo sobre una palmera y un tomate. Nunca entendía esas cosas artísticas.

Y ése era el total de sus amigos.

Como en señal, su móvil empezó a sonar. Hurgó en el bolsillo frontal del maletín del portátil y sacó el sonoro objeto. -Lacunza,- dijo.

-¿No llamas ya a casa?-

Natalia miró al cielo ante el sonido de la voz de su madre. No quería lidiar ahora con esto. -Llamé.-

-¿Cuándo?-

Natalia se estrujó el cerebro. -Hace un par de semanas,- respondió deseando recibir otra llamada para tener una razón para cortar la de su madre.

María Lacunza suspiró ruidosamente. -Bueno, tu hermana quiere que vengas a su obra el domingo.-

-Oh, ¿es este fin de semana?- preguntó Natalia queriendo golpearse la cabeza contra el volante.

-Lo prometiste.-

Natalia asintió. -Allí estaré. ¿A qué hora?-

-La obra es a las siete. ¿Te nos unirás después a cenar?-

El lado ciego del amor (Adaptación Albalia)Where stories live. Discover now