Quieres que haga qué? -preguntó Camila, incrédula.
Lauren suspiró, dejándose caer pesadamente en la silla.
-Que aparentes estar enamorada de mí.
-¿Qué?
-Vamos, Camila, no me mires así. No me he vuelto loca.
-Yo creo que sí.
-Bueno, es posible, pero no tenemos alternativa. Además, no hay tiempo.
-¿Tus padres vienen para acá?
-Sí -contestó ella-. Yo no esperaba tener que enfrentarme con mis padres tan pronto.
-Supongo que a ellos no les hará ninguna gracia nuestro matrimonio.
-Me temo que no.
-¿Y por qué quieres hacerles daño?
-No quiero hacerles daño -protestó Lauren.
-No lo entiendo.
-Da igual.
Camila la miró, inquisitiva.
-¿Esto tiene algo que ver con la mujer con la que ibas a casarte?
-¿Por qué lo preguntas?
-Es un presentimiento -contestó ella-. Es eso, ¿no?
-En parte. Mis padres y los padres de Stephanie habían planeado nuestra boda desde que éramos pequeños.
Camila no entendía nada. Ese tipo de arreglo era cosa de otros tiempos.
-¿Crecieron juntas?
-En realidad, no. Mi padre y el de Stephanie son socios. Pero sus padres la enviaron a estudiar fuera y solo nos veíamos en Navidad.
-¿A tus padres les gustaba esa chica?
-No -rió Lauren-. Está más bien una fusión comercial.
-¿Pero tú la querías?
Lauren la miró entonces y la soledad que vio en sus ojos le rompió el corazón.
-Intenté convencerme a mí misma de que sí. Pero no. Yo no la quería y ella tampoco me quería a mí.
-Ya veo -murmuró Camila.
-Mi madre está enfadada conmigo porque no se ha salido con la suya. Y puede ponerse muy desagradable.
-¿Tú crees que debemos hacerlos creer que estamos enamoradas? -preguntó ella. El timbre sonó en ese momento y Lauren le imploró con la mirada-. Muy bien. Lo haré -dijo Camila entonces-. Pero tengo que cambiarme de ropa.
-Gracias -dijo Lauren, tomándola del brazo. Estaban muy cerca y, por un momento, creyó que iba a besarla. Pero el sonido de voces en el pasillo las obligó a apartarse-. Será mejor que vayas a cambiarte -susurró ella, deslizando las manos por sus hombros.
Camila subió la escalera, como mareada. Lauren había estado a punto de besarla... y ella quería que la besara. La deseaba con todas sus fuerzas.
Lauren miró a sus padres y después el periódico que tenía en la mano. No sabía quién había publicado el anuncio del natalicio en el periódico, pero sabía que a Camila le haría tan poca gracia como a sus padres.
Clara Jauregui estaba sentada en el sofá, tan rígida como una reina. Ni siquiera se molestaba en esconder su desaprobación.
Su padre, Michael Jauregui, estaba leyendo una revista de economía con su fotografía en la portada.
-Camila bajará dentro de un momento.
-¿Es esa mujer la razón por la que Stephanie no acudió a la iglesia? -preguntó su madre.
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Cosas del corazón
RomanceEn su coche, a punto de dar a luz, Camila Cabello estaba desesperada... hasta que apareció Lauren Jauregui. Como una visión, la mujer vestida de esmoquin consiguió tranquilizarla y Camila le confió lo más preciado de su vida... Cuando Lauren le ofre...