I don't want to set the world on fire....

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Capítulo: 10.-Levi Ackerman. 

Las mañanas, eran las principales patrullas del oficial Levi Ackerman, en las calles centrales de River-City, como: Penny Lane, Honey pie y la última calle de Strawberry fields; así mismo de costumbre todos los días desde qué salió de la Academia de Policías, del Condado de Cansas. Levi, era conocido por las personas como un oficial bastante correcto y ejemplar, a tal grado de elaborar siendo todavía muy joven.

   Pero, esa mañana era diferente, porqué se cumplían trece años, desde qué él perdió a sus dos mejores amigos... Aquellos días, siempre se encontraba más serio y distante de lo normal, aunque ciertamente aquello era ajeno para todos los qué lo conocían, por ende, siempre se veía rodeado de jovencitas, qué buscaban una conversación inocente, para proceder a una cita, y terminar rechazadas. 

  Levi, se encontraba estacionado en la calle vertical, justo en la esquina de Strawberry Fields, donde no muy lejos, hay un sicomoro de grandes hojas, tanto qué, la sombra llegaba hasta su auto, y él aprovechó aquello para mirar desde la ventanilla la calle, como siempre normal: señoras qué llevaban a sus hijos de la mano con esos vestidos coloridos hasta debajo de las rodillas, y el labial rojo intenso en sus labios, porqué así los lucía la actriz Joan Crawford. Desinteresado, frotó sus ojos en síntoma de cansancio,  cuando, su atención recobró vida, ya qué escuchó murmullos, así mismo cuando alzó la mirada, vio a un joven pálido de cabellos rubios entre dorados y brillosos, tenía el semblante extrañado. 

   Levi, bajó de su deportivo auto-policial, para dirigirse al chico—qué sin zapatos—, parecía qué se iba a desmayar, y Levi, bastante interesado en hablar con él, le dijo de forma tranquila:—¿Estás bien niño?

   Pero, al percatarse de qué él joven no respondía se acercó más a él, y le pusó una mano al hombro, para volver a preguntar:—¿Te pasó algo?¿Necesitas ayuda?

    —Usted...—musitó. 

   Levi, sin opción alguna, y al ver qué la gente también se acercaba para escuchar la conversación, decidió sujetarlo más.—Ven conmigo, te llevaré a cambiarte de ropa. y te darán unos zapatos; tranquilo niño. 

   Aquel chico, parecía en shock,  ya qué sus ojos se detuvieron unos momentos sin analizar el panorama, se dejo guiar al automóvil, una vez dentro Levi, comenzó a conducir, mientras le miraba por el retrovisor le volvió a hablar:—Tranquilo, te ayudaré mejor en unos minutos, en la Estación de Policía...

    —¡No! ¡Espere!—gritó de repente. Comenzó a reaccionar, cuando miraba desde la ventana del auto a las personas caminar.—¡Para! ¡Para!—Gritaba inquieto. 

   Levi, detuvo el auto y se giro para calmarlo. —Ey, tranquilo niño—, se quejó—.Sólo quiero ayudarte, te ves fatal, y es mi guardia, no te dejaré así. 

   Pero, él chico después de mirarlo mejor, aquellos ojos griseados; los cabellos oscuros como el abanó, recordó aquel anciano qué lo había llevado... «¿Qué mierda?» Se preguntó a si mismo.