Siempre Fuiste Tú

C38

Cuando me despierto veo que me encuentro en una habitación totalmente blanca, veo como el camina con una venda en su cintura.

- Tengo que decirte que eres difícil - celebra contento - pero ya después de tanto esperar eres mía - agrega cuando está cerca de mi para acariciar mi mejilla, veo su herida y la presiono haciendo que se levante molesto y me dé una bofetada.

- Maldito cerdo, por esa razón no me caíste bien la primera vez que te vi - digo sin una pizca de miedo.

- Mira linda te diré algo, yo había aceptado el dinero de Larouss porque no causante en mi interés, pero cuando te vi en ese avión sentada a mi lado quise poseerte - murmura y lo ignoro para caminar fuera de la cama.

- ¡Me das asco! - es lo único que digo y el sale de la habitación dejando que su pequeña hija entre.

- Mami, me da gusto ver que somo una familia - dice feliz la pobre Ámbar, no sabe qué clase de monstruo tiene por padre.

- No somos una familia, ya tengo mi familia y estoy casada con un hombre maravilloso - afirmó y a la niña se le llenan los ojos de lágrimas.

- Así que no eres mi mamá - grita antes de salir corriendo.

Cierro la puerta con una silla en el picaporte para evitar que entren, tomo las sábanas para hacer un intento de cuerda y tratar de salir por el balcón. Me coloco un cambio de ropa que se encontraba en un mueble y era una ropa bastante abrigada, cuando logró salir camino por el jardín evitando a sus guardias.

Todo es demasiado fácil para mi gusto y eso me inquieta, salgo a la calle y comienzo a correr sin mirar atrás llego a una gasolinera y pido que me ayuden, el joven me presta un teléfono para que llame a un familiar. Marco su número y al tercer timbre contesta.

- Liam amor, no se don- me quedo muda cuando alguien tapa mi boca y me quita el teléfono.

- Niño toma dinero y nada ha pasado aquí - le entrega un falco de dinero y el asiente, le muerdo la mano para que le suerte.

- Me tiene secuestrada, por favor ayúdame - suplico y el chico me ignora - maldito hijo de perra - le grito más que molesta y los guardias de ese gánster me sacan de ese lugar.

Me amarran las manos y los pies para ponerme una mordaza en la boca, Albert me regala una bofetada haciendo que me maree.

Liam.

Terminó de grabar y reviso mi teléfono para ver una llamada de casa, trato de devolver, pero nadie responde, llamo a mi madre y esta responde de una vez.

- Mamá no puedo contactar con Lana - informo preocupado comenzó a nacer un sentimiento de pena en mi pecho.

- Hijo regresa esta noche a casa, acaba de ocurrir algo - dice y afirmó.

- Esta bien madre, ¿pero Lana y Elijah están bien? - preguntó y todo queda en silencio.

- Ven a casa y te diré - susurra y escucho el suave llanto de Elijah antes de que colgara y eso hace que este ansioso.

- Prepara el jet regreso a casa - le digo a Ámbar y esta me mira mal.

- Ya me cansé, no puedes abandonar tu trabajo por esa modelo oxigenada que tienes por esposa - me grita a la cara - te he aguantado muchas cosas, pero ya no más, te quedaras a terminar este comercial - sigue gritando del antes de todos.

- Vete al demonio Ámbar, algo a ocurrido con Lana e iré a donde este mi esposa - digo saliendo del lugar de filmación que eligió el director.

Tomo un taxi para que me lleve al aeropuerto, pago con lo poco que llevo y veo como el piloto de la familia me espera, subo para dirigirnos a casa. Fue un vuelo de tres horas desde Canadá a casa, cuando llegó encuentro mi casa hecha un asco y hay policías por todo el lugar y mis guardias los encargado de la seguridad de mi mujer e hijo se encuentran muertos.

- ¿Qué pasó? - le preguntó a un oficial.

- Eres el dueño de la casa - dice y asiento - un caso de asalto y secuestro - agrega.

- Secuestraron a mi esposa e hijo - afirmó incrédulo para llamar a mi madre, pero está ya estaba en la escena con mi hijo en brazos.

No ha parado de llorar, cuando lo tengo entre mis manos se calma y comienza a dormir, veo incrédulo todo el lugar.

- Mamá, ¿Lana? - sollozo al saber la gravedad de la situación.

- Ella salvo a su familia y el pobre Sonic está testificando lo que ella le obligó a hacer, el llevó a Elijah hasta la casa y me lo entregó - dice mientras me abraza - ella protegió a su familia y también dijo que todo es culpa de su padre - agrega y comienzo a unir hilos.

- Mamá toma a Elijah, ya se quien la tiene - digo mientras voy a donde se encuentran los policías - quiero hablar con la persona a cargo de la investigación - pido y aparece una mujer de cabello corto y mirada suave.

- Tatiana Guzmán, estoy a cargo aquí - dice.

- Mi esposa me dejó un mensaje, todo es culpa de mi padre - le digo y ella asiente.

- Ya sabemos eso - murmura incomoda.

- Su padre es aficionado a las apuestas, cuando estábamos comprometidos, su padre se la vendió a un alemán de nombre A.H yo pague 10 billones para que no le hicieran daño a mi futura esposa, él me dijo que no estaba interesado en esa chica - digo y ella asiente - después su padre la contacto porque le debía dinero al mismo hombre y ella pagó 2 billones más, entonces ahora su padre debe deberle más dinero que esa cantidad - agregó y ella hace seña para que peinen el lugar.

- Entonces quieres que esperemos que llame, este no será el caso, ya su cara y nombre está en todos lado y estamos ofreciendo una recompensa por información que nos ayude a dar con ella en el menor tiempo - afirma.

- Yo quiero estar cerca por si saben algo de mi esposa - exijo y ella niega.

- Señor vaya a descansar y mañana lo espero en la estación, sé que va a aparecer - trata de darme ánimos para que no caiga.

Me alejo de ese lugar para tomar en brazos a un incómodo Elijah y subir al auto en compañía de mis padre, comienzo a llorar de rabia, impotencia y dolor, ella debía estar muy asustada. Cuando llegamos a casa me encargo de prepararle su biberón para que coma y el niega cerrando su boca, al final mi madre es la que me ayuda a alimentarlo mientras yo tomo una ducha para despejar mi mente.

Cuando estoy vestido con un pantalón de pijama mi madre me entrega a mi hijo dormido y coloco una cárcel de almohadas para que el duerna, le doy mi dedo el cual toma con fuerza para recostarme a su lado y forzarme a dormir.

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