"You're mine" •2D×Noodle•

01: Cajas

Halo~ 💙💜 Bienvenidos a esta nueva historia~ Este libro contendrá contenido para adultos a su vez que contenido vulgar y bla, bla, bla~ Lo de siempre, people~ Me inspiré tras escuchar una canción bastante uuuuf~ y pues, aquí nos hallamos~ Bye~ 💜💙

"No debería haberlo hecho. Había perdido la cuenta de las veces que mi madre me dijo de pequeña no hacer lo que realicé... pero, como siempre, todos ignoramos las advertencias de nuestros padres."

Pov Nadia:

Mi nombre es Nadia Kyuzo, universitaria en el ámbito médico. Tengo 25 años y, tras ahorrar por bastante tiempo, al fin he conseguido mudarme a la periferia de Essex dejando todo atrás menos a mi novio, quién se mudaría conmigo en unas semanas. Mis padres llevan separados desde que cumplí diez años; mi padre, Kenji Kyuzo, se fue con su otra familia a Japón y yo, me quedé con mi madre, Elena Álvarez, en España. Me quedé, hasta ahora.
La economía en España no estaba yendo muy bien y las cuotas de mi universidad estaban aumentando cada vez más, así que decidí mudarme a Inglaterra, donde dicha universidad es más barata, conoceré mundo y además, practicaré sin parar mi dulce inglés. Así es. Soy mitad japonesa, mitad española, pero mis abuelos son ingleses; tengo una mezcla rara, la verdad.

Conocí a mi novio en una de tantas clases de intercambio que realizaban en la universidad. Su nombre es Darius Hobbs y tiene un hermano mayor llamado Russel; ambos son lo mejor y Russel me trata como su hermana pequeña, puede incluso que como su hija.
Tengo una hermana pequeña llamada Noel, fruto del amor entre mi madre y su novio, Mario, y tiene ya seis años. Es lo más hermoso que nunca vi, con su cabello pelirrojo y sus ojos miel-verdoso. Mis ojos cambian constantemente de negro a verde según la cantidad de luz, cosas de mi ADN.

Hice una amiga por internet, que vive en el mismo apartamento al que me mudé. Su nombre es Jannina Weathers, misma edad, cabello rubio, ondulado y largo, con pecas en su pálido rostro. Es una loca, tan loca como yo, y no paramos de hablar ni un día.

Me encontraba en mi coche, llevando las cajas de mi mudanza desde la casa de mi abuelo, Jonathan Álvarez. Mi madre decidió enviarlo todo allí por seguridad y qué sé yo. Que es una paranoica y lo sabía, pero no podía negarme.
Ok, en realidad el coche es de mi abuelo y tiene mil años ya. En lo que pasaba los pueblos que había entre Melbourn y Harlow, recibí una llamada de Darius.

― ¿Qué pasa, cariño? ―pregunté sin apartar la mirada de la carretera.

― ¿Cuántas te quedan?

Suspiré― Unas cuantas pero... viendo la hora... y el recorrido... es muy probable que termine del todo por la noche muy noche. Siento mucho tener que aplazar nuestra cena, Darius.

Soltó una risita traviesa― No tienes que disculparte, tonta. ¿Lo hacemos mañana?

Sonreí― ¿No te importa?

― ¡Claro que no! Además, Jan te quiere para ella sola ―rió.

Reí con él, girando en unas rotondas que había en el camino― Es increíble... Jan nunca cambiará.

― Ya... ¿Qué? Oh... Cariño ―llamó mi atención.

― ¿Sí?

― ¡Russ te manda saludos!

Reí― ¡Yo también! Dile que en unos días verá a su fideo~

― ¡Hey! ¿Y yo?