Amor Profundo Como el Mar

Capítulo 3: Llegada al mundo

Narración normal

La luna de miel duro más de lo que se esperaba, y se expendió a España, Portugal, Francia, Egipto, India, Corea, Tailandia, China, Rusia, y al final llegaron de regreso a Japón, en total duro 4 meses.

Pero finalmente regresaron, en ese periodo ambos habían pasado un periodo de celo, juntos, por lo que la omega estaba feliz, ya que estaba embarazada.

El alfa parecía enfermo, y aunque la noticia le alegro, no fue del todo.

Mientras en ese tiempo, a Shinya lo habían mantenido amarrado, en aquel sótano, pero le habían permitido crear un nido, donde dormía la mayor parte del tiempo, como la doctora prometió, ella personalmente iba a casa de la familia Hiragi a revisarle, también había aumentado la dosis de vitaminas y suplementos alimenticios ya que en el segundo mes se dio a conocer que el joven omega espera mellizos, y el joven no comía como era debido.

El nido estaba hecho de ropa, en su mayoría, del alfa, solo de esa manera se sentía a salvo.

Ya tenía 5 meses y medio.

Supo que Guren y Mahiru habían regresado, pues había escuchado a una sirvienta hablar con otra, pero no podía salir, ni gritar, no tenía fuerzas.

--¡Hey!, te traje algo, y la comida- dijo una de las sirvientas, con una enorme sesta de ropa, y el plato de comida.

Se acercó al omega y le dio la comida, y en la sesta había ropa del alfa, ya que había sido encomendada para lavarla, pero el omega necesitaba el olor de aquel hombre.

Comió, y acomodo en aquel nido la ropa y se recostó de nuevo en este.

Así pasaron los días, que avanzaron a un mes.

Shinya ya tenía 6 meses y medio.

Aquello era bueno, pues pronto daría a luz, pero, también estaba Mahiru, ella estaba siendo atendida por los mejores médicos, tendría una bebe, y ya tenía 3 meses y parecía que no necesitaba nada, ni siquiera estar cerca del alfa, ella por petición de su madre se había quedado en su casa, mientras el alfa estaba de igual forma con su familia, solo por las noches, ambos dormían en la mansión de la familia de ella.

Guren intento averiguar qué había pasado con Shinya pero tenía miedo que le dijeran que había muerto.

Él seguía enfermo, pero al parecer a nadie le interesaba.

Así paso el medio mes que le faltaba a Shinya para dar a luz, lo cual fue en la madrugada de aquel día, la doctora que lo había atendido durante todo el embarazo, asistió y fue quien traería a esos niños al mundo.

Costo acercarse al omega, pues era normal que se pusiera en un estado de defensa que podía ser peligrosa, pero finalmente fue aceptada en el nido, y de esa manera con ayuda de las sirvientas, esa madrugada de invierno aquellos mellizos llegaron al mundo.

Aunque fueran mellizos, no eran idénticos, inclusive no se parecían en nada, ambos nacieron con los ojos cerrados, pero al momento de salir del vientre ambos anunciaron su llegada con un potente llanto.

La doctora los limpio e hizo lo mismo con la madre, para después dárselos.

Estuvo con ellos el resto de la noche, pues era peligroso, sobre todo para la madre, el estar en ese estado y sin el alfa.

Shinya luego de ver a sus hijos se durmió pues estaba realmente cansado, además que tenía anemia lo cual empeoraba las cosas.

Por la mañana la doctora se marchó dejando indicaciones a las sirvientas.

Shinya despertó casi a medio día, se sentía débil, y luego aquella sensación se fue, al ver a su padre cerca.

El hombre camino a pasos grandes, y jalo al omega de manera ruda y le inyecto un líquido azulado que hizo que se durmiera.

Aquel líquido era un medicamento especial para que no muriera pero de alguna forma para su alfa destinado lo estaría.

Los pequeños jugaban con sus manitas; a diferencia de los bebes humanos, que duran incluso meses en comenzar a moverse y jugar, en los bebes de alfas y de omegas, inclusive de betas, estos nacían con apariencia de 3 meses en bebes humanos, por lo que crecían de manera acelerada, hasta alcanzar el tamaño de un bebe de un año, y de ahí crecen normalmente.

Guren, estaba tomando una ducha, pero no podía sacar de su cabeza aquella sensación de vacío que tenía, pero al menos su salud estaba mejorando.

La omega Hiragi estaba en un enorme centro comercial haciendo las compras pertinentes para ella; o eso fue lo que dijo, ya que llevaba ropa costosa y sin gracia.