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Llegamos a la pintoresca casa de campo que tiene la familia Corvero, veo como su esposa sale en compañía de sus dos hijos el mayor de 18 años llamado Paúl y el pequeño Rodríguez y su amable señora llamada Angela.

Todos me saludan viendo cómo me encuentro, Angela me lleva al baño para que tome una ducha y me quite la bata de hospital, ella me deja sola y mientras el agua cae en mi piel comienzan a salir mis lágrimas, me arrodilló para poder agarrar mi castaño cabello y gritar con fuerza, cuando estoy más calmada salgo para ir a la habitación de invitados y colocarme un vestido ancho que me presto Angela junto a un par de ropa íntima sin usar.

Ya lista salgo para sentarme en el mueble dejando que Víctor acaricie mi cabeza, veo como Rod trae una bandeja consigo en sus manos.

- Mami me pidió que le trajera el desayuno a la hermana - dice sentándose a mi lado para pasarme el jugo de moras.

- Gracias príncipe no sé qué haría sin ti - susurro mientras tomo mi jugo.

- Hermana tu marido es tendencia - afirma Paúl llegando a mi lado para pasarme su teléfono.

Veo la noticia de un golpeado Liam saliendo del hospital con algunas vendas para cubrir sus heridas, se están preguntando porque ha salido así del hospital, es simple la respuesta, por trata de ser un gilipollas. Le devuelvo el teléfono a Paúl para que vea que no deseo saber nada de él por un buen tiempo.

- No pasa nada, él se buscó esos golpes - dice su padre mientras mira a su primogénito con reproches - Paúl vete a hacer tu tarea que debes ir a la universidad casi - agrega para que no se lo piense demasiado.

- Cómo sea, ya me iba - dice tomando las llaves de su auto.

- Cuídate hermanito - digo antes de besar su mejilla.

- Nos veremos en la noche - asegura antes de salir de la casa.

Yo termino mi desayuno en total silencio para después ir a dormir a la habitación de invitados. En la tarde me levante para ir a comer, recibo un arreglo de flores blancas y una caja
de terciopelo lo cual le regalo a Angela sin ver que era lo que traía, a la hora de la cena veo como Sonic el chófer de Liam toca la puerta.

- Buenas noches, señora, el señor Liam la mandó a buscar - me informa.

- Informe le que ella no se moverá de aquí - gruñe Víctor.

- El señor me dio órdenes de llevarla de regreso y no puedo regresar sin ti - informa y no deseo ponerle su noche difícil al pobre hombre.

- Esta bien iré, total debo enfrentar a mi esposo - le informo a Víctor y el niega.

- Si vas, iré contigo - afirma antes de ir a su habitación a buscar algo.

- Lo lamento Angela - me disculpo porque sé que es doloroso no dormir al lado de la persona que amas.

- No debes preocuparte, él te ve como la hija que nunca pudimos tener - susurra antes de besar mi cabeza.

Me despido de los chicos para subir al auto, Víctor nos sigue en su camioneta.

Liam.

Qué sentirían si su esposa le guarda un secreto, hace algunos días he estado mal y ver como su representante la trata me enferma, acabo de salir del hospital después de curar mis heridas y de que mi madre abofeteara mi cara.

Se que ayer estaba mal y presentarme en el hospital con una resaca, porque en vez de ir a casa para poder hablar con ella y saber porque lo hizo, decidí ir a emborracharme en un club. No tome ninguna de sus llamadas, pero cuando al final lo tome ella me estaba pidiendo ayuda.

Salí de ese lugar para ir a buscarla y me sorprendió recibir una llamada de su guardaespaldas diciéndome que se encontraban en el hospital porque ella tenía mucho dolor.

Gracias a Dios, ninguno estaba corriendo peligro, pero al verla mi enojo ganó y sin pensarlo herí sus sentimientos, llamó a Ámbar para que le envíe un regalo a la casa de su representante como forma de disculpa y recordándole que la quiero en la casa antes del anochecer.

Cuando ingreso a la casa veo la mesa puesta para dos y algo dentro de mí duele, llamó a Sorangel para que se encargue de limpiar todo eso, no quiero rastro de lo que pudo ser la noche de ayer.

Subo a la habitación para poder tomar un baño y veo como el cristal del balcón está roto en un lado, no le presto la debida atención, cuando terminó de bañarme salgo para colocarme un pijama y tomo mi teléfono para escuchar los mensajes que no les prestes atención anoche. Los primero eran de Ámbar para saber cómo había llegado a casa y de lo molesta que esta por dejar que me golpearan, también me dijo que tome una semana para que sanen.

Veo muchas llamadas perdidas, pero el mensaje de voz es que me deja con un mal sabor de boca y con mucha culpabilidad.

- Liam, por favor ven a casa, tengo mucho miedo y me estoy sintiendo mal - siento súplicas en su voz y eso hace que me enoje conmigo mismo.

Ella me necesitaba y yo como un idiota reprochándole algo que ella me podría haber dicho en un futuro, sin necesidad de que la hiciera sentir miserable.

Lo que queda del día trató de comunicarme con ella, cuando dan las seis de la tarde la envío a buscar con el chófer de la casa, la orden es no regresar si no viene con ella. Envío a los del servicio a sus casa para ponerme a prepararle una cena para disculpar mi comportamiento de esta mañana. Cuando ya tengo todo listo veo como ella ingresa a la casa junto a Víctor el cual me ignora para subir junto a ella hasta las habitaciones, yo los sigo y veo como el coloca su maleta en la habitación de invitados.

- Lana prepare la cena - informó y ella me ignora para entrar a la habitación.

- Yo si iré a cenar, gracias por preguntar - dice Víctor pasando por mi lado.

Decido darle su espacio para que se relaje, después le subiré algo de comer, cenamos en total silencio mientras sus ojos desean matarme.

- De verdad lamento lo de esta mañana - me disculpo con el - no tengo excusas para negar lo que dije - agregó apenado.

- ¿Sabes porque vine en mi camioneta? - pregunta y niego, creí que había llegado en el auto junto a Lana - solo te diré que si la amas, pídele perdón de rodillas si es necesario - agrega cuando termina de comer.

- Gracias por tu consejo - digo caminando a su lado hasta la entrada de la cocina.

- Yo me iré a calentarle la cama a mi esposa y puede ser que hoy le dé otro hijo - se despide y niego sabiendo que el solo puede ser él.

Siempre Fuiste TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora