C20

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Liam

Le pude decir te amo después de tantos años, caí en un sueño profundo ya que me había agotado haciéndole el amor, a la mañana siguiente trato de tocar su cuerpo, pero su lugar se encuentra frío, me levanto sintiendo una presión en el pecho y decido buscarla por la casa.

Comienzo a desesperarme cuando no la encuentro en el baño ni en la cocina, llamo a su madre preocupado por saber si se encuentra con ella, pero esta niega dejando en claro que no la ha visto desde que volvimos.

Llamó a su representante y este niega saber de ella me comencé a desesperar al ver que ella no me responde el celular, donde carajos se había metido, si no se nada de ella, donde carajos se había metido, si no se nada de ella en este día la reportare como desaparecida y no me importa que hable todo el mundo, ya no me importa solo deseo que este a mi lado. Mis pesadilla al final se volvieron reales, nunca quise que ella desapareciera.

Comienzo a llorar mientras trató de cubrir mi rostro, solo una vez había llorado de esa manera una vez y fue el día que la abandone. Porque fui tan cobarde, este era mi karma a pagar solo por haberle hecho daño y acepto el castigo, pero la quiero a mi lado.

Lana

Termina la sección de fotos y voy directo al hotel para tomar una ducha, cuando salgo veo como Víctor me mira de manera amenazante.

- ¿Porque mierda desapareciste? Liam está preocupado - me informa y camino hasta tomar mi teléfono y encenderlo.

El teléfono comienza a marcar múltiples llamadas y mensajes, al final tenía un total de 500 llamadas y 100 mensajes todos de Liam y alguno de mi madre, sin notarlo mis lágrimas comienzan a descender.

- ¿Que sucede? - pregunta asustado y me giro para abrazarlo.

- Hice una estupidez - digo reconociendo que he estado dos días como un muerto viviente.

- Descansa y regresemos mañana - me dice dejándome en la cama - te traeré la cena, debes comer algo - informa y asiento.

El sale dejándome sola y decido leer alguno de esos mensajes.

Regresa ¡sí! Se que lo hice mal.

Liam

¿Me podrías perdonar algún día?

Liam

Apago la pantalla y cierro mis ojos limpiando mis lágrimas, al rato me acuesto cerrando mis ojos para no pensar en ese tema, creo que todos esto me ha dolido más a mí que a él.

Diablos porque soy tan fácil de manipular yo debería de abandonarlo y jamás volver a saber de él, pero mi parte idiota sigue creyendo que hay amor en todo este rollo en el cual mi padre me envolvió. Sueño con esa vez que nos encontramos una moneda de diez centavos en la acera mientras regresábamos de la escuela, bueno él siempre me iba a recoger.

Yo quería gastarla en una paleta sabiendo que faltaba dinero para comprarme mejor un helado, pero al final terminé teniendo una gran paleta de fresa y el gruñendo a mi lado porque no le había dado a probar de mi paleta.

- ¿Quieres? - digo de manera inocente y el frena dejándome delante de él.

- Si - afirma antes de pasar su lengua cerca de mí labio.

- Li - chillo corriendo para alejarme de él.

El me sigue mientras ríe, creo que tenía 7 o 6 años cuando eso sucedió, me levanto acalorada y un poco roja, creo que el dormir sin comer nada me está pasando factura. Me levanto de la cama sin ganas de nada, tomo un baño y cuando termino me abrigo bien con un abrigo rojo veo como Víctor tiene mi desayuno listo.

- Dormiste sin comer nada, no quiero que vuelvas a caer en la anemia - me reclama y eso me pone a pensar en una época de mi vida que me marco.

- Recuerda, tú lo dijiste o te adaptas o te muertes en el intento - reconozco comiendo las tostadas que me trajo -las modelos deben ser perfectas y sin errores - agregó tomado mi jugo.

-No sabes cuánto me duele haberte dicho aquello, casi acabas con tu vida Lana - murmura dolido y veo como sale de la habitación dejándome sola.

Volver a sentir ese vacío en el estómago es mala señal, cuando comencé en este trabajo hacia todas las dietas para mantener mi cadera super pequeña y ni se diga de los días que no comía, todos me recordaban que era una niña jugando a ser una mujer. Andar de estúpida por poco me cuesta la vida.

Solo por querer ser alguien digna de él, no ya aprendí que no debo ser perfecta para nadie, soy yo quien debe sentirse sensacional con su cuerpo y debo amarme por ello. Por esa razón lo haré sufrir tanto que deseara jamás haberse casado conmigo.

Terminó mi desayuno y Víctor ya tiene mi maleta en el auto, caminamos en completo silencio hasta llegar al parqueo. Todo el trayecto hacia el aeropuerto fue incómodo y en el vuelo ni siquiera se sentó a mi lado para cuidarme, prefirió volar en clase turista.

Llegamos al país en la noche, me pide un taxi que me lleve directo a mi pent-house, nos despedimos esa noche solo con miradas, cada uno inmenso en su mar de culpas.

Llegó a casa a la media noche y todo está en penumbras, esto no me asusta si no el hecho de verlo sentado en el mueble mientras bebe de su copa, cuando nuestros ojos se encontraban él se levanta para abrazar mi cuerpo y besar mis labios.

- Tenía miedo, no te vuelvas a ir - dice besando mi rostro con tanto cariño y pienso en lo que me hizo esa vez.

- Suéltame, esto nunca se va a comparar a tu abandono - grito molesta y el me suelta indignado.

- Lana no podía seguir cerca de ti, sin tocar tu piel y besar tus labios - afirma mientras envuelve sus brazos en mi cintura.

- Siempre será lo mismo contigo - reconozco alejándome de él, pero este niega aprisionando mi cuerpo entre sus brazos - suelta me Liam - agregó molesta antes de regalarle una bofetada.

El me mira de manera sorpresiva por la bofetada que le regale, se alejó sentándose de vuelta en el mueble.

- No me molestes - digo tomando mi maleta para ir a la habitación.

- Eres mi esposa, debes decirme para donde vas y no desaparecer de un día a otro - murmura molesto y me freno para encararlo.

- Compraste una esposa, no la ganaste - digo para volver a retomar mi camino.

- ¡Lana! Demonios, ¿Que me has hecho? - afirma arrojando la botella que se encontraba a su lado.

- Lo mismo que me hiciste esa vez, desaparecer por dos días - digo acercándome a él quedando de frente - comprende dales gracias a quien quieras de que no desaparecí 10 años - agregó para dejarlo solo en la sala.

Siempre Fuiste TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora