Nueve = Novem.
La chica, (como ya se había hecho costumbre en las últimas semanas) estaba sufriendo de un horrible insomnio, ni siquiera sabía que era exactamente lo que la atormentaba tanto para no poder dormir, bueno, en realidad si que sabía, sin embargo, los extraños sonidos y las raras alucinaciones que tenía durante el día no era lo que la mantenía despierta. Simplemente, antes podía dormir por algunas horas y después despertaba para tener alguna alucinación, y ahora ni siquiera eso, no duerme para nada. Esta despierta durante toda la noche, y sus padres ni siquiera lo notaban.
Escuchó un movimiento brusco dentro de su armario, se sobresalto un poco pero, en realidad, comenzaba a acostumbrarse a tener un pitido molesto la mayor parte del día, comenzaba a adaptarse a los constantes sonidos que la martirizaban durante el día y la noche.
— Ya te escuché, detente— Ordenó, sabiendo que así los sonidos se calmarían al menos por unos minutos. Anotó una raya más en su libreta donde llevaba la cuenta de cuantas veces le pasaba algo raro— Es la cincuentésima vez que me torturas, ¿puedes parar? por favor, imbécil— Susurró la ultima palabra, logrando con eso que, el Ángel negro tirara una caja de su armario— ¡Mierda! ¡Basta!— Alzó la voz y se levantó, dispuesta a recoger lo que aquella cosa había tirado. Se acercó, reconociendo la caja, su corazón comenzó a acelerar sus latidos en demasía.
Las fotografías de su mejor amigo fallecido estaban regadas por el suelo. Sintió una fuerte presión en el pecho, y un gran nudo en su garganta, aún no podía superar la perdida de su amado y apreciado amigo. Una gran mancha negra comenzó a extenderse sobre la fotografía que tenía en la mano, haciendo que el rostro de su amigo se terminara por tapar. Guardo con rapidez las demás fotografías, temiendo que una mancha oscura se les empezara a extender.
— No sé quien o que eres, pero estas acabando con mi vida— Expresó al aire.
— ¡Hey!— Miró a su amiga y sonrió— ¡¿Por qué me dejaste plantada?! ¡Te estuve esperando!
— ¿De qué hablas?— Preguntó confundida.
— ¡¿Cómo que de que hablo?! ¡Eres una basura!— La chica se sorprendió ante tales palabras de su amiga e inmediatamente el pitido en su cabeza comenzó, haciéndose lento— ¡Dijiste que irías al retiro! ¡¿Por qué odias tanto mi religión?! ¡¿Por qué te burlas de ella?! ¡Solo tenías que decirme que no querías ir! ¡Eres una egoísta y malagradecida!
— Es solo que tu religión no me ayuda al problema. Dios no... Al menos a mi no me bendice, Leslie, Dios no tiene misericordia de mi, lo siento— Cerró la pequeña puerta de metal con fuerza.
— ¡Eres una mierda!— La pelirroja se alejó de ella, desapareciendo entre las personas que caminaban por ese pasillo.
— ¿Qué le hiciste?— Se sobresalto al escuchar la voz del chico. Lo miró— Ella se puso muy anormal— Dijo elevando las cejas, la chica asintió.
— No fui a su estúpido retiro de mierda— Golpeo el casillero con la palma de su mano— Es una puta tontería, no puedo creerlo.
— Dios no bendice a los lujuriosos— La chica sonrió y negó— Ni a los no creyentes.
— Tienes razón— Se recargo en los casilleros grises y miró al chico sonriendo— ¿Qué haces aquí?— El chico dejó caer sus hombros, la castaña elevo por unos segundos las cejas.
— En realidad vine a hablar con la directora— La chica asintió.
— ¿Ah sí?
— Sí, es mi tía— La chica frunció el ceño, riendo un poco— ¿Qué? Es en serio.
— Supongo que debo creerte— Miró la hora en su celular— Tengo que ir a clases, lo siento.
— Entiendo, ve. Te veo más tarde— La chica asintió y se alejo.
Sus ojos la llevaban a un mundo totalmente desconocido.
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TENEBRIS |c.r|
Fanfiction"¿Eres la muerte o el paraíso?" - Esta historia es ficticia, no se intenta ofender o atacar a ninguna religión. Es pura ficción y lo que diga cualquier personaje no significa que la autora lo piense o sostenga. No malentiendan, no se intenta ofender...