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Salimos del ascensor y ya solo quedaban algunos empleados, las llaves las tienen los de mantenimiento así que no debo preocuparme por tener que cerrar el edificio

Abrí la puerta esperando que Nicolas saliera pero él sonrió con picardía y negó, con una mano me indicó que pase y me quedé parada en mi lugar aún sosteniendo la puerta

—Se lo que planeas así que sal no te dejaré verme el trasero.—Su sonrisa se fue y salimos, yo detrás de él

Me quitó las llaves y me abrió la puerta —Donde me miras los pechos te irás caminando.—De mala gana se dio la vuelta y se subió al asiento del acompañante

Me subí al auto y sonreí al ver al muñequito de brazos cruzados

—¿Cómo sabes lo que hacemos para ver sus partes?—reí

—No soy tonta, yo no me como el cuento de la caballerosidad, además Axel no perdía oportunidad para hacerlo todas las veces que íbamos en su
auto.—murmuró una maldición que no logré escuchar pero sonó algo así como "Por su culpa no podré hacer mi investigación"

Ya en casa, subí a mi habitación y me desvestí. Necesitaba ponerme algo cómodo y quitarme estos insoportables tacones.

El muñeco quiso ayudarme a vestirme, según él solo sería a eso pero aún así no se lo permití y le dije que fuera a jugar con mis bebés ya que estos habían estado todo el día solos.

Debía hablar con mi madre sobre esto, no podía llevarlo a todos lados y tampoco quería que me vieran con él y empezaran los rumores. Ya suficiente teníamos con lo de la empresa como para que se corriera el rumor de que le meto los cuernos a Axel con otro.

El timbre de mi celular sonó y bajé casi corriendo las escaleras.

Tal vez eran los sponsors, no podía hacerlos esperar.

Tomé mi celular que lo había dejado en el sillón y fruncí el ceño.

Cero mensajes, cero llamadas, cero notificaciones.

—¿Nicolas, tú tocaste mi teléfono?—El sonido de sus pasos acercarce se escuchó y segundos más tarde él estaba frente a mí.

—¿Pasó algo?— asentí

—¿Tú tocaste mi celular?—negó.

—No sé como se usa ¿Me vas a decír tu nombre?- Suspiré molesta y seguí revisando mí teléfono.

—¿Tienes hambre?— Se cruzó de brazos y se me quedó mirando de una manera muy antipática

—¿Por qué no quieres que lo sepa? Si voy a follarte necesito un nombre el cual jadear— Negué y sacudí la cabeza quitando las imágenes de él y yo en una cama, con solo el sonido de la lujuria de fondo

¡Dios! ¿En qué estoy pensando? Por mas que se vea como un dios griego, hable de tal forma que te enloquese y su tacto me queme eso no va a pasar.

—No me gusta mi nombre, nunca he conocido a otra persona que lo tenga y es raro— Le dije.

Rodó los ojos —Deberías escuchar todas las cosas por las que me han llamado, estoy seguro de que tu nombre no puede ser tan malo— Suspiré y asentí, talvez él tenía razón.

—Me llamo Vaneddit—Susurré muy bajo esperando que en verdad no escuche.

—Okey te diré Vane o...— Negué.

—No me dirás nada, tienes prohibido llamarme de cualquier forma, mi nombre no me gusta y no dejo que todos me llamen por él— Frunció el ceño

—¿Y cómo te llamo entonces? Si necesito algo podría gritarte, ¡Hey! ¡Sí tú! La pelirroja de buenas curbas y piernas largas pero con culo plano y algo de pechos! ¡Podrías acercarte!—Le arrojé lo primero que encontré que fue muy mala idea ya que era mi celular.

Él lo esquivó y este se hizo trizas contra la heladera

—¡Debías atraparlo!— Le grité furiosa y casi llorando, ese teléfono tenía a todos mis contactos. Nicolás se me acercó y me besó, lo aparté pero no se rindió ahí, comenzó a besar mi cuello y a intentar desabrocharme la camisa.
—¡¿Qué crees que haces?! ¡Suéltame!— Le grité y corrí unos metros lejos de él

—¿No es obvio? Solo intento complacerte— se encogió de hombros y le restó importancia con la mano

—No necesito que me complazcas ya te lo he dicho— Recogí mi teléfono del piso pasando lo más alejada que pude de él

—Sí, lo necesitas— miré los restos del teléfono y lo vi a él

—¿Qué puedes saber tú? Sólo eres un muñeco— Asintió.

—Sí, soy un muñeco pero cada vez que una de mis amantes se enojaba, acudía a mí para olvidarce de lo que sea que la hizo alterar— Negué, está muy equivocado en compararme con otras.

—Chico, así no soy yo y en todo caso me hiría y no acudiría como una tonta al idiota que me hizo enojar— Me limpié la boca y su ceño se fruncido y sus labios apretados no tardaron en aparecer —¿Por qué te enojas?— Negó y se puso a jugar con Pali y Chock que vinieron corriendo hacia nosotros.

—No entiendo porqué te quieren, eres una catita— Lo miré, pero el a mí no.

—¿Cómo me dijiste?— Estaba apunto de volver a lanzar mi teléfono, pero esta vez sí me aseguraría de darle en la cabeza o en algún órgano, específicamente uno que le cuelga.

—Catita— se encogió de hombros —Pajaro muy hermoso y colorido que solo habla y habla pero yo uso de referencia solo la primera parte no la última así que no...— Lo interrumpí.

—Al menos yo sé lo que digo, no como tú que desde que llegaste te me insinuas y no te bastó con eso si no que ahora también me señalas mis defectos. Sabes, puedo no tener mucho busto y nada de trasero pero aún así yo soy felíz con mi cuerpo, en cambio mírate tú. Vives en una caja de cartón, te dedicas a ser un sumiso muy obediente. Al menos yo soy libre— Le dí la espalda y subí a mi habitación. Conecté mi celular y no encendió, que suerte la mía, rompí otro teléfono

¿Por qué no me duran?

Hola holaaa!!😀
Ya estoy preparando la maratón 💕

Hola holaaa!!😀Ya estoy preparando la maratón 💕

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Muñeco Sexual (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora