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Nicolás=

Pali y Chock no dejaban de ladrar hacia la cocina pero esta estaba vacía

Miré con temor la caja sabiendo que solo me quedaban horas para volver y salí de allí para seguír buscando a Vaneditt en la entrada de la casa.

No entiendo que pasó, bajé y ella estaba llorando, su voz parecía como un grito pero sin el volumen suficiente, su mirada solo me transmitía miedo y terror, la ví pararse y caminar con las manos abiertas y extendidas hasta la cocina y luego cuando la seguí ya no estaba

-Haján-me giré esperando que la tos le perteneciera pero la mujer que estaba en la silla no era ella-Pasó mucho-sus largas y sucias uñas le deban golpesitos a la mesa, parecían más garras que uñas y su aroma a muerte se olía hasta donde yo estaba.

-¿Quién eres y qué haces aquí?-levantó la mano de la mesa y se miró las uñas

-Mira esto, 328 años muerta y aún no puedo quitarme la mugre y la sangre de las manos-su rostro estaba sucio, con barro y tenía sangre por toda su ropa quemada

-¿Quién eres?-le repetí la pregunta

-Soy la mujer que te salvó la vida hijo-su respuesta me tomó por sorpresa y no perdí mi tiempo en observarla, algo dentro de mí decía qe debajo de toda esa sangre, tierra y suciedad estaba la mujer que me había traído a la vida pero no podía ser ella, ella había muerto hacía siglos.

-¿Mamá?-asintió y se levantó de la silla pero no hizo falta que moviera la silla para salír, simplemente la atravezó

-Sigues igual que siempre, no has cambiado ni por un segundo-se acercó y retrocedí

-¿Dónde está Vaneditt?-su cabeza se giró ciento ochenta grados en dirección a la cocina causándome escalofríos

-Descanzando, la pobre está muy alterada pero ya se acostumbrará, ahora el tema por el que vine cariño-su cabeza volvió a su lugar y me sonrió mostrándome sus negros y quemados dientes

-Tú estás muerta-sus ojos se volvieron blancos y luego volvieron a un profundo negro.

-Lo sé, solo vine a liberarte de la salvación en la que te metí-salvación mis bolas, eso es una prisión

-No me salvaste, arruinaste mi vida-le reproché

Comenzó a caminar a mi alrededor

-No lo creo, mírate te dí la inmortalidad, te dí juventud ¿Y a cambio de qué? Unos siglos complaciendo y disfrutando de la compañía de señoritas ¿No es eso lo que todo hombre quiere?-negué

-Yo no lo quise, no te lo pedí-levantó su mano haciéndome callar

-Tu amigo, al cual también le salvé la vida está libre desde hace unos años-me dijo

-¿Qué?¿Está vivo? ¿Es libre?-asintió
-¿Cómo?-sonrió

-Solo debían encontrar a la mujer correcta, que los amara por como son y no por el placer, lastima que su mujer murió de tristeza a las pocas décadas de reemplazarlo-me quedé unos minutos pensando a que se refería con reemplazarlo

-¿Vaneditt?-asintió y señaló la cocina

-Ella te escucha-negué y corrí hacia la cocina, me paré en frente de la caja y la abrí, una muñeca idéntica a Vaneditt estaba dentro-¿No es hermosa? Mírala, tan delicada, tan pacífica, parece de porcelana-me giré

Muñeco Sexual (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora