Desde que abrí aquella enorme caja, él se metió en mi vida.
Día a día durante una semana completa se me estuvo insinuando.
Que quería hacerlo sobre el escritorio, sobre la mesa, en la cama y hasta en el piso.
Las ganas inmensas de sacarlo a patadas...
Él se llama Nicolás, cuando llegué a mi casa él estaba en mi cocina, vino en una enorme caja de cartón y dice que es un muñeco sexual.
Cuando abrí la caja estaba vestido, eso fue un punto a mi favor. Me come toda la comida y sus propuestas son insoportables, esa es una desventaja pero lo compensa con lo que le cuelga dentro del pantalón o eso es lo que él dice ya que no le he permitido bajárselos
—¿E...estás desnudo?— Asintió
—Creí que era el tema de la noche.—Le dí un golpe y rió
—¿Hablas de que esa es tu lapicera?—Se pegó más a mi cuerpo y dejó un beso en mi cien
—Barbie yo lo llamaría fibrón.
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