🍁Capítulo 9

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*HANNA*

Me levante de la cama con mi cabello hecho un desastre, completamente enredado nudos por todas partes, gruñi y mire la habitación aún dormida. Las cortinas estaban corridas pero la luz de la luna resplandecía por la blanca habitación.

Mi boca estaba seca así que me levante y aun medio dormida camine por  la oscuridad, tenía mis ojos cerrados y solo camine a ciegas, abrí la puerta de la habitación y seguí caminando sin abrir mis ojos. Mis dos piernas quedaron trabadas en algo acolchonado y caí.

—¡Ah! —grite de sorpresa.

Di media vuelta por el sofá y terminé cayendo al suelo sobre mi trasero, ¡Pum!

—Au.. —me sobe el trasero.

De repente la luz se encendió, parpadie muchas veces para acostumbrarme a la claridad.

—¿Que haces en el suelo? —la voz venía a mis espaldas.

Mire sobre mi hombro a un chico con pantalones de chandal azul y una camisa para dormir ajustada, sus abdominales se marcaron en esa camisa, mordí mi labio. Recapacita Hanna.

—Ese sofa salió de la nada y me tumbo. —mire de mala gana al sofa.

Escuche una risa y lo mire.

—¿De qué te ríes? —le dije confundida.

–¿El sofa ninja te noqueo? —alzó su ceja aún sonriendo.

—¡Si! Antes no me mordió.

—Dejame ayudarte.

Se acercó hacia mí y con uno de sus brazos rodeo mi cintura y me ayudó a ponerme de pie. Mi espalda chocó contra su duro pecho y retrocedió.

—¿Segura que estas bien?

Lo mire.

—Si, como te dije, no me mordió.

—¿Se puede saber por qué no prendiste las luces del departamento? ¿A dónde ibas? —se cruzó de brazos y después explotó en una carcajada.

Arrugue mi nariz.

—¿De qué te ríes?

—Parece que un pajaro durmió en tu cabello. —apuntó hacia mí melena toda enredada, hice una mueca.

—No fue un pajaro, la almohada lo hizo.

—Hechale la culpa a la pobre almohada. —se encaminó a la cocina. Lo seguí.

—No tienes luces automáticas. —señale.

—No es inesesario. ¿A donde ibas?

—A la cocina, tenia sed.

Abrió el refrigerador y sacó dos botellas de agua, me ofreció una pero la negué, levantó su ceja.

–¿Tienes agua al tiempo?

—Ahí. —señaló a un lado de mi una bolsa con aguas al tiempo, lo mire. —¿Que pasa? ¿No tienes sed?

Asentí. Me miró pero no hizo ademán de moverse, suspiré, baje del banco y me agache por una y la abrí, el dulce trago de agua corrió por mi garganta.

—Estas acostumbrada a que te mimen. —me volví hacia él. —Yo solo mimare a la mujer que este conmigo en mi vida, a la que realmente ame.

Alce una ceja. —Toda mi vida estuve a cargo de una nana que estuvo recogiendo mi desastre, así que diré que si soy mimada. Y eso último que dijiste. ¿En serio crees que esa cosa existe?

LOVE IS NOT OVER (JIMIN) - 7 - Donde viven las historias. Descúbrelo ahora