Capítulo 13: Noticias del corazón

252 19 0
                                    

Narración normal


Una mañana como cualquiera, en aquel verano, Yuichiro se levantó de su cama, tenía nauseas, y dolores enormes de estómago, lamento haberse levantado, cuando lo hizo, sintió un dolor aún más agudo.

El dolor lo hozo gritar, y rápidamente ya estaba en un auto, su padre, lo llevaba al médico, y a su lado estaba su alfa, tratando de calmarlo.

Rápidamente llegaron a la clínica y fue agtendido.

Ambos alfas esperaron de manera desesperada en la sala de espera.

Ahí, ambos se mantuvieron ocupados, tratando de distraerse.

Salió una enfermera, y les informó algo que a ninguno dejo del todo bien.

Yuichiro ahora se encontraba en una habitación, sedado, tuvieron que hacerle una cirugía de emergencia, un aborto, eso había pasado, al estar la placenta muy débil, el feto, murió, y no hubo nada que hacer.

Mikaela callo de rodillas y cubrió su cara con sus manos y comenzó a llorar.

Guren estaba en shock, no creyó que algún día escucharía eso para su hijo.

Se colocó a la altura de su hijo, y lo abrazo, tratando él también de cierta manera de encontrar consuelo.

Ambos fueron autorizados para entrar en la habitación.

Los dos entraron, y lo miraron, estaba conectado a una máquina que registraba su actividad cardiaca, su respiración, y en su mano había suero.

Estaba pálido.

Dormido.

Guren se acercó y admiro a su hijo, tan joven y tendría que sobrellevar esa noticia, que ni él podría.

No podía con eso solo, necesitaba a una persona, la cual, no sabía si aún vivía.

Mika, solo miraba, no sabía que diría, y entro en pánico, cuando el cuerpo de su omega comenzó a moverse.

--¿Qué paso?- fue lo que dijo el chico de ojos verdes de manera débil.

--Yuu-chan, escucha, cuando llegamos te intervinieron, es decir, te hicieron una su cirugía de emergencia, nuestro bebe ahora está en un mejor lugar, no vino a un mundo cruel, y donde no sería feliz, ahora nos está cuidando desde el cielo- dijo Mikaela con voz entre cortada, no sabía cómo decirlo.

--Yuichiro, escucha, es algo que no estuvo en manos de nadie, eso, solo paso, nadie sabe porque, pero paso, aquel dolor que tenías, era porque estabas teniendo complicaciones, te hicieron la cirugía porque él bebe murió ya no está- dijo Guren lo más sereno que pudo, pero por dentro se estaba rompiendo.

Yuichiro no dijo nada, solo bajo la mirada, y luego susurro, un "déjenme solo" y así lo hicieron.

Los días pasaron y a las dos semanas, lo dieron de alta, regresaron de manera silenciosa a casa, y en cuanto llegaron, el joven omega, se fue a su habitación de donde no salio.

Mika no sabía qué hacer, no quería verlo triste, trataba de entenderlo, pero le era imposible. Guren, bueno, él trataba de darle su espacio, pero estaba preocupado por él, Shinoa solo rogaba que su destruida familia mejorara.

Así paso más de 6 meses.

Yuichiro no salía de su habitación, casi no comía, en su celo, estuvo con Mikaela pero solo fue sexo.

Mikaela se estaba cansando, no sabía cómo ayudarlo, se sentía impotente.

Guren veía como sus hijos se destruían y ni para eso se sentía seguro de protegerles.

Shinoa era la que muy pocas veces lograba sacar a su hermano de aquella habitación, pero solo eran por unas horas.

Ya no iba al colegio, no salía con sus amigos, solo lloraba en su habitación.

Ahora nada era ni la sombra de lo que una vez pretendió ser.

Y no parecía mejorar.

Una tarde Mika trato de hablar con su omega, quería hacerlo sentir mejor.

--Yuu-chan, escucha, debemos hablar, es importante, por favor abre- dijo detrás de la puerta, luego se abrió, todo está oscuro.

Camino a oscuras hasta la cama, en donde estaba el frágil omega llorando, pues era lo único que hacía ya.

--Habla, y vete- dijo el chico de verdes ojos que ahora estaban hinchados por el llanto.

--Escucha, no solo a ti te afecto la perdida de nuestro bebe, si era de los dos, no solo tú has sufrido, ya basta de hacer esto, debes de comprender que no fue culpa de nadie, solo paso, ya basta, él ya no está, pero tu estas vivo, y estas desperdiciando eso aquí llorando, si no quieres verme, no lo hagas, pero, no sigas dañándote de esta forma- dijo el alfa de manera desesperada mirando a la nada.

Yuichiro salió de las cobijas y se aventó a llorar a los brazos de su alfa, finalmente había salido de ese sitio.

Este lo abrazo, y ambos lloraron, sus corazones habían sido dañados, y no podían evitarlo, y ambos se asegurarían de que juntos sanarían.

A partir de ahí, todo comenzó a mejorar, los amigos del omega iban a verle casi a diario, y eso mejoraba notoriamente el ánimo de este.

Yoichi estaba feliz, pues luego de muchos problemas finalmente podría estar al lado de su alfa sin temor.

Mitsuba era la más feliz de que su amigo volviera a ser el mismo, y se la pasaba cuidando de él, junto con Shinoa, la cual, no podía evitar hacerle bromas, esas dos, tenían una relación algo extraña, y a pesar de que ambas fueran omegas, no lo parecían del todo.

Kimizuki había ayudado a su omega (Yoichi) a comprar mil regalos para su amigo, parecía que con la depresión del chico de ojos verdes lo hacia sentir triste.

Todo parecía estar mejorando poco a poco, aunque los recuerdos aun invadían la mente del omega.

Más cuando su amigo le dio la noticia de su bebe.

Las más emocionadas eran las chicas del grupo.

Mikaela estuvo a su lado siempre.

Guren solo miraba y apreciaba la valentía de sus hijos, mientras él poco a poco y sin que nadie se diera cuenta, se dejaba morir.

Pues la incertidumbre de volver a perder a su omega, no lo dejaba vivir, no viviría en un mundo donde no este él.

Si moriría, pero quería dejar felices a sus hijos.




Cuando un omega es separado de su madre cuando aún es cachorro este le es muy difícil tener crías, debido a que no termino de formar ese lazo con su madre que necesitara para él formarlo con su cría...Puede hacerse en otra época de la vida, pero no es del todo certero que funcione, por eso los omegas a los que les pasa eso, no son capaces de procrear, ya que los abortan. 

Amor Profundo Como el MarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora