9 MARATÓN (2/3)

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Empujé a Nicolás pero tuvimos tanta mala suerte que nuestros pies se enredaron y ambos caímos al piso —¡Mierda!—grité Nicolás quiso volver a besarme pero le corrí la cara.

Axel estaba en la puerta de mi habitación mirándonos con cara de pocos amigos

—Si te llegas a levantar y se te cae la toalla te mato— lo amenacé, el muñeco me sonrió pícaramente y asintió.

Tomó su toalla mostrándome que no había posibilidad de que se le cayera y se levantó llevándose mi toalla consigo. —¡Te dije que...—rió y salió de la habitación pasando por al lado de Axel como si este no estuviera.

Me apresuré a vestirme y me giré
—Te estuve llamando toda la noche— bufé, esto no podía estar peor.

—Se me rompió el celular— Negó.

—Ya es la quinta vez que se te rompe un celular, deja de
fingír—A no, no va a venir a mi casa a tratarme de mentirosa.

—Vete— Sonrió con burla.

—Ya lo hubiera hecho si no necesitara arrastrarte a las oficinas— me niego, estoy descansando, es mi día de descanso.

—Hoy es mi día libre Axel— Miró detrás suyo hacia la puerta y negó con la cabeza.

—Si, ya me dí cuenta— Otra vez sus celos —¿Por qué no respondiste?— ¿Está sordo o le falta la tuerca que retiene la información?

—Ya te dije que mi teléfono no anda Axel— Me senté en la cama

—Te llamé al de la casa cinco veces y tampoco lo hiciste— Dijo molesto.

No no, eso es imposible si hubiera sido así yo lo hubiera escuchado —No lo escuché— Se pasó la mano por la frente.

—Ese teléfono se escucha en toda la casa ¿Por qué no mejor me dices la verdad?— Apreté los dientes molesta.

—¿Y cuál es esa entonces?— Yo ya estaba perdiendo la cabeza

Su mandíbula se tensó —No te hagas la tonta, ambos sabemos que te pasaste la noche con él ¿o me vas a decír que las toallas envueltas en sus cuerpos era casualidad?— Por supuesto que sí.

—Lo eran, Nicolás no tenía ropa y...

—Ya tengo suficiente de todo
esto— caminó hasta la puerta y le lancé la toalla que había dejado sobre la cama, a la cabeza, se dio la vuelta y creí que iba a matarme pero no fue así.

.     .     .

—Esto debe dejar de pasar— Rió y asintió. Le dí la espalda, me senté en la cama y recogí mi ropa interior que era lo más cercano que había. ¿Por qué siempre arrojamos la ropa tan lejos?

—¿Me dirás a qué viniste?— Asintió con la cabeza y siguió observando como yo me vestía, tomé mi vestido del piso y me lo puse, Axel seguía acostado en la cama con solo la sábana cubriéndolo de la cintura para abajo.

—Hoy me toca cuidar de Pali y Chock y hay una reunión— Murmuró.

—¿Por qué no golpeaste?— se giró y me miró.

—Lo hice pero estabas
ocupada— Rodé los ojos
—Debemos ir a la empresa, hoy tenemos una reunión— Me repitió.

—¿Qué pasa con mi día libre?—Se encogió de hombros

—Yo tenía una cita pero no puedo ir, así que ambos perdemos cosas— Bufé, adiós a mi día de compras.

—¿Elegante o sencilla?— le pregunté sobre mi atuendo para la reunión.

—Casual— Rodé los ojos, este uonbre es igual que preguntar blanco o negro y que te responda azul.

Me metí al balo, luego de un rato de pasión necesitaba refrescarme y quitar el sudor y resto de sustancias de mi cuerpo. Me duché por segunda vez en la mañana y salí envuelta en otra toalla, tomé ropa y me regresé al baño a vestirme.

Salí y Axel estaba buscando en mi mueble —¿No tienes nada mío?— preguntó.

—No— Toda su ropa se la había enviado y su secretaria de alguna forma la había perdido. Juntó su ropa del piso y se encaminó al baño

—Te espero abajo— Asintió y salí de la habitación tomando un par de tacones. Nicolás estaba sentado en el sillón y comiendo una hamburguesa

—¿Qué sucede?— le pregunté, me miró enojado y enarcó una ceja, salió del sillón y caminó hasta mí dejando la hamburguesa sobre la mesa de madera que tanto me gusta.

—Sucede que no me gusta que te revuelques con él— Dijo enojado.

—No es tu asunto yo soy una persona adulta y...

-Y yo soy tu muñeco sexual, a mí debes acudir si tienes necesidades no al idiota de tu ex, yo soy tu hombre por esta semana así que, que no se vuelva a repetir— Axel nunca me habló de esta forma y Nicolás tampoco iba a hacerlo.

—Ni hablar, yo hago lo que quiero, no vas a prohibirme nada y ahora vístete, en mi casa hay una estricta regla sobre usar ropa. No una toalla— me quejé

—Se está lavando— bufé y tomé las llaves del auto, me puse los tacones y me aproximé a la puerta.

—Ya vuelvo— Lo miré de arriba a bajo sacando una foto mental de sus medidas y salí de esa casa llena de testosterona. Conduje hasta el centro comercial y compré todo lo que Nicolás necesitaba para una semana

Calzado, algunas camisas y remeras, pantalones, calcetines y un par de anteojos, estoy segura que con los que le compré se vería tremendamente guapo.

Deja de pensar en eso

Me reproché a mí misma

Volví y el ambiente estaba tenso, Axel ya estaba vestido y perfectamente arreglado y Nicolás no estaba a la vista.

Fuí a la sala y le dejé la ropa.

—Yo voy contigo— negué, ni hablar, no es buena idea tener a Axel y a Nicolás en el mismo espacio reducido del auto.

—Tú te quedas, por favor cuida de Pali y Chock— bufó

—Recuerda no más de seis
horas— Asentí, se acercó y me besó.

—Para que recuerdes que yo puedo ser mejor que él—Retrocedí pero el se volvió a acercar —Parecias aburrida, gemiste mas cuando te besé que en siete minutos con él, yo puedo complacerte de verdad
Vaneditt— Volvió a besarme y cuando quise más de sus labios se apartó —Te esperan— señaló detrás de mí y sonrió con burla.

Maldito muñeco sexual.

Maldito muñeco sexual

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Muñeco Sexual (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora