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Capítulo: 12.-El tiempo no espera a nadie...

Armin, después de  ofrecerse como profesor de Annie, para matemáticas; se sintió realmente arrepentido ya qué ellos fueron las primeras personas qué vio en aquel estado tan deplorable de temperatura, y el hecho de pensar en que sospecharán de él, le traía paranoia. El único motivo qué le tranquilizaba era también justamente lo que le ayudaría a sobrevivir: el dinero.

   Armin, se encontraba en la cocina mirando la caja de cereales, le era bastante interesante observar los slogans más infantiles y tiernos—a su parecer—, en aquella caja más pequeña de lo qué era en su época actual. Se formó una ligera sonrisa en aquel rostro tan inocente qué poseía. Mientras que, Levi, desde la escalera principal, vio al joven con curiosidad, y le preguntó:—¿Qué observas tan detenidamente?

   Armin, alzó la vista y dejando a un lado la caja, tomó la leche qué se encontraba tan fresca y fría de aquel embace de cristal tan limpio respondiendo:—Es increíble lo natural qué se siente todo aquí. 

    —¿Natural?—frunció el seño interesado.

   Levi, igual se sentó junto a él, en aquella cocina pequeña, donde afuera había tanto pasto verde, ya qué se encontraba a unos minutos de aquel bosque, y, al mismo tiempo alejados—poco—de la ciudad de River.

    —Quiero decir, es la comida lo qué se siente así de natural, y hay algunas marcas que reconozco, no sabia que fueran tan antiguas—respondió ahora Armin.  

     —Creo que entiendo un poco niño—habló Levi, algo extraño porqué su expresión era muy diferente a las personas de esa época—a veces siento qué quiero preguntarte todo del futuro al qué provienes... Pero, algo en mí, y con lo que he investigado de tu abuelo, creo qué es mejor dejar todo a la imaginación...

     —Me pasa lo mismo aquí señor Levi—dijo tímido por llamarlo así—, yo quisiera de verdad ser más fuerte para poder ayudarlo... Me refiero, mi abuelo seguro pasó por algo terrible, y solo por el amor a mi madre, yo...—«intentaría» pensó, y prosiguió:—Sólo puedo tratar de conseguir dinero. 

   Levi, le miro con atención, aquel joven tenía los ojos ahora entreabiertos.

    —Eso es más que suficiente Armin—dijo con esa mirada seria pero apacible—ahora dime, ¿dónde irás a dar clases?

    —Con la familia Smith—respondió aún pensando en lo qué él se sentía como un niño asustado.  

    —¿Cómo lo conseguiste?—preguntó sorprendido.

    —Ellos me salvaron la vida, el día qué llegué aquí. Encontré a la pequeña Annie, en la escuela donde trabajo, y sabía que tenía que verlos y agradecerles. 

    —¿Por qué no me lo dijiste?

    —No pensé que fuera importante—respondió extrañado.

    —Él señor Erwin, a mí también me salvó cuando era pequeño... Salúdame a ambos, y a partir de ahora me dirás todo de las personas qué creas relevantes, solo eso. 

 

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I don't want to set the world on fire....Donde viven las historias. Descúbrelo ahora