🍁Capítulo 19

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*HANNA*

Sabía perfectamente que no era buena para la cocina, ¿como lo sabía? Una vez mi madre me dejó sola en casa cuando recibió una llamada de alguna agencia de grabación para un comercial de alguna marca de ropa para niñas; esa vez mi niñera tenía asuntos familiares por lo cual no podría venir, mi madre no tuvo de otra que dejarme sola. Pude haber ido con ella, pero el día anterior tuve otra grabación y nos quedamos hasta altas horas de la madrugada por que el director era un asco al dirigir; y lo único que quería en ese momento era dormir.

Desperté cerca de las tres de la tarde, y lo hice por que mi pancita gruño como un león ambriento, había ido a la cocina y buscar comida, pero no había nada preparado, por lo que había visto un comercial en la televisión de cómo hacer unos panqueques, encontré los ingredientes y los prepare, estaban más crudos que cocinados. Desde ese momento no me atreví a entrar a la cocina, sabía que no me quedarían buenas las preparaciones por lo cual le rehuia como un gato al agua.

Desde que formalizamos el matrimonio, y tuvimos la primera "pelea de pareja" ordenaba comida a domicilio, pero pasadas las dos semanas, observe que aumentaba de peso, y eso era inaceptable para mí, obviamente la chica encargada del vestuario lo noto también y me recomendó cocinar comida nutritiva y hacer ejercicio, no diario pero al menos unos tres veces por semanas. Recuerdo haberle gritado que era una grosera, por primera vez el staff se dio cuenta de mi humor, aunque estaban claramente advertidos por mi.

Compre recetas para todo tipo de comida, todo el tiempo veía esa parte de la casa como mi enemigo, pero tenia que enfrentarlo, las recetas eran mi espada y los alimentos mi armadura, casi como un caballero con su blanco corsel, note que con ayuda de esos libros de cocina podría establecerme un poco y así lo hice. Aunque no sabía tan bien.

Ahora escuchar a Jimin diciendo que mi comida era deliciosa algo dentro de mi pecho se tibio y sólo le respondí con una sonrisa tímida. Él se había ofrecido a lavar la loza sucia ya que según Jimin había cocinado. Lo dejé mientras limpiaba la pequeña isla donde comimos, una vez ordenado todo, el teléfono de la sala volvió a sonar sobresaltando a ambos.

—Yo contesto. —se dirigió al teléfono antes de que hiciera un movimiento.

Me encogí de hombros restándole importancia y seguí ordenando lo que ensusiamos. La voz un poco ronca de Jimin llamó mi atención, sostenía el teléfono sobre su oído, pero su agarre era algo brusco, su espalda tensa y ese movimiento de su pie sonando en la fina madera no me pasó desapercibido. Traté de escuchar lo que estaba hablando pero lamentablemente ya había terminado la llamada, su semblante no dejaba ver ninguna expresión mientras se dirigía hacia mí.

—¿Quién llamó?

—Nadie importante.

—"Nadie" me parece que te hizo sentir mucho Minnie.

Alzó una ceja y una lenta sonrisa ladina surco sus bellos labios avultandolos, ¿bellos? ¿Desde cuando le pongo atención a sus labios?

—¿Minnie? Ese es un apodo cariñoso.

—No lo es tonto. Eres tierno. —me encogí de hombros.

—¿Me consideras tierno y no sexy? —se cruzó de brazos con una expresión falsa de seriedad.

—Muuuy tierno. —sonreí con descaro.

—De acuerdo gatita.

Frunci mi nariz y la moví con incomodidad.

—¿Gatita?

—O si.

—¿Por qué gatita? —imite su postura.

LOVE IS NOT OVER (JIMIN) - 7 - Donde viven las historias. Descúbrelo ahora