𝐄𝐗𝐓𝐑𝐀

861 67 180
                                    

¡hola! aquí un extra o "especial" para compensar mi falta de actualizaciones:( al principio este iba a ser un capítulo más, pero reorganicé la historia la verdad no aporta mucho a la trama, aun así esta parte es muy importante para mi ya que es una de las primeras veces que escribo desde mi experiencia.

les advierto desde ya que este extra tiene contenido subido de tono; relaciones sexuales explícitas, si no te gusta este tipo de contenido eres libre a esperar tres millones de años más para una actualización. jeje.

La canción había finalizado y la menor se encontraba entusiasta gritándole a su amigo como si de un concierto se tratase

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La canción había finalizado y la menor se encontraba entusiasta gritándole a su amigo como si de un concierto se tratase. Hunk, ligeramente avergonzado por los gritos de fanática loca de su amiga, sonrió débilmente y se encogió en si mismo.

—¡Wu! ¡Wu! ¡Uh, uh! —empezó a hacer sonidos similares a los de un simio, haciendo reír al samoano—. ¡Otra, otra, otra! —pedía a gritos.

—Nos van a correr por tus gritos, Pidge —le chistó el chico, negándose a cantar otra, ya que quería oír a su amiga hacerlo.

—No nos han corrido en dos años y lo harán ahora —rio—. Es mas, no corrieron a Shiro y Matt a pesar de coger en los sillones y nos van a correr a nosotros.

Garret hizo una mueca.

—Demasiada información —negó, sentándose en el sofá. El lugar era bañado por la luz rojiza de neón, dándole un ambiente sensual e íntimo a la estancia. Sonrió con adoración al ver a su mejor amiga con micrófono en mano, su pálida piel se teñía del brillante escarlata y sus ojos color miel se veían oscuros. A pesar de usar ropa verde, blanca y casualmente anaranjada, como paletas de colores principal, el rojo le sentaba bien, bueno, según Hunk, aunque no es como que el samoano fuera muy objetivo.

—Hunk, ¿sólo soy yo o ya hemos pasado toda la lista? —preguntó con sus ojitos fijos en la pequeña pantalla pasando por la lista de canciones, reconociendo algunas que en ningún otro momento habría cantado aquellas canciones, pero con Hunk era diferente. Con Hunk todo era diferente.

—Deberían actualizarla, estas canciones son del siglo pasado —ambos rieron por la exageración del moreno y finalmente la de cabello acaramelado se decidió por una canción que le gustaba y se sabía al derecho y al revés.

La última canción de la noche.

La noche ya había llegado y la luna se alzaba imponente en el firmamento, se veía de un color dorado cálido y parecía haber crecido en tamaño, lo que le daba un toque mágico a la caminata de los amigos.

Hunk se había ofrecido a acompañar a su amiga hasta su casa, habían terminado bastante tarde y le preocupaba el que la chica se devolviera sola a su casa. Cuando sus padres le llamaron, preocupados por la hora, la de tez pálida le ofreció al mayor quedarse a dormir en su casa, ya que de todas formas podría pasarle algo devolviéndose solo. Sus padres estuvieron de acuerdo y se lo agradecieron a la italiana.

Mentirosos [Klance]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora