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Capítulo: 8.-El día que inició todo

Octubre del año 2023: 

Armin, se encontraba sentado junto a la cama de su madre llamada Beth, quien ya hacía inconsciente en el Hospital de Misisipi, llamado: Medical Center. Como de costumbre la habitación era pequeña, y bastante fría, por el otoño qué no hacía sentir mejor a ese niño de mirada triste, qué con trabajo se concentraba en su tarea: con los lentes en su rostro sentado en una silla incómoda, tenía en las piernas su laptop, y su cuadernillo de notas para hacer apuntes del tema principal para la clase de Lengua e Historia del próximo viernes. 

   Habían pasado ocho meses desde qué Beth, cayó en coma, por una noticia qué la hizo sentirse peor de lo qué ya se encontraba, porqué a pesar de todo, su cuerpo era frágil: cuando era niña, fue de vacaciones con su madre a patinar en el lago de Oklahoma, resbalándose en el  agua fría  cerca de un arroyo; por un mal diagnostico, contrajo tuberculosis, sin embargo, aquel medico despreocupado dijo qué sólo era un resfriado, algo qué más adelante, y justo después de tener a Armin, se dio cuenta de qué lo padecía, pero ya demasiado avanzado. 

   Y la noticia qué colapsó su mente y cuerpo, fue cuando le informaron qué su padre de ochenta y seis años, había sido encontrado muerto, en las orillas del antiguó pueblo de Atlanta,—donde años antes se llamaba: River City—; la causa de su muerte fue dictaminada por cansancio. Aunque ciertamente, su cuerpo parecía más como una persona qué tenía radiación con cáncer repentino, fue un caso bastante extraño para los forenses. 

   Armin, sentía un profundo abandono por parte de su padre, quién cansado de su amante Beth, terminó su amatorio, y volvió con su esposa. Al mismo tiempo, por su madre, ya qué desde qué era niño, ella se preocupaba demasiado por su padre, siempre trataba de mantenerse en contacto, aunque él por su parte desaparecía cada cinco años, siempre diciendo qué buscaba respuestas a sus investigaciones como fisicomatemático, para una tesis qué no fue capaz de finalizar. A pesar de todo, él padre de Armin, lo visitaba a él en aquella habitación solitaria, para convencerlo, siempre buscaba convencerlo, y aquella tarde no era la excepción:

    —Armin, no te quedarás aquí por siempre—dijo su padre con seriedad. 

    —Rick—llamó con ironía,—ni siquiera lo entiendes.

   Él señor Rick, lo miró con las sienes pronunciadas, sentía qué ese niño, el cual hace años no veía, había crecido más de lo qué jamás se imagino. 

    —¿En serio?—se inclinó a su estatura:—¿crees qué por tu inteligencia te vas a salvar? ¿crees qué pasando aquí todo el tiempo tú madre mejorará?—señaló a Beth, tenía sus ojos cerrados con la cabeza recta en aquella cama de hospital.

    —Justo por eso jamás me iré contigo—Armin, alzó la vista con el seño fruncido.—Lo qué tú piensas qué es imposible, yo sé qué no lo es, ella—la volvió a señalar con valentía y resentimiento acumulado:—mi madre está así porqué tú nos abandonaste, porqué ella tuvo qué doblar turnos para salvarnos. ¿Tú piensas qué la dejaré? ¡Jamás! La amo, la amo más de lo qué algún día tú podrías amar. 

    Se frotó el cuello con cansancio y respondió:—Yo he estado manteniendo todos los gastos desde qué naciste, ¿pensabas qué tú abuelo él imbécil la iba ayudar? ¿pensaste qué le dejaría algo de su fortuna?

    —Lo sé, lo sé—Armin, bajo la voz:—aún así, mi madre te pidió lo mínimo, ella tuvo qué buscar más empleos para no pedirte más... ¡Y es tu maldita responsabilidad!

    Rick, se quedó mirando a su hijo, su único hijo, aquel qué poseía sus ojos, eran los azules del mismo color, pero, tenía una inocencia, tenía también frustración. Pensó en ese momento en qué sólo hablaba así porque se encontraba asustado, después de todo era un chico de catorce años, quién sentía el mundo sobre sus hombros. 

I don't want to set the world on fire....Donde viven las historias. Descúbrelo ahora