Capítulo 5: Lejos

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Narración normal


Siguiendo la rutina aquel tiempo se convirtió en un año.

Aquel día Shinya estaba jugando con sus pequeños de ya un año y medio, mientras que la pequeña Shinoa dormía plácidamente en aquel nido.

La puerta se abrió de manera violenta.

Era un hombre de cara cubierta, se acercó sin miedo al omega, el cual solo pudo retroceder, y esconder a los pequeños.

El hombre tomo al omega, y entro otro, este igual tenía el rostro cubierto, y se acercó a los niños que comenzaron a llorar al oler y sentir el miedo de su madre.

Los hombres comenzaron a reír, y se llevaron a los mellizos.

El de ojos azules no pudo hacer nada, pues estaba débil, sus pequeños se fueron.

Luego de eso, entro su padre, el cual con una amplia sonrisa, le dijo que sus hijos habían sido vendidos a familias de dinero...No volvería a verlos.

Eso lo destrozo, y lloro, lloro hasta perder el conocimiento.

Cuando eso paso, el hombre tomo a su nieta, y la saco, de ese lugar.

Shinya despertó dos días después, estaba ardiendo en fiebre, las mujeres lo cuidaban como siempre, le hablaban, pero solo escuchaba ruido, no era capaz de escuchar nada.

Solo miraba a las mujeres entrar y salir con agua, toallas, y frazadas, pero nada serbia, el pobre chico estaba empeorando.

Las mujeres lloraban, sentían culpa de no poder hacer nada por el chico que siempre había sido bueno con ellas.

Una de ellas, se acercó más a él, y le dijo algo, pero el omega no pudo responder.

Luego de un mes, finalmente lograron estabilizarlo, ya que el medicamento, para la conexión no ayudaba en nada, y no lo habían suspendido.

Ahora Shinya estaba solo, y con la mirada pérdida, pálido, y no quería comer, y cuando lo hacía era mínima la cantidad, apenas la suficiente para que no perdiera el conocimiento.

Aquella mañana no era la diferencia, estaba con los ojos cerrados, pues estaba cansado, y no podía abrirlos.

--Shinya... Deja de ponerte de esa manera, además agradece que te deje tenerlos por más de un año, ellos ahora están mejor, lejos de ti- dijo el hombre que como siempre iba a verle y molestarle.

El otro no dijo nada, ya no tenía sentido.

Por la tarde la omega Hiragi fue a verle, y se sintió de maravilla al verlo en ese estado.

Estaba pálido, y parecía muerto, de no ser por el medicamento no estaría vivo, pero quería que sufriera por haberla humillado.

La mujer se fue por la noche a su casa, en donde luego de casi 3 meses veía a su esposo, este tenía una enorme maleta en la entrada.

--Valla, finalmente te iras, ¡no puedo creerlo! Finalmente me librare de ti- dijo ella con alegría notoria en su voz.

Desde hace un par de meses esos dos solo se veían para insultarse, y en una de sus típicas peleas, Mahiru le reclamo lo del engaño con su hermano, y claro se hizo la víctima.

--Lamento decírtelo, pero eres tú la que se va, esta tarde olvidaste tu teléfono, y llamo tu amante, lamentablemente no pregunto antes quien contestaba...Quiero el divorcio y te quitare a la niña, te destruiré, no eres mejor que yo querida- lo último lo dijo con sarcasmo, y rencor.

Amor Profundo Como el MarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora