ALLÍ DONDE SOLÍAMOS GRITAR

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No fue el despertador, fueron las muchas vueltas que di en la cama, suspiré y voltee a ver el techo exasperada, no sabía si lo peor era dormir en mi lado de la cama o que mi lado ya no se sintiera como mi lado, voltee a verla, estaba sentada con un libro en sus manos y me miró.

-¿Desde qué hora estás despierta?

-Hace suficiente tiempo, faltan diez para que suene la alarma, así que si quieres adelantarte...

-Sí -le respondí y me puse de pie de inmediato.

Mentiría si dijera que me duché, fue un cambio de ropa fugaz, era aún de madrugada, el vuelo salía a las diez y debíamos ponernos en marcha al aeropuerto a las siete para llegar con tiempo, ni siquiera pregunté, solo preparé dos té de canela y un saqué unas galletas de un tazón, tras sentarme completamente lista y abrigada, Calliope apareció igual, iba de negro con un gran abrigo rojo, me miró, la miré, todo estaba en silencio y su cabello estaba aplastado por el gorrito que traía.

-Hice un té -le dije y asintió caminando hasta mí.

-Gracias -me sonrió y le sonreí.

-Me gusta el rojo en ti -mordí una galleta y ella no me miró- siempre te ves tan linda -estiré mi mano y con un dedo toqué su nariz, suspiró.

-Preferiría que me grites, que lo saques todo -susurró y yo suspiré.

-¿Quién era él? -me miró sorprendida, ni siquiera abrió su boca- no son gritos, pero quiero saber quién es.

-No es relevante -tomó una galleta y la miró.

-Entonces no habrá problema en decirme quién es, ¿no? -la miré y cerró sus ojos- bueno, como no quieres, voy a terminar de alistar la maleta.

El manejar hasta el aeropuerto, tomar el vuelo y aterrizar se pasó en un largo silencio, el mismo que se rompió cuando al pasar por seguridad una masa de cabello castaño corrió hasta mí y se estrelló, la abracé y llené su cabeza de besos, cuando me soltó y fue por Calliope Leonor me estiró sus bracitos y no pude negárselo, la apreté contra mi pecho, ahí, encima de nosotras estaban las dos personas por las que perdonar a Calliope me parecía razonable, las únicas dos, además de nosotras, que verían la situación como un verdadero desafío, al menos Sofía que estaba más grande, y todo eso lo había pensado en el viaje, que para las niñas tendríamos que actuar con normalidad.

-El abuelo y la abuela dejaron que pusiéramos esferas con nuestros nombres -chilló muy ilusionada, Sofía.

-¿Y has puesto dos para mami y mamá? -le pregunté sonriendo y ella asintió.

-Las puse juntas, nos hacía falta una bola y decidí que estarían juntas -me sonrió y le guiñé un ojo.

-Eres una chica inteligente.

-Como su mamá -soltó Calliope y la miré, le sonreí.

-¿Vamos a casa? -preguntó mi padre y asentí.

-¡Mueeeero por ver esa esfera! -hice un gesto de completo placer y todos rieron, Calliope se puso a mi lado en el auto, mis padres iban al frente y yo llevaba a Leonor en mis brazos, Sofía en su silla y Callie, Callie con su mano en mi pierna y su cabeza en mi hombro, y por un momento podía olvidarlo todo, por esa familiaridad con la que acomodaba su cabeza la misma con la que mi pierna aceptaba su mano, todo lo que me recordaba que había sido solo mía, o eso creí, durante muchísimos años.

-¿Solos tres días? -preguntó papá y asentí.

-Tengo que regresar, pasaremos noche buena y un día más y nos marchamos. Sería hoy, mañana y pasado.

-¿Y tú, Callie? ¿Te quedas o te vas? -preguntó mamá y ella se enderezó.

-Me voy, no puedo dejarla sola con las niñas, sería una locura -me miró y le quité la mirada.

-Es una pena, pero lo bueno es que pasaremos en familia -sonrió papá y asentimos.

-Es una locura, he perdido la cuenta de las navidades juntas, ¡desde los 18 a los 38 van 20 años! -su voz de impacto me hizo reír.

-¡Y a ver cuántos más! -lo solté así sin más, Calliope me miró mientras mis padres reían y Sofía se quedaba dormida igual que Leonor.

-Se me hace imposible pensar en verte con alguien más, Ari, veinte años se dicen fácil, y cuando todo les parezca más bonito van a venir los problemas, los de verdad -decía papá mientras nos lanzaba miraditas por el retrovisor-. En los que da miedo aceptar las circunstancias, en los que escondemos secretos a los papás y suegros -soltó y mi mirada cambió a miedo- las veo y no puedo pensar en otra cosa que no sea eso, en que no están bien, no son Callie y Arizona, y sé que es difícil solucionar las cosas cuando tienen que estar bien para esas dos pimpollas que van dormidas. Pero, señoras, lamento informarles que no se puede evitar para siempre.

-Yo... papá -susurré y él sonrió.

-Ni mí ni a tu madre nos debes una explicación, cariño -aparcó el auto en el garage- pero dos niñas no unen un matrimonio.

Bajó del auto, mamá lo siguió y Calliope bajó para cargar a Sofía, yo bajé con Leonor en mis brazos y entramos, papá bajó las dos maletas y cuando estuvimos en la habitación juntas, puse a Leonor en la cama junto a Sofía y me acosté con ellas.

-La cama es grande, puedes venir -dije lo suficientemente fuerte para que me escuchara.

-¿Segura?

-No te estoy pidiendo nada extraordinario, ni siquiera te lo estoy pidiendo, te lo sugiero, te ofrezco una noche como las de siempre -halé a Leonor.

Calliope empujó a Sofía hasta dejarla frente a Leonor, se acostó mirándome, pasé mi mano sobre las niñas hasta tomar la suya, ella apretó la mía y de repente yo tenía mis ojos rojos y mi mentón temblando.

-Te amo, ni siquiera sé cómo sigo haciéndolo, te amo tanto como te odio, Calliope, y no sé si quiera seguir contigo -susurré y ella empezó a llorar.

-Lo siento, cariño, perdóname -susurró.

-Yo lo intento, pero no puedo, y de verdad quiero, Callie, de verdad quiero pero -paré y solté su mano para limpiar mis lágrimas- solo no puedo, no me siento segura.

"Tengo un cuchillo y es de plástico, donde solía haber metal, un libro extraño que te he hecho de parbulos, sus hojas tuve que incendiar. En los hierros que separan la caída más brutal, siguen las dos iniciales que escribimos con compas... ahí están, vertical y transversal, soy grito y soy cristal, justo el punto medio el que tango tanto odiabas cuando tú me repetias que: te hundirá y me hundirá y solamente el grito nos servirá"



¿Es este el final de ellas?

Ahora, me voy a ausentar un tiempo porque tengo que poner al día "Todo lo que pude y no, amarte" so, nos leemos pronto, en la medida de lo posible.

Sim embargo quisiera saber qué piensan y espero que disfruten su lectura. ¡Gracias por el apoyo!
Besos, Polly.♡

CUANDO TE MIRO -CalzonaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora